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Lautaro Carmona
Para el titular regional de la cartera, el avance en infraestructura en materia ganadera no será completo, para impulsar la productividad de la actividad, si es que no existe un enfoque que permita sostener el desarrollo de los animales, más aún en un contexto de escasez hídrica permanente.

Con más de una década de una sequía en la región de Coquimbo, la ganadería es uno de los sectores más afectados por la falta de agua. 

Ello, se ha traducido en una dramática disminución de la pradera natural que hasta hace unos años servía de alimento a los animales y aseguraba de esta forma, la sostenibilidad de la actividad en la región, tanto en el área caprina como bovina. 

Sin embargo tras un año 2019 especialmente duro por la ausencia de precipitaciones, los ganaderos como las autoridades se han visto en la obligación de tomar medidas drásticas para salvar la masa ganadera que aún se mantiene en pie. 

Así por ejemplo, respecto al ganado mayor, una de las estrategias usadas ha sido el traslado de animales desde nuestra zona a regiones del sur como Ñuble o la Araucanía. El objetivo: asegurar su alimentación. De hecho esta misma semana, ya un grupo de animales se encuentra en esta última región donde pasarán los próximos meses hasta recuperar su condición física. 

En conversación con El Día, el seremi de Agricultura, Rodrigo Ordenes, explica que más animales seguirán llegando “al sector de Curacautín, donde van a ser recibidos por el lonco Guillermo Ñirquil, quien accedió a prestar 6.000 hectáreas para poder llegar con este ganado vacuno”. 

-¿Cuántos ganaderos de la región están participando en esta iniciativa?

“Aproximadamente son 14 ganaderos los que están trasladando este ganado y además a través de INDAP, vamos a apoyar con un capital de trabajo para que ellos puedan hacerse cargo de los gastos que este traslado involucra.  

Estamos trasladando 600 animales ahora a la Araucanía. Ya se trasladaron aproximadamente 1.000 cabezas de ganado bovino a la región de Ñuble, a la comuna de San Nicolás y también estamos viendo la posibilidad de trasladar aproximadamente entre 1.000 a 2.000 cabezas de ganado caprino principalmente, de Limarí al sector de San Fabián de Alico, también en la región de Ñuble. 

Estamos haciendo todo lo posible para tratar de ver cómo apoyamos a nuestros ganaderos debido a las dificultades por las que están pasando”. 

-¿Cuál es el objetivo de trasladar animales al sur? 

“Hay que dejar muy claro que los animales que están viajando a la Araucanía y Ñuble es para mejorar su condición corporal y poder, cuando ya estén en mejores condiciones, venderlos en las ferias que tenemos en esas regiones. Así se hizo ya en Ñuble donde un gran porcentaje de animales que llegaron al sector se vendieron en las ferias de Bulnes y San Carlos, de tal forma que nuestros ganaderos puedan recuperar en parte su capital de trabajo. 

Entendemos que los precios y las condiciones de nuestros animales no son las óptimas por lo que pasa acá. Pero de alguna manera, como gobierno, buscamos tratar de aliviarle esta carga y así, puedan recuperar parte significativa de lo que han invertido”. 

-¿Es una decisión personal de ellos el vender sus animales?

“Es la opción, porque después traerlos de vuelta a la región tras cuatro meses y ver la realidad en que estamos viviendo, en donde no tenemos praderas y los costos que también presentan los fardos de pasto, los cuales están entre 8.000 a 10.000 pesos cada uno, motiva a que ellos tomen esa decisión. 

Creo que es la mejor alternativa para recuperar parte de ese capital y después cuando mejoren las condiciones, poder reinvertirlos. 

Entendemos que el ganadero que vendió todo su ganado, va a seguir siendo ganadero, por lo tanto la idea es darle una posibilidad para que pueda recuperar su situación una vez que mejore el contexto de escasez hídrica en la región”. 

Soluciones definitivas

-Teniendo en cuenta que este verano se presenta complicado producto de la sequedad y el calor, y que aún no sabemos cómo vendría el resto del año en cuanto a precipitaciones, ¿qué acciones está llevando a cabo el ministerio para poder responder ante la posible  situación en la sequía recrudezca?.

“Ahora, durante el mes de enero, a través de INDAP,  vamos a iniciar una nueva entrega de capital de trabajo, una línea nueva para apoyar al sector caprino pero también al sector de la pequeña agricultura familiar campesina. Estamos hablando de un bono que sabemos que no es la solución definitiva, pero sí alivia y permite en parte, poder solventar los gastos en que los crianceros están incurriendo. Lo estamos dividendo en un bono para el sector caprino y otro para el sector de los bovinos. 

Ya entregamos un bono a crianceros que van a la cordillera argentina. En tanto, al sector de los agricultores pequeños se les va entregar un bono este próximo 10 de enero. Paralelamente junto con INDAP y la CNR esperamos seguir con el trabajo que estamos realizando de revestir, mejorar y acumular todo lo que es riego tecnificado para la agricultura familiar campesina. 

