El clima extremo que caracteriza al Parque Nacional Bosque Fray Jorge produce cambios notables en las plantas de este lugar, y más aún si no llueve, como es el caso de este año en el que se registra un déficit del 80% en las precipitaciones, lo que ha impedido el nacimiento de nueva vegetación.
Así lo indicó a El Día Alejandra Troncoso, académica de la Universidad de La Serena (ULS) quien trabaja en el laboratorio de Ecología Vegetal y estuvo presente en la conmemoración de los 30 años de la investigación ecológica en este pulmón vegetal, en la que han participado generaciones de científicos nacionales e internacionales al ser uno de los espacios más importantes para la flora del centro-norte de Chile y en el límite sur del desierto de Atacama.
“(...) Aquí hay clima extremo ya que las lluvias se concentran de mayo a agosto, si es que llueve, porque este año por ejemplo hemos tenido un déficit del 80% en precipitaciones y prácticamente no ha emergido nada. Esto quiere decir que para el año que viene, las pocas semillas que van a haber en el suelo serán completamente diferentes a las habituales”, explicó.
Según la especialista, en un futuro la frecuencia del fenómeno de El Niño va a cambiar mucho y con ello las precipitaciones, que ya vienen en descenso constante.
“Con esta estación meteorológica hemos encontrado una tendencia marcada hacia la disminución de las lluvias, especialmente desde el año 2001, y lo que hemos visto es una asociación entre la combinación periodos de lluvia alta, con el fenómeno de El Niño y cuando esto ocurre existe un boom en la productividad del sistema, el parque se llena de herbáceas y todas las poblaciones de repente se disparan”, dijo.
Fondo de colaboración
En junio de este año, investigadores regionales se adjudicaron un fondo de colaboración del Centro David Rockefeller para Estudios Latinoamericanos, que les permitirá explorar la respuesta de las plantas más pequeñas al cambio climático.
La iniciativa es parte de un convenio entre la Universidad de Harvard y la Universidad Adolfo de Ibáñez.
“Fuimos invitados a participar en este fondo justamente por los intereses que tienen esas instituciones acerca del cambio climático, reconociendo además la trayectoria de nuestro estudio a largo plazo en el matorral del Fray Jorge”, apuntó.
En detalle, el programa documentará cómo los climas extremos pueden llegar cambiar las plantas herbáceas, -que viven solo un año-, en cuanto al crecimiento de las hojas, la aparición de flores, luego de frutos y después su muerte.
Celebración por los 30 años
Este martes se llevó a cabo una ceremonia en la entrada del parque Fray Jorge a la que asistieron decenas de académicos, autoridades, estudiantes de magister y doctorado, pobladores y guardaparques, quienes celebraron los 30 años de la investigación a largo plazo que se realiza en este lugar.
Ricardo Rozzi, presidente del Instituto de Ecologia y Biodiversidad (IEB), indicó son tres las dimensiones que abarcan el estudio: la temporal, porque se ha monitoreado el comportamiento de fenómenos naturales como La Niña o El Niño, y cómo influyen en la flora o fauna; la variación del espacio natural, ya que en el parque se pueden encontrar árboles sagrados como el canelo, similares a los de Isla Hornos, la más austral del mundo; y la tercera es la diversidad de actores, porque en la investigación han participado muchas instituciones que abren las puertas a la ciencia.
“(…) Los sitios de estudio ecológico a largo plazo se parecen más a un hospital o una escuela, es decir, uno no hace publicaciones o papers indexados de los pacientes, porque lo que cuenta al final es que la persona tenga salud y ojalá prevengamos la enfermedad (…) Ahora, claramente para tener un buen tratamiento es necesario investigar y publicar, aunque esto no es suficiente”, comentó.
Por su parte, Peter Meserve, investigador de la Universidad de Idaho y principal promotor del estudio ecológico de Largo Plazo en Fray Jorge, manifestó su emoción porque nunca pensó que pasarían 30 años estudiando el lugar.
“En 1973 vine con mi señora por este mismo camino y vimos esta joya de la naturaleza. En 1978 junto a un equipo de trabajo hicimos una propuesta a la National Science Foundation y la aprobaron, y ahora cumplir 30 años de estudio, nunca me imaginé que podíamos llegar y si algo aprendí fue el valor de la colaboración”, destacó.
Finalmente, Nibaldo Avilés, rector de la Universidad de La Serena, expresó que la investigación a largo plazo se ve reflejada en más de 100 publicaciones científicas a nivel nacional e internacional, “que han permitido consolidar una red de colaboración entre distintas instituciones”.
“(…) Este trabajo ha servido para crear empleos, infraestructuras, equipamientos y ha contribuido a la formación de capital humano altamente capacitado y avanzado con un número importante de tesis de pregrado, magister y doctorados”, destacó.