• Polet González junto a su hijo Lain de tercero básico. La madre señala que hasta el momento el pequeño sólo lleva tareas que no alcanzó a terminar en las horas de clases. Agrega que es imposible que los niños lleven tareas extensas, porque salen muy cansados del colegio y solo sería una sobrecarga.
Crédito fotografía: 
Janina Guerrero
Es la discusión que se da cada año al iniciar un nuevo periodo escolar. Es necesario que los niños lleven deberes para realizar en el hogar, ayuda en su aprendizaje o es un agobio para el estudiante que ya no tiene tiempos para los descansos. Un debate que lideran los padres y apoderados, que señalan que los aprendizajes se pueden reforzar con las actividades diarias y no con extensas tareas escolares.

Salir del colegio, llegar a la casa después de las cinco de la tarde, comer una merienda y luego realizar deberes escolares, que en algunos casos superan una hora. Eso es a lo que se ven enfrentados de lunes a viernes miles de estudiantes en nuestro país. Imposibilitados de jugar y descansar con una jornada escolar extensa y que continúa en sus hogares y que incluso también son enviadas los fines de semana.

A esto se suma que apoyados por sus padres, estos o no conocen las temáticas de la asignatura y una gran parte trabajan, por lo que la realización de los deberes se atrasa aún más. Es que las tareas han generado un  agobio escolar y un fuerte efecto en la dinámica familiar con padres e hijos cansados, molestos y sin tiempo para disfrutar en familia que es utilizado en resolver diversas guías, realizar maquetas o elaborar trabajos.

Sin embargo, es necesario que los estudiantes puedan reforzar los conocimientos en sus hogares y realizar otras actividades como leer, sin que esto afecte o se extienda por más de 30 minutos a una hora. Entonces, cómo se puede apoyar los aprendizajes y el estudio de nuestros hijos sin afectar la vida familiar y el normal desarrollo de los niños y preadolescentes.

PADRES OPINAN

Es tal la problemática por las tareas escolares que incluso se formó el movimiento “la tarea es sin tarea” el año 2016, que busca dar a conocer no sólo el estrés que provocan en los estudiantes los deberes, sino que también como éstos van en contra de los derechos de los niños. Además  elaboran propuestas y soluciones para que las tareas sean eliminadas, pero sin afectar el aprendizaje.

El movimiento liderado por la abogada Paulina Fernández y la sicóloga Vinka Jackson  manifiesta que los estudiantes en Chile tienen una jornada escolar que incluso supera a la jornada laboral de los adultos, lo que va en contra de sus derechos, especialmente el de todo niño a la recreación. Agrega que en Chile existe la Jornada Escolar Completa que no cumple su objetivo inicial de realizar talleres o finalizar tareas y trabajos;  por el contrario,  sólo se ha utilizado para aumentar las horas del programa educativo normal.  

“Se cree que las tareas sirven para formar hábitos y nosotros no hemos encontrado ningún estudio que ratifique esto, incluso Harris Cooper (experto estadounidense sobre los deberes escolares), señala que pasada cierta cantidad de horas, el rendimiento es decreciente”, señaló a el Día, la abogada Fernández.

Marta González trabaja en un restaurante. Todos los días cocina el almuerzo para el día siguiente que llevarán sus dos hijos al colegio, que están en séptimo y quinto básico. Salen a las 16:30 horas y llegan a la casa de su abuela unos minutos después de las cinco de la tarde. En ese rato los cuida su madre hasta las siete, hora en que llega Marta del trabajo.

“Ellos llegan y ordenan sus materiales para el otro día, comen y me esperan para hacer los deberes. No me haría problemas si fuera una guía que repasar.

Pero todos los días llegan con tareas de diversas materias, entonces no alcanza el tiempo. Estamos todos cansados y muchas veces para terminar más rápido hago más yo que ellos”.

Jenny Olivares  es apoderada del colegio Andrés Bello centro y su hijo Felipe está en cuarto básico. Señala que los estudiantes salen muy cansados a las 15:30 o 16:15 horas de la tarde, después de una extensa jornada escolar  y en un colegio que es reconocido por su alta exigencia; además el tema de las tareas genera una dinámica distinta en la relación padre e hijo. “Los chico salen muy cansados y a veces los mandan con tareas  y yo creo que es mucho. Se estresan y lo único que quieren es jugar  un rato y, sentarlos nuevamente, cuando estuvieron todo el día en lo mismo, para hacer tareas  es mucho para ellos. Uno los obliga y ellos no quieren y sienten que uno es el malo”

Por su parte, Polet González  señala que desde que su hijo Lain Jaures está en kínder, no le envían tareas, sólo las guías o deberes que no alcanzaron a terminar o deben reforzar para alguna evaluación.

