El foco en la calidad educativa y en el proyecto de ley de Equidad en Educación Parvularia que ya fue ingresado al Congreso de la República, y que a mediano plazo permitirá mejorar las subvenciones a establecimientos municipales, así como la cobertura en zonas vulnerables, son parte de las tareas pendientes para este año en el ámbito de la enseñanza inicial, considerada fundamental en el desarrollo y aprendizaje de los más pequeños.
Mientras comienza la discusión del nuevo reglamento en el Parlamento, -prevista para marzo-, ya fue aprobado el Plan de Calidad de Educación Parvularia para este año, que contempla la implementación de cuatro programas educativos en 61 establecimientos de la región de Coquimbo, en los cuales estudian 3.540 niños.
En entrevista con El Día, la Subsecretaria de Educación Parvularia, María José Castro, ofreció detalles sobre el trabajo que adelantarán este año para lograr que la mayor cantidad de recintos alcancen buenos estándares de calidad y obtengan los recursos necesarios para funcionar sin problemas.
En la región ya se definieron los programas educativos para el 2019. ¿A qué van enfocados principalmente?
“Sí, son cuatro programas los que se van a implementar en 61 establecimientos de la región, dependientes del servicio local Puerto Cordillera. Esto responde a que el fruto de nuestro trabajo es la calidad en la educación parvularia y por eso tenemos tres ejes; uno de ellos es el trabajo con las familias, teniendo en cuenta que ese espacio es la primera fuente de educación de los hijos. Hay que establecer un buen vínculo con ellos para potenciar el desarrollo de los niños, y eso se logra a través de la comunicación o de actividades especiales en las que también buscamos desarrollar habilidades parentales y o el área de lectura por ejemplo.
El otro eje muy relevante es el liderazgo de las educadoras. No hay un proyecto educativo de calidad en que no haya un liderazgo pedagógico bueno al interior del establecimiento. Entonces, aquí lo que estamos haciendo a través de un proyecto con la Fundación Oportunidades, es el programa ‘Un Buen Comienzo’, que consiste en la mejora continua, en el trabajo colaborativo, en observación y retroalimentación para favorecer los tiempos pedagógicos dentro del aula. Este es un proceso que fomenta un buen liderazgo dentro del jardín.
“Nuestro gran desafío, que no es solo para la región sino para el país completo es mejorar la calidad y la cobertura de la educación inicial", María José Castro, Subsecretaria de Educación Parvularia.
Y por último, también está el eje del aprendizaje. Tenemos certeza de que los niños están en la mejor etapa de su potencial, en el que pueden desarrollar al máximo sus habilidades, intereses y creatividad. Ese lo estamos enfocando en niveles de kínder y en escuelas insuficientes según la agencia de calidad. Para eso trabajamos en conjunto con la División general de Educación y este plan continúa en primero básico”.
¿Cómo fue el proceso para escoger los programas? ¿Participó la comunidad?
“Participaron profesores y la misma comunidad. Estos son programas probados de alto impacto, que ya se han implementado en colegios. En el proceso participan plenamente los involucrados, se envía a los servicios locales y a los sostenedores de la educación municipal para que conozcan los programas enfocados en distintas habilidades o necesidades. Finalmente ellos, de acuerdo a su proyecto educativo, deciden incorporar algunos.
Todos estos programas pasan por la evaluación de Desarrollo Social que observa a cuántos niños se está impactando, cuántas educadoras participan y de qué manera, además de la evaluación que se exige”.
¿Por qué escoger cuatro programas para establecimientos de la región de Coquimbo?
“Aunque no son los únicos programas que tenemos, nos definimos en los tres ejes que te mencioné, y definimos cada propuesta tomando en cuenta las recomendaciones de mesas externas que han estado trabajando en educación parvularia. Los programas se implementan de acuerdo a las características de los jardines, de los establecimientos, de acuerdo lo que los educadores quieren o no hacer.
Por ejemplo, tenemos programas de desarrollo del inglés, de liderazgo educativo que incorporan a la familia y otros de aprendizaje, al desarrollo de las ciencias. Lo que queremos atender es la diversidad, hacernos cargo de la pertinencia de cada establecimiento y desarrollar al máximo las distintas habilidades que tienen en cada etapa”.
