El pasado 2 junio se celebró “La Fiesta de la República Italiana” y como cada año en esta fecha sirve para reconocer el legado cultural y económico que ha dejado la colonia residente en la conurbación La Serena-Coquimbo.
Son varias familias que desde los años 50’ llegaron a la región y han sido soporte del desarrollo de la Región de Coquimbo, pero existe un aporte que han realizado estas familias que han querido dejar un poco más entre sus más cercanos y no darlo a conocer de una manera tan pública, como es la labor social que desarrollan en diversas instancias.
Un ejemplo de esto es la que realizó Livio Baldessari Leita, quien llegó junto a sus padres y hermanos provenientes del pueblo de Rumo en la provincia de Trento, y que pese a venir de un origen humilde logró surgir gracias al trabajo mancomunado de su familia trabajó en el rubro agrícola donde se fue consolidando con los años en la zona.
Este éxito económico logrado con su trabajo y el apoyo de la comunidad local, Baldessari siempre pensó en retribuirlo de alguna manera, es por esto que junto a su esposa de más de 40 años, Rina Rivera y sus tres hijas Carolina, Valentina y Giuliana, decidieron hace 18 años instaurar un comedor social llamado “Jesús de la Misericordia” el que ha funcionado en las dependencias de la iglesia San Agustín de La Serena donde cada sábado las personas en situación de calle reciben un sabroso y contundente almuerzo.
Con el apoyo de otras personas de la colonia italiana y comerciantes aledaños a la iglesia San Agustín, lograron reunir los alimentos necesarios para brindárselo a quienes más lo necesitan.
Su esposa Rina Rivera recuerda con emoción a su esposo Livio y el legado social en el que trabajó hasta que falleció en el año 2007.
“Él era muy generoso, sentía pena por ver a las personas que estaban pidiendo en la calle. En un momento dijo por qué no hacer un comedor en que ellos puedan ser atendidos con dignidad. Que por lo menos recibieran un plato de comida, aunque sea un día a la semana”
La viuda de Baldessari relata que su esposo le solicitó ayuda a su hermano Celeste y empezaron con pocas personas, pero con el correr de las semanas fue aumentando considerablemente.
“Livio decía que estas personas se merecían sentarse en una mesa y servida como Dios manda, la idea no era darle una limosna. Tuvimos la ayuda de los sacerdotes colombianos que estaban en ese momento y le dimos comida a unas 10 personas, con el correr del tiempo llegamos a tener 60 personas. Nosotros éramos unas 6 a 7 personas que les cocinábamos y comprábamos las cosas”.
Rina Rivera indica que tras la muerte de su marido ella y su familia, más un grupo de personas desinteresadas han seguido con el comedor. “Una de las cosas que más me emociona es que cuando Livio falleció los primeros que llegaron con flores fueron las personas de la calle, reconociendo lo que les entregó”
Agrega que el comedor en la actualidad está suspendido por todo lo que está pasando con la pandemia, pero una vez que se pueda seguirán con el legado social de Livio Baldessari.