La peor cara de las movilizaciones, aunque no le guste a nadie, es la ola de asaltos, robos y desmanes que provocan verdaderas hordas de delincuentes y saqueadores que destruyen y se llevan todo lo que esté a su paso.
Las marchas pacíficas, y en esto hay consenso, no les molestan a nadie y son miles de ciudadanos y ciudadanas que se autoconvocan para hacer patente su disconformidad social que se viene acumulando hace años y dicen que ningún gobierno ha escuchado el clamor de la población.
Sin embargo, tras las marchas pacíficas aparecen cada vez más encapuchados, anarquistas y delincuentes que aprovechan la ocasión de las masivas concentraciones para cometer vandalismos, robos y destrozos que, por momentos, ponen de rodillas a la propia comunidad que mira impotente cómo se desmorona un pedazo de sociedad en cada uno de estos actos.
Y así, las masivas marchas contrastan con los violentos e injustificados desmanes sin que hasta ahora se haya encontrado la solución ni la medida adecuada para frenar estos actos.
El sociólogo español, Manuel Castells, señalaba hace un par de días a La Tercera, que en Chile podía imponerse un orden a la fuerza, “pero podría ser el preludio al caos”. Pero algunos creen que el caos ya lo tenemos encima.
Daños millonarios
El país ha visto cómo han caído en manos de la delincuencia decenas de locales comerciales, pymes y empresas mayores y de esto no han estado ausentes las ciudades de la Región de Coquimbo, aunque donde más se han concentrado los daños es en ciudades como La Serena y Coquimbo.
Un solo ejemplo es que en las últimas movilizaciones los encapuchados habían dado cuenta de una serie de locales comerciales, bancos, farmacias, joyerías, grandes tiendas comerciales e incluso pequeños locales, pero también edificios gubernamentales, como la seremía del Trabajo.
Multitudinaria marcha
Una de las marchas más multitudinarias que se han producido en los últimos años es la que se realizó el martes, con motivo del llamado a paro nacional.
En La Serena se congregaron más de 20 mil personas, aunque el general de Carabineros, Ramón Alvarado, habló de seis mil. Para hacerse una idea, mientras la cabecera de la marcha llegaba al sector del Mall Plaza, la cola sobrepasaba Balmaceda con Francisco de Aguirre.
Pero esta marcha multitudinaria, también dejó a una cifra de encapuchados superior a todos esos pequeños grupos antes presenciados en movilizaciones, los que dieron cuenta de dependencias municipales, en la exestación de trenes, en el Supermercado Líder y en Sodimac.
Fuego en capillas
Luego, los focos de vandalismo se trasladaron a sectores poblacionales y fue así como dieron cuenta de la modesta Capilla Santa Ana de la Parroquia San José de Juan Soldado, ubicada en el sector de Las Compañías y también un amago de incendio en la capilla del convento de las Hermanas Carmelitas Descalzas, de calle Gandarillas en La Serena, hecho que podría considerarse no tan casual, luego que precisamente el martes fueron blanco otras iglesias en el resto del país.
Sobre la Capilla Santa Ana, desde el arzobispado se informó que “el templo siniestrado resultó con graves daños en su interior, quemándose gran parte de su estructura”.
También mencionan que “por indicios encontrados en el templo, como una rotura a un costado de éste, como por testimonios entregados por personas que circulaban por el sector, se estima habría sido intencional”.
Referente a la capilla de las Carmelitas Descalzas, indicaron que desconocidos encendieron la puerta del recinto, la que fue sofocada gracias a la acción de vecinos.
Ataques en Coquimbo
Durante los ataques masivos del martes, en Coquimbo los desmanes salieron del centro de la ciudad y se desplazaron hacia el sur, sector de Sindempart.
En esa área, una verdadera turba de encapuchados dieron cuenta de las instalaciones que corresponden a la bencinera Petrobras, a un costado de la Ruta 5 Norte en el local Spacio 1.
En este caso, ocasionaron destrozos en las dependencias de la sala de ventas del recinto.
Los delincuentes se llevaron todo lo que les podía servir del local y de paso rompieron el cajero automático, sin que aparentemente se pudieran llevar el dinero.
Los destrozos fueron totales dentro de la sala de ventas y en este caso declinaron hacer algún tipo de declaraciones al respecto.
Las estructuras de las máquinas en donde se expende el combustible también fueron dañadas, pero parcialmente.
Daños en supermercado
A pocos metros de la bencinera, se encuentra el supermercado Santa Isabel (Ruta 5 con Los Clarines), en este caso un grupo de encapuchados forzó las protecciones y las rejas metálicas para luego llevarse todo lo que encontraron al alcance la mano.
Hasta ayer no había un informe oficial de las pérdidas ni los daños y el recinto, que tiene una alta afluencia de público a diario, permanecía cerrado.
Comerciantes atentos
Los comerciantes de Coquimbo, luego de ser víctimas de saqueos a sus negocios en los primeros días de manifestaciones, comenzaron a organizarse para defender sus locales, luego que entendieron que los funcionarios policiales no daban abasto con tanto requerimiento y han mencionado que no están dispuestos a perder a manos de la delincuencia lo que les ha costado tanto esfuerzo y trabajo.
Lo expuesto anteriormente, donde los encapuchados y delincuentes son los protagonistas de las cifras negras, sin duda son la peor cara de las movilizaciones, donde la gran mayoría se manifiesta pacíficamente, pero quedan expuestos a los violentistas y saqueadores que han ido tomando más gravitancia no dejan ver, por momentos las demandas.