Una nueva normativa
A nivel regional ¿cuáles son los desafíos q ustedes preparan para mejorar la educación parvularia?
“Nuestro gran desafío, que no es solo para la región sino para el país completo es mejorar la calidad y la cobertura de la educación inicial. Es por eso que se presentó ante el Congreso un proyecto de ley que facilitará las subvenciones para jardines infantiles, y los principales beneficiados serán establecimientos que dependen de las municipalidades o fundaciones que actualmente trabajan Vía Transferencia de Fondos (VTF), pero este financiamiento es mucho menor que los de recintos bajo el amparo de la Junji, es precario, y por eso difícil que puedan entregar calidad. Por esta razón queremos aumentar significativamente el monto de la subvención”.
¿Y qué más nos puede adelantar sobre este proyecto de ley?
El Proyecto de ley de Equidad en Educación Parvularia Ingresó al congreso en enero y se espera la discusión en marzo. Auguramos que será un buen debate, y que finalmente será aprobado porque está muy centrado en la calidad, en las necesidades de la educación inicial y se busca poner sobre la mesa la importancia de la educación inicial, sobre todo porque es allí donde realmente podemos superar la brecha y marcar una real diferencia”. 6101i
Las claves de la nueva ley
- Busca ampliar el 51% de cobertura de Chile en niveles medios de educación parvularia (el promedio OCDE es de un 61%).
- Más cupos para los niños entre 2 y 4 años, para que puedan ir al jardín infantil y asistir a los niveles medio menor y medio mayor de educación parvularia.
- El aporte base por niño mensual en los establecimientos VTF subirá de $126 mil a $210 mil. Pero, además, existirá una Subvención de Apoyo a las Necesidades Educativas Especiales, que será de $ 55 mil, y un apoyo a la vulnerabilidad social, que variará entre los $ 10 mil y $ 20 mil por niño. Así, los aportes podrían llegar hasta los $285 mil mensuales por niño, lo que representa un 67% más que lo que invierte en la actualidad.
- La propuesta beneficiará a 132 mil niños que asisten a los jardines VFT, los que equivalen al 53% de la matrícula de niveles medios de educación parvularia.
Programas educativos en la región de Coquimbo
Aprender en Familia (Fundación CAP y Focus)
Su objetivo es fortalecer habilidades parentales de la familia, que sitúe a los padres como principales agentes educativos y eje básico para el desarrollo lingüístico y el bienestar de los niños. Enfocado en las familias y niños que asisten a los niveles de sala cuna y niveles medios, hasta los 4 años, en jardines infantiles VTF.
Aprendizaje para Un Buen Comienzo (Fundación Oportunidad)
Su objetivo es fortalecer el desarrollo profesional docente y directivo y dejar capacidades instaladas que les permitan apoyar el trabajo colaborativo, más el mejoramiento continuo tanto de las prácticas como de los aprendizajes de los niños.
Se destina a niños que asisten al primer y segundo nivel de transición (pre-kínder y kínder), pertenecientes al SLE Puerto Cordillera.
Primero Lee a los niños (Fundación Crecer con Todos)
Programa que trabaja el lenguaje (lectura, escritura y comunicación oral), poniendo énfasis en la comprensión lectora y fomento de vocabulario. El objetivo es mejorar la calidad de la comunicación oral y habilidades de escritura, junto con aumentar el vocabulario de los niños por medio del fomento de la lectura, promoviendo habilidades que propicien la compresión lectora.
Enfocado en niños del segundo nivel de transición (kínder).
Bee-Bot
Recurso lúdico que fomenta el desarrollo de las habilidades básicas para el pensamiento computacional desde edades tempranas. Se trata de un robot con forma de abeja que, a través de cuatro teclas posibilita la programación de sus movimientos. Este aparato es un soporte inclusivo para el desarrollo de habilidades relacionadas con la resolución de problemas (principalmente pensamiento lógico, secuencial, de abstracción y programación), números, alfabetización, y habilidades de colaboración.
Enfocado en niños que asisten al primer y segundo nivel de transición (pre-kínder y kínder).