• Desde La Pintana llegó Flor Mora Avendaño a la Pampilla a disfrutar de MonLaferte
  • Con sillón y su cama llegó Silvia Peralta y toda su familia a las laderas de la Pampilla. Son más de treinta personas que se reúnen durante las fiestas.
  • Los Torres están instalados en una esquina especial de La Pampilla . En la foto se encuentran de izquierda a derecha: Sofía Torres, Carla Cordovez, la pequeña Martina Cordovez, Luis Torres e Isabel Araya
  • Desde Guayacán llegó la Familia Valderrama-Araya. En la foto de izquierda a derecha: Juan Carlos Campaña, Héctor Valderrama, Yeissy Valderrama y Daniel Pizarro Valderrama.
  • Afinando los últimos detalles del campamento se encuentran los Valenzuela. En la foto: la pequeña Emily valenzuela , Valeria Prado, Juan Valenzuela, Chistopher Valenzuela, Susana Plaza, Anaís Valenzuela, Juan Carlos Valenzuela y Carla Valenzuela.
Crédito fotografía: 
Rebeca Luengo Pereira
Con cocinas, camas y hasta sillones, las familias de Coquimbo mantienen esta tradición de celebrar las fiestas en este recinto, llenando de vida las laderas con música, carpas de colores y banderas chilenas.

Esperando que la familia llegue del trabajo para terminar de instalarse se encuentra Silvia Peralta. Cerca de dos décadas que la mujer y toda su familia se instalan en las laderas de la Pampilla. Este año, tras la celebración del día del niño, marcaron de inmediato su espacio y con sus cinco hijos, diez nietos, bisnietos y otros familiares son más de treinta personas que disfrutarán hasta el 21 de septiembre.

“Esta es una tradición y acá lo pasamos muy bien. Disfrutamos mucho y compartimos en familia. La Pampilla es otro mundo, una cosa única. Acá ya emparejamos el terreno para que se instalen otras carpas y yo traigo hasta mi cama, porque ya no puedo dormir en el suelo”, relata Silvia.

Así como ella, Flor Mora Avendaño llegó desde La Pintana y se instaló en un costado del óvalo. “Estoy esperando que lleguen otros familiares que son de Coquimbo y otros de Santiago. Esta es primera vez que vengo a disfrutar de esta fiesta y ya estoy muy impresionada. Es todo muy bonito y hay harto movimiento”, señala Flor que junto a otras diez personas disfrutarán de la fiesta más grande de Chile, esperando los shows de Mon Laferte y Américo.

“Hasta que se acabe la carne”, dice juan Carlos Valenzuela que se quedará con su familia celebrando de la “Mejor fiesta de Chile” como califica a la Pampilla. Ya son más de treinta años que esta gran familia del sector de Sindempart viene a instalarse con sus carpas.

Mientras los niños juegan en los colchones y sillones, los adultos amarran las mallas y entierran estacas para terminar el campamento que los albergará hasta el 22 de septiembre. “Ya estamos quedando menos, antes éramos más de treinta  personas que veníamos a pasarlo bien a la Pampilla, pero los que quedamos lo seguiremos haciendo siempre, porque es una fiesta única”, agrega Juan.

La carpa de Los Torres se  encuentra al final de uno de los tantos pasillos de tierra de esta mini ciudad. Se nota a la distancia porque en su entrada instalaron inmensas hojas de palmeras y dos gigantescas banderas chilenas. La familia conversa en la carpa, mientras la matriarca Isabel Araya, en su gran tienda-cocina, está preparando el almuerzo, cuyo exquisito aroma emerge por todos lados.

“Son muchos años que venimos para acá, como 40 ”, relata Luis Torres. Piensan quedarse hasta el 21 de septiembre con más de 20 personas. “Ahora estamos nosotros, porque los demás se fueron a ver el desfile. Para nosotros todo lo que se hace en la Pampilla es una tradición. Esto es muy lindo y sabemos que es único en el país y no podemos perderlo”, agrega.

Poniendo en orden los alimentos, sillas y otros muebles en un inmenso toldo que servirá de cocina, se encuentra Yeissy Valderrama y sus hijos. Mientras su hermano instala estacas para construir el resto del campamento en espera de parte de la familia que llegará más tarde.

Es que la familia Valderrama-Araya de Guayacán  lleva más de 50 años trasladando todas sus cosas y viviendo por una semana en esta mini ciudad. El más feliz es, sin duda, el pequeño Daniel, quien disfruta de todas las pampillas “porque acá se pasa súper bien. Jugamos, vemos a los cantantes y estamos en familia”, cuenta el pequeño. Yeissy cuenta que les traen agua potable y que incluso ella no deja de venir a acampar a este lugar, aunque debe ir a diálisis 3 veces a la semana.  “Yo en la mañana me baño allá en los baños que tenemos al fondo,  voy al hospital y me devuelvo a disfrutar de la fiesta, porque esta es nuestra tradición”, señala.

Como todos ellos son más de 40 mil personas las que llegan a este recinto cada año y más de 500 mil visitantes que la Pampilla recibe en todos los días de Fiestas Patrias, una que este año se alarga por cinco días y que permite a Coquimbo mantener una de las tradiciones más reconocidas de la comuna puerto y que se ha transformado en la fiesta dieciochera más grande de Chile: La Pampilla.5203i

 

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