“Yo estoy súper contenta y me gusta eso del colegio, porque imagínate si llevara más tareas, no le alcanzaría el tiempo para jugar o disfrutar en familia. Yo creo que si deben llevar algunas pequeñas tareas, tal como lo hacen en el curso de mi hijo para reforzar, pero esas tareas extensas y todos los días no estoy de acuerdo”.

Alejandra Vásquez es estudiante de técnico en enfermería y madre de Martín Castillo  que está en primero básico y dos pequeñas de cuatro y un año. Señala que al inicio del año escolar y como los niños pasaban del régimen de pre escolar a primer básico, se realizó la solicitud en reunión de apoderados de no enviar tareas todos los días, sino que sólo lo necesario para reforzar y los padres puedan colaborar en sus procesos de aprendizaje, especialmente en lectoescritura y matemática.

“En la primera semana llevaron lo que no alcanzaron a terminar y no son tareas complejas, sino que más bien completar lo que falta y reforzar lo aprendido, que es algo que todo padre  debe hacer. Pero si fuera mucha tarea ahí me complica, porque yo también estudio, tengo más hijos y podríamos estar toda la tarde haciendo deberes y sin hacer otra cosa”.

APOYAN A REFORZAR LO APRENDIDO

Para los especialistas, las tareas escolares tienen distintos objetivos, dependiendo del nivel en que se encuentre cada estudiante. Sin embargo, son necesarias porque como meta común se incluye el profundizar aprendizajes y desarrollar habilidades como  la organización, estructuración de tiempos, priorizar y resolver problemas.

Marcela Pallauta, psicopedagoga señala que en sí mismas, las tareas para la casa son importantes para los escolares y también para los padres, quienes deben guiarlos y dejar que los niños la desarrollen para que puedan desarrollar pensamientos e ideas y también adquirir las habilidades para su desarrollo cognitivo.

“Las tareas son efectivas y de gran ayuda para reforzar lo aprendido en clases. Son un apoyo para completar lo estudiado, pero no se debe recargar de tareas, sino que apoyar complementando con lectura o pequeñas guías para ahondar el conocimiento”.

Pallauta agrega  que si existe una buena comunicación entre los padres y el colegio para que se envíen tareas en cantidad razonable, no se produce un agobio, sino que sólo aspectos positivos “Como desarrollar hábitos de estudio en su hogar y es una oportunidad para vincularse con sus padres y vincular la familia con la escuela”.

Explica que las tareas deben ser guiadas por un adulto, pero no convertirse en un profesor en casa. Se debe entender la tarea como reforzamiento y no desvirtuar su objetivo, ya que muchas veces los padres, por querer cumplir terminan realizándoles los deberes a los hijos. Es por ello que es vital que les enseñen a sus hijos a través de labores cotidianas, resolución de problemas matemáticos o leer para mejorar su lenguaje y comprensión, además de educar en valores. 

NO MÁS TAREAS EN LA CONURBACIÓN

En febrero del 2017, fue el alcalde de Las Condes Joaquín Lavín quien se sumó para eliminar las tareas para la casa en los colegios  de enseñanza básica que dependen del municipio. Para ello realizará un cambio en el programa y en las tardes se realizarán talleres y nuevas jornadas para reforzar los conocimientos adquiridos en el día.

De esta forma sigue la línea de la decisión desde el año 2004 de la comuna de Estación Central, la cual eliminó las tareas, pero si elaboró programas de lectoescritura para mejorar la comprensión lectora de sus estudiantes, una de las mayores falencias de los niños y jóvenes de Chile en las diversas evaluaciones, nacionales e internacionales que miden la calidad de la educación. Este cambio ha tenido resultados positivos e incluso han elevado sus resultados SIMCE.

En La Serena el alcalde Roberto Jacob está dispuesto a analizar el tema, ya que como opinión personal está en desacuerdo con el envío de tareas para la casa. “Los niños deben jugar, porque para realizar tareas está el colegio. Además con tanta tarea terminan acostándose tarde y los papas muchas veces, son quienes hacen los deberes escolares. Yo lo conversaré con la Corporación Municipal para ver en qué condiciones estamos y que medidas vamos a tomar”.

Por su parte, el alcalde de Coquimbo, Marcelo Pereira señala que está preocupado por la educación municipal de la comuna porteña, pero qué le interesa que la familia pueda entender qué significa no llevar tareas para la casa y que esto no dé pie a que los apoderados se despreocupen de las labores escolares de los niños. 

“Tenemos padres extremadamente preocupados de sus hijos y otros no en cuánto a lo escolar y en ese contexto, no quiero que se malentienda que si hay una política  de no tareas para la casa, se descuide la esencia de la educación, porque la mayor educación de nuestros niños es en la casa. La formación de colegios y liceos es un aporte  a lo que los padres lo pueden hacer”, concluye el edil.

De todas formas, los especialistas llaman a los padres a conversar en los diversos colegios esta problemática y definir en conjunto  qué medidas se tomarán respecto a las tareas para la casa.

 

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