Yo nací aquí, sobre esta tierra. Aquí, en Cracovia he pasado la mayoría de los años de mi vida (...) Aquí sentí la gracia de la vocación al sacerdocio (...). Aquí también, en la Catedral de Wawel, he recibido la consagración obispal”, son las palabras con las que el Papa Juan Pablo II se refería a Cracovia. Aunque Wadowice era su ciudad natal, Karol Wojtyla sentía una gran atracción por esta ciudad. De hecho, fue en este lugar donde ejercía como obispo cuando se transforma en Sumo Pontífice. Un equipo periodístico de diario El Día llegó hasta Polonia y pudo palpar la devoción que ha despertado uno de los papas más carismáticos de las últimas décadas. En todo caso, el reconocimiento se advierte con más fuerza en Cracovia. Para algunos tierra santa. Para otros, la ciudad del Papa. El lugar donde se levanta un imponente santuario en su honor.
La infraestructura fue recorrida a principios de septiembre de 2012 por una delegación de Coquimbo encabezada por el alcalde, Juan Alcayaga del Canto, el concejal Miguel Angel Cuadros y los directivos de la Fundación de la Cruz del Tercer Milenio, el sacerdote Ramón Bravo y el concejal de La Serena Jorge Hurtado.
A pesar de que está en plena construcción, asombra el peregrinaje y la devoción que despierta. De hecho lleva el nombre “No tengáis miedo”, la misma frase que pronunció el 22 de octubre de 1978 cuando inauguró su pontificado. “No tengáis miedo de mirarlo a Él (Jesucristo)”, palabras que pronunció en Chile en abril de 1987.
En Cracovia hay muchos lugares vinculados al Papa. Se habla de las rutas de Juan Pablo II, con los sitios más importantes como el palacio obispal donde vivía y se encontraba con los fieles durante sus peregrinaciones.
La delegación chilena fue acompañada por el sacerdote polaco Marcin Schmidt.
El religioso admite que el santuario que se está levantando es clave para los jóvenes. “Es construido en el lugar donde Juan Pablo II trabajó como joven en la Segunda Guerra Mundial, donde la gente puede venir a orar y hablar de su espíritu”.
El padre Marcin habla con propiedad. Tuvo el privilegio de trabajar con Juan Pablo II en sus últimos cuatro años de vida, “trabajamos con los jóvenes, es una experiencia que señaló toda mi vida y que quiero vivir para toda mi vida”.
Admite que tras la muerte del Pontífice se produjo un aumento de la veneración y es un convencido de que la construcción de este templo es una prueba de ello. “No es solamente de los polacos que quieren vivir el espíritu de Juan Pablo II. Tras su muerte iniciamos una nueva época que es la de Juan Pablo II Santo que es importante para toda la gente del mundo”.
En todo caso, plantea que en Polonia el sentimiento es más fuerte, “porque es nuestro Papa, pero trabajando en el Vaticano y hablando con amigos de todo el mundo, vivimos un tiempo particular. Es el tiempo de dos papas, Benedicto XVI, por el cual los polacos tenemos un gran respeto, pero nos toca hacer el templo de Juan Pablo II. Su espíritu está muy vivo en los jóvenes”.
La infraestructura se está concretando a través de una fundación que creó el cardenal Stanislaw , “pero ayuda toda la gente, los privados y también el Estado y su culminación depende de los benefactores”.
Incluso, el propio Dziwisz reconoció a diario El Día que el Pontífice “aún vive en el corazón de la gente y en el corazón de todo el mundo, lo mismo en América Latina, porque nos ha dejado una gran herencia doctrinal, sobre todo valórica”.
El aporte de la cruz
El objetivo es construir en el futuro seis edificios destinados a conferencias, los jóvenes y para el voluntariado.
El padre Marcin reconoce el respeto que en América Latina y sobre todo en Chile se le tiene a Juan Pablo II, “Monumentos como la Cruz (del Milenio en Coquimbo) también son importantes porque pueden continuar como testigo de Juan Pablo II porque los niños de hoy no viven más con él, sino que es un Papa de la historia. Pero podemos vivir su espíritu y los jóvenes que están naciendo necesitan un lugar donde se pueda aprender de su espíritu y de su magisterio y lo que hay en la Cruz del Tercer Milenio es un lugar para toda América Latina donde se puede recordar el espíritu de Juan Pablo II”, enfatiza.