• Discos y pubs sin terrazas podrían perder clientes con la nueva ley contra el tabaco
    Discos y pubs sin terrazas podrían perder clientes con la nueva ley contra el tabaco
La polémica norma que impedirá que en cualquier espacio cerrado se permita fumar podría no respetarse debido a la falta de inspectores y a la falta de recursos para contratarlos.

La Ley del Tabaco que se aplicará a partir del próximo viernes primero de marzo, tiene un punto débil: la cantidad insuficiente de inspectores que tienen varias municipalidades, entre ellas la de Coquimbo, cuyo alcalde Cristian Galleguillos declaró que pese a este factor, se hará cumplir la normativa.
Esta postura la comparten varios fumadores entrevistados durante un recorrido por restaurantes, pubs y cafés de La Serena, así como por discos ubicadas en el Barrio Inglés de Coquimbo. Además, los administradores de locales pequeños sin posibilidad de construir terrazas donde se permita el uso del tabaco, declaran que la legislación sólo favoreció a los grandes negocios del sector.

¿PUEDO FUMAR?. Viernes en la noche en la capital de la IV Región. Clima agradable sin el viento helado de los últimos días. Felipe Álvarez, garzón de un restaurante con terraza, afirma que los pocos clientes que han intentado sacar un cigarrillo en el área prohibida, desisten en su intento o se han cambiado a una mesa en espacio abierto.
Mientras saca humo de su nariz, opinó que esta nueva norma hará que exista un respeto mutuo entre fumadores y no fumadores. “Puede cambiar la cultura de nuestro país, como ya sucede en naciones europeas”, reflexionó.
Escenario diferente se encuentra en un conocido café situado en la calle Balmaceda, que cuenta con apenas tres mesas sobre la acera. Mónica Muñoz, la encargada, relató que muchas personas han preguntado sí podrán continuar con su hábito dentro del local como lo hacen hoy día, y la respuesta ha sido negativa.
“Ellos vienen todos los días sólo a tomar café y fumar. Encuentran increíble esta regla y varios me han dicho que están arrepentidos de haber votado al Presidente. También culpan a los diputados. Es lógico que estén molestos porque son adictos y creo que nadie puede regir la vida de los demás. Si alguien quiere seguir con esa adicción, debe continuar sin que le digan qué hacer”, opinó, exaltada.
Interviene en la conversación Tomás Cantuarias, quien pese a que es fumador activo, elogió la ley porque “He visto morir a gente de cáncer”. Sin embargo, lamentó que esta medida pueda afectar a negocios y a los empleados. “Estoy tratando de dejar el vicio. Me queda una semana para lograrlo”, precisó al momento de buscar un encendedor.
Un pequeño bar en la calle O´Higgins está a la espera de consumidores. Pablo Ponce es el encargado. “Nos afectará mucho porque la mayoría de la gente que nos visita fuma. No podemos hacer nada porque no tenemos espacio para tener sitios abiertos. Primero dijeron que era una ley para todos, pero luego saltaron los grandes y quedó en esto. Da rabia porque llevamos ocho años, pagamos impuestos y a los más chicos nos pisotean”, indica, molesto.
Respecto a la posibilidad de que algún parroquiano intente fumar dentro del local, responde que se le solicitará amablemente que acate el nuevo estatuto. “Los porfiados se tendrán que ir a otro lado”, añadió.
Ironías de la vida: A la salida se observa a dos chicas sentadas sobre la acera conversando y fumando marihuana, que es ilegal, pero no hay carabineros ni inspectores cerca.
En la avenida Francisco de Aguirre está otro negocio que tampoco podrá tener espacios abiertos o terrazas. Hernán Fernández, su administrador, admite que, pese a todo, van a acatar la ley. Incluso ya lo anunciaron en su página web y en el Facebook.
“Al contrario que muchos colegas, no creo que bajen las ventas, porque en ningún bar se podrá fumar, entonces tendrán que volver acá. Y los clientes tendrán que hacer el sacrificio y fumar afuera aunque esté frío, porque aquí no habrá un perdonazo. Los fiscalizadores se van a tirar como leones los primeros días”, aseguró.
Alza la voz por el ruido de la música. Muestra el estante donde están las cajetillas a la venta y aclara que lo quitará para no incitar a fumar. “Vamos a quitar ceniceros y poner letreros, porque con una colilla que encuentren te ponen un parte de 80 mil pesos. En lo personal me parece bien la ley porque mi hijo va a nacer con otra forma de pensar y yo aspiro a dejar de ser fumador pasivo. Va a ser un cambio positivo. Nuestra generación no tuvo esa oportunidad”, agregó.
En la pantalla se puede ver un video de salsa. El sitio está casi lleno, pero sólo dos parroquianos fuman. Vivian Palacios es una de ellas. Contó que desde hace tres años adquirió este hábito, por el cual fuma 20 cigarrillos los fines de semana, ya que entre semana practica diversos deportes.
“Se de la ley y está bien orientada, pero es utópico aplicarla. Los asesores parlamentarios ganan millones de pesos, pero no saben de las carencias que hay en las municipalidades. Por ejemplo: un inspector no puede pedir la cédula de identidad. La intención es buena, pero no va a resultar ni por la conciencia ciudadana. Hay un error en el enfoque”, comentó.
Acompañada de amigos, esta chica adicta al tabaco desde hace tres años, manifestó su disconformidad, debido a que esta ley atenta contra la libertad de cada persona en fumar o abstenerse.
Por su parte, reveló que todo el mes de marzo andará de fiesta en su casa, mientras observa si se respeta la ley. “Un local puede cerrar a las tres de la mañana con gente dentro fumando, y no estará ningún fiscalizador”, expuso.
Ximena Tefi declaró que continuará saliendo en las noches a los centros de diversión, porque respetará a las demás personas que no sean adictas al tabaco.
“Fumo desde los 17 años, pero sólo los fines de semana. Estoy de acuerdo con este cambio y espero que todos lo acaten”, aclaró.