Además, vienen algunas modificaciones para la CNR como por ejemplo, cuando las bonificaciones se pagan cuando se ejecutan, ahora estamos buscando que un porcentaje de dichas bonificaciones se entreguen al inicio el proceso, para que las organizaciones de aguas puedan contar con un financiamiento al momento de iniciar la obra y una vez terminada ésta, paguen el resto que está pendiente. Así aliviamos a estas organizaciones de buscar financimiento por otras vías donde todo sale más caro”.

-Pero en lo personal, ¿qué le provoca cuando usted entrega un bono y luego, al cabo de un mes ese criancero ya no tiene esos recursos?

“Tenemos medidas de mediano y largo plazo en donde cada uno de nuestros organismos tienen las herramientas para su implementación”. 

-¿Pero se ha avanzado en el tema de largo plazo? ¿Cuál es la solución de fondo para ese problema?

“Yo llevo trabajando en el sector agrícola hace tiempo, fui jefe de área de INDAP en Combarbalá, que es uno de los epicentros de la sequía, y ahí conversábamos con los crianceros, quienes explicaban que efectivamente, un bono durará unos 15 días, pero el problema de fondo se mantiene. 

Y en ese momento nos dimos el trabajo de mejorar todo lo que es infraestructura, pero el pilar fundamental, y dentro de los temas en que debemos enfocarnos en el sector ganadero principalmente, es en la alimentación. 

Es decir, no sacamos nada con entregar una serie de infraestructuras si el pilar fundamental es la alimentación para que ellos puedan producir leche y queso. 

Es por eso que el Plan Caprino que se va a iniciar ese año 2020, viene focalizado en ese punto, cómo hacer una ración alimenticia, poder avanzar ya hacia el manejo de la semiestabulación o estabulación completa de los animales.

Ahora entendemos que no todos los crianceros van a cumplir con esas condiciones, porque sabemos también que hay gente que es trashumante, que va hacia la cordillera, que la materia prima para mantener a sus animales, es decir la pradera, ya no está en los cerros, y lo mas probable es que esa condición se mantenga”.

Cambiar la estrategia  

-¿Usted escuchó en su momento, las palabras del ex director del INDAP, Ricardo Ariztía, cuando señalaba que lo mejor era ‘matar’ las cabras?

“Sí, pero no se trataba de ‘matar’ las cabras, sino que reducir un poco la masa ganadera. 

Yo creo que las palabras que se manejaron en esa oportunidad fueron un poco chocantes, pero también ahora los ganaderos, después de conversar mucho con ellos, están en esa mirada de que hay que reducir la masa ganadera, porque la misma naturaleza está mandando señales. 

Si nosotros vemos las estadísticas, desde el año 2010 al año 2015 hubo una baja muy fuerte de cabezas de ganado, cerca de 150.000 animales se perdieron. Pero cuando llovió en 2017, se disparó nuevamente la cantidad de animales. Por lo tanto siempre ha sido un tema fluctuante dependiendo de las condiciones climatológicas.

Por eso vamos a disponer de 2.000 millones de pesos en 2020 para mejorar las condiciones de muchos crianceros que son el primer sector que ha sufrido la escasez hídrica sobre todo en el sector del secano. 

No podemos hacer llover, pero si podemos entregar mejores condiciones para el desarrollo de la ganadería. Nosotros desde 2010 hasta la fecha hemos gastado más de 20.000 millones de pesos en temas de capital o bonos de emergencia. Y tenemos que hacerlo pero además, tenemos que ver cómo podemos ser más eficientes con los recursos que podemos disponer”. 

-De hecho eso es lo que se busca, que el Plan Caprino quede como una política de estado...

“Sí. La región de Coquimbo concentra el 50% de la masa caprina a nivel nacional. Por lo tanto, es un rubro importante para la región. Muchas familias dependen del sector caprino, por lo tanto, para nosotros también es muy importante poder ejecutar este plan.

Tenemos bastantes responsabilidades como gobierno, pero también los propios crianceros para poder utilizar de buena manera estos recursos, que no son pocos. 

La verdad, yo creo que un país que quiere desarrollarse y quiere tener una agricultura potente, no puede quedarse esperando si llueve o no llueve, o si se acumula nieve en la cordillera, sino que tenemos que tener la infraestructura y tecnología necesaria para hacer frente a estas situaciones que van a ser permanentes y forman parte ya de la estructura de trabajo.

Llevamos más de una década con una sequía permanente, por lo que tenemos que tener otra mirada de trabajo. Lamentablemente estamos atrasados en cuanto a decisiones, pero creemos que el camino tiene que tener un vuelco para invertir en nuevas tecnologías que ya están a disposición”. 

 

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