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Alejandro Pizarro
Entre la ciudadanía existe la percepción de que los controles efectuados por personal de Carabineros, Ejército, la PDI y la Seremi de Salud, son menos que en el anterior período de confinamiento total. Esto supone un desafío para las autoridades, quienes deben buscar nuevas estrategias para disminuir la movilidad en zonas confinadas. Gremio médico insiste en que las medidas deben estar acompañadas del compromiso de la ciudadanía y una buena comunicación de riesgo.

Desde el pasado 11 de marzo, cuando se inició la cuarentena, Carabineros ha efectuado 109.210 controles en toda la Provincia de Elqui y ha cursado 797 infracciones por no uso de mascarilla, no portar el permiso de desplazamiento y transitar en toque de queda.

Sin embargo, existe la percepción en la comunidad que hay menos contingente fiscalizando en comparación con el confinamiento de julio del 2020, cuando había personal del Ejército, Carabineros y Salud en diversos puntos de la ciudad, controlando que tanto  conductores como transeúntes porten sus permisos de desplazamiento correspondientes.

De hecho, una encuesta realizada por El Día a través de Twitter refleja aquello, ya que hasta el cierre de esta edición, con 436 votos, un 89,4% señaló que sí existe poco control en la cuarentena, mientras que un 10,6% no lo percibe así.

 

El pulso de la calle

Matías trabaja en un banco en pleno centro de La Serena y contó que antes de que decretaran cuarentena el flujo de personas era bastante, incluso como un día normal sin pandemia, pero desde el jueves 11 se vio una drástica caída en la movilidad y personas que concurrían a hacer trámites. Sin embargo, eso no es lo único que considera ha bajado, también la presencia de fiscalizadores en las calles y el control de las personas que hacen las filas.

En esa misma línea, el vigilante del mismo banco indicó que “se ha perdido el control en las filas” en las sucursales e indicó que las personas están usando los permisos únicos colectivos para efectuar sus trámites, por lo que el control queda en manos de los guardias de las entidades bancarias, y de la misma forma en supermercados.

La impresión en las calles es similar, en las principales arterias de la conurbación, donde antes había contingente solicitando los permisos de desplazamiento, hoy se ven en menor cantidad, como es el caso de los puentes que conectan el centro de La Serena con Las Compañías, así como la ruta 5.

Óscar se traslada a diario desde Coquimbo a La Serena por la ruta 5 por motivos laborales y admite que en los más de 10 días que la conurbación está en cuarentena, jamás ha sido controlado ni ha visto patrullas realizando fiscalizaciones.

En la bencinera del centro de La Serena, los trabajadores tienen la misma impresión. Es más, admiten que las personas concurren pasado el toque de queda, hasta cerca de medianoche, cuando baja el flujo de vehículos.

 

Los traslados

Los viajes intercomunales e interregionales no son la excepción. Pocos días de decretada la cuarentena en La Serena y Coquimbo, Diego viajó a ver a su familia a Andacollo, sacó los permisos correspondientes para hacerlo, sin embargo, ni el en viaje de ida como de retorno fue controlado.

Tampoco lo fue Pilar, quien el fin de semana pasado viajó al norte del país desde La Serena. Pese a que existen puntos de control en la plaza de pesaje Juan Soldado, ninguno de los buses en los que se trasladó fue detenido ni controlado.

 

Gremio médico

De acuerdo al presidente del Colegio Médico, Dr. Rubén Quezada, para que las cuarentenas sean efectivas deben ser “decretadas precozmente, deben ser muy intensas y deben durar lo menos posible”.

Bajo ese escenario, las fiscalizaciones son herramientas que “permiten sacar de circulación a todas las personas que no debiesen estar en movimiento por indicación de la autoridad sanitaria. Sabemos que es imposible que existe una fiscalización a cada persona para velar que esto se cumpla, por lo mismo, la comunicación de riesgo es fundamental”.

Para Quezada, se puede redoblar el número de fiscalizaciones, pero si no existe un compromiso de la ciudadanía y un sustento económico que permita que las personas permanezcan en sus hogares, será complejo reducir la movilidad.

 

Nuevas estrategias

En ese contexto, el general Rodrigo Espinoza, jefe de la IV Zona, manifestó que los carabineros están abocados a prevenir delitos y contagios, a través de una planificación estratégica elaborada de acuerdo a requerimientos establecidos por el Jefe de la Defensa y con un despliegue interagencial, coordinado en puntos de control dinámicos y focales, así como una estrategia barrial, la que comenzaron la semana pasada.

 “Para ello, cada prefectura realiza su distribución de carabineros, en base a las necesidades detectadas en las distintas comunas y las etapas en las que se encuentren. Estas planificaciones son independientes, es decir, cada provincia establece su despliegue, de acuerdo al capital humano con el que se cuenta, y siempre con el objetivo de servir a la comunidad y fiscalizar para prevenir contagios”, sostuvo.

De acuerdo al general, estar en cuarentena exige una reoptimización de los recursos a partir del capital humano que ya existe en la región, con carabineros enfocados en el monitoreo y fiscalización del cumplimiento de las medidas sanitarias, las que se suman a los servicios policiales como el Plan Cuadrante y la función propia de Carabineros.

 

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