¿LOS ECHO DE LA DISCO? En el Barrio Inglés hay buena disposición, pero dudas con relación a la aplicación de la normativa. José Manuel Ojeda, administrador de un bar, prevé que al principio bajarán las ventas como pasó con la Ley del Alcohol, aunque después la gente se fue acostumbrando y volvió a salir en las noches como antes.
“Nosotros tenemos la obligación de quitar los ceniceros e informar a la gente, porque entendemos que la fortaleza de la ley es generar cambios en la conducta. Pero a unos metros de aquí hay un restaurante que tiene permiso permanente para colocar terraza y la mayoría de bares no podemos hacer lo mismo. Quisiera ver si el alcalde puede modificar esto porque estamos en desventaja”, denunció.
Respetuoso de la normativa, dio a conocer que serán colocados los letreros en los que se prohibirá el uso del tabaco, al igual que no habrá ceniceros en las mesas.
Gonzalo Marmuth, encargado de una discoteca con nombre de playa en el estado de Florida, en EE.UU., admite estar en una encrucijada: “¿Qué pasa si las chiquillas se meten al baño a fumar? ¿Y si 100 personas están tomando alcohol se ponen con el cigarro? No puedo contratar a un guardia por persona. Vamos a tratar de adecuarnos a la nueva ley, pero estas gentes pueden reaccionar con violencia”, confesó con un gesto de duda.
Subrayó que si se le pide a la persona salir del local, habrá un daño a la imagen del lugar y perderán usuarios, además de que es complejo detectar a algún joven que quiera entrar como si hubiera pagado su boleto. “Los jóvenes no leen y está comprobado que no van a reaccionar hasta que les pasen un parte. Estamos preparados para una baja en la clientela”, dijo, resignado.
Entrevistado antes de abrir la discoteca, tampoco se mostró convencido de requisar cigarrillos a la entrada, porque los parroquianos se molestarían e irían a otro sitio a divertirse. Por lo visto no tiene un plan para hacer cumplir esta ley. “Esperoel apoyo de las autoridades”, confió.

CLAVES DE LA LEY DEL TABACO
Se prohibirá fumar en:
-Restaurantes y salones donde se celebren matrimonios (excepto que cuenten con terrazas que no estén adosadas a otras estructuras).
-Pubs, discotecas y casinos de juego.
-Establecimientos educacionales y de salud, así como en recintos deportivos, gimnasios o estadios (salvo en sitios previamente habilitados).
Medios de transporte, teatros, cines, ascensores, supermercados y centros comerciales.
Aeropuertos y terminales de buses, a menos que cuenten con espacios al aire libre sin techos y muros.
 

 

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