• Los apoderados se sumaron a la manifestación de los profesores por las demandas que he denunciado el sindicato.
  • Las demandas tienen que tienen que ver con condiciones poco dignas que tiene la comunidad para almorzar y para tener los insumos necesarios para la realización eficiente de las clases.
Crédito fotografía: 
Andrea Cantillanes
Desde el martes se encuentra en toma, por lo que más de mil alumnos han perdido clases durante estos días. Según el sindicato hay dos paralizaciones de forma paralela: la de los profesores asociados al sindicato que iniciaron huelga el lunes y la de los apoderados y alumnos que iniciaron la toma un día después.

En el ojo del huracán se encuentra el colegio San Martín de Porres, que no bastó la paralización iniciada el lunes por parte de los profesores por los presuntos incumplimientos de la corporación del establecimiento en cuanto a las demandas, principalmente infraestructurales, impuestas por el sindicato. Ya que desde el martes, los apoderados y alumnos se sumaron a estas solicitudes tomándose el colegio negándole la entrada a sus funcionarios y estudiantes.

Lo que solicitan los manifestantes es el mejoramiento de infraestructura para cumplir con el perfil de egreso de los estudiantes impuesto por el Ministerio de Educación y por mejoras en las condiciones “indignas” en que la comunidad educativa almuerza, ya según el sindicato, “muchas veces terminan almorzando en plazas aledañas al colegio, en una carpa o hasta en el mismo laboratorio de ciencias”.  

VERSIONES CONTRAPUESTAS

Uno de los adherentes a la paralización es el mismo director del establecimiento, Alfonso Hidalgo. Acusa que lo que se debiera invertir en suministros no se ha realizado durante varios años, “por lo que la situación ya tocó tope”.

Agrega que el sindicato ha demostrado que el colegio tiene superávit económico y acusa que la corporación dice que el colegio está en quiebra “por lo que se les hace imposible hacer algún tipo de aporte”.

Por último, señaló que en un momento se cortó todo tipo de comunicación con la corporación “como diciéndonos simplemente que nos vayamos a huelga, que a ellos no les importa”.

Por otra parte, Misael Órdenes, representante de la corporación hace menos de un año, reconoce que el establecimiento tiene deficiencias pero que “se hacen todos los esfuerzos para mejorar”. Enfatizando en que no tienen nada que ocultar y que el objetivo es trabajar para toda la comunidad y entregar todos los recursos para los alumnos.

Señala también que el sindicato pide muchas cosas, pero que el fondo del asunto pasa por un tema económico para “beneficiar más al profesor”.

En cuanto a las acusaciones sobre no querer conversar con el sindicato, manifiesta que “eso es mentira” ya que se lleva negociando más de un mes y que se han llegado a acuerdos para mejorar las condiciones laborales.

El representante de la corporación explica que se están comprando insumos para todas las especialidades, “por lo que ellos están exigiendo cosas que ya se están haciendo”.

Órdenes puntualiza en que la cuestión de fondo va más allá del tema económico, ya que los directivos pensaron que serían parte de la corporación y no terminaron siendo elegidos.

“La molestia de la corporación es hacia los directivos del establecimiento por faltar a la ética y a la moral engañando a la gente, mintiendo a los alumnos y ocupando sus cargos para realizar cuestiones sindicales y eso no corresponde, ellos deben dar el ejemplo”. 6401

 

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