- El país nórdico es número uno en la prueba Pisa y dentro de sus características está la educación gratuita y la calidad de los docentes
Si hay un tema que ha marcado la agenda noticiosa del 2011 y 2012 es la educación y sobre todo la calidad de la enseñanza que se entrega en las aulas. En este contexto es relevante conocer experiencias exitosas que han tenido otros países en esta materia, como lo puede ser Finlandia.
Pero, ¿por qué esta nación europea? Simple, ya que desde hace unos años ha liderado las mediciones internacionales. Además, los niños finlandeses estarán entre los profesionales más preparados del mundo.
Dentro de las claves que se han implementado para mejorar la educación está que desde la guardería hasta la universidad la enseñanza es gratuita; hasta los cinco años no califican con números a los estudiantes, por lo que se fomenta la cooperación; en los primeros años de enseñanza están concentrados los mejores docentes, quienes consideran un honor moldear a los pequeños.
También, existen menos horas de clases, lo que ayuda a que los profesores puedan prepararlas y reunirse con los apoderados, pero quizás lo más relevante es la cultura que enfatiza en la lectura, por ejemplo, “en Finlandia el 80% de las familias van a la biblioteca el fin de semana”, explica el psicólogo escolar Javier Melgarejo, quien se dedicó a estudiar este modelo nórdico.
Estas características contrastan con el sistema educacional chileno, donde vemos que hay educación pública, subvencionada y particular. Además, desde muy temprana edad son sometidos a evaluaciones y mediciones; las parvularias, quienes se encargan de uno de los periodos más relevantes del desarrollo cognitivo del niño, están dentro de las profesionales peores remuneradas.
Por otra parte, las más de mil horas lectivas de nuestro país versus las 608 de Finlandia hacen que los docentes no tengan el suficiente tiempo para preparar las clases; en Chile las pedagogías tienen los puntajes de corte más bajos, mientras que en el país nórdico hay exigentes requisitos para estudiar esta carrera y, además, la cultura es diferente porque los europeos ponen en primer lugar la educación y en este sentido los padres juegan un rol clave a la hora de comprometerse en la enseñanza de los hijos.
Respecto a este último tema, Paulina Melo, psicóloga del programa Aprendiendo en Familia de la Fundación CAP, plantea que la familia y el colegio son socios estratégicos, “para que un establecimiento tenga buenos resultados se requiere del apoyo del hogar. Hay roles diferenciados, por lo que ambos deben contribuir para que el niño tenga un desarrollo pleno. Ninguno se puede restar”, detalló.
Melo planteó que en la actualidad, por los tiempos y el rápido pasar de la vida, muchos padres ven en la escuela un lugar donde dejar a los hijos y esperar que ella “haga el trabajo de educarlos”.
Sin embargo, la psicóloga señala que si bien hay padres que no entregan el apoyo suficiente a sus hijos en el proceso educativo, “la escuela debe tener la inteligencia para sumarlos al trabajo, darles el espacio para que ellos puedan participar y sentir que desde la casa pueden contribuir a mejorar el aprendizaje de los niños”, expresó.
EL PROFESOR, EL PILAR. Dentro del sistema escolar finlandés, los mejores docentes trabajan en los primeros años de enseñanza del niño, ya que es en este periodo donde se aprenden los fundamentos de todos los posteriores aprendizajes. Se considera que hacia los 7 años el alumno se encuentra en la fase más manejable. Por eso, se considera esencial seleccionar a quien ayudará en este proceso.
En este contexto, los requerimientos que se exigen para ser docente son bastantes. Por ejemplo, obtener un 9 ó 10 durante el bachillerato, además se requiere una gran dosis de sensibilidad social, por lo que se valora la participación en actividades sociales o de voluntariado.
Sumado a estos procesos, cada universidad escoge después a sus aspirantes a profesores con una entrevista para valorar su capacidad de comunicación y de empatía, un resumen de la lectura de un libro, una explicación de un tema ante una clase, una demostración de aptitudes artísticas, una prueba de matemáticas y otra de aptitudes tecnológicas. Son las pruebas más duras de todo el país.
Tan complicado y competitivo es el sistema de selección que, por ejemplo, en el 2010 en la Universidad de Helsinki se presentaron mil 255 postulantes, pero sólo se aceptaron 123 alumnos.
Y es justamente este difícil proceso el que determina el gran respeto que sienten los finlandeses por los docentes. Sin embargo, en Chile se ha perdido la admiración de antaño por la carrera docente. Así lo plantea Roberto Rivera, presidente regional del Colegio de Profesores.
El dirigente indica que esta carrera se ha visto desvalorizada en la sociedad. “Nosotros como educadores ganamos menos que otros profesionales universitarios. Esto nos pone a una distancia muy grande de Finlandia”, precisa.
Rivera planteó que en un momento en el país los estudiantes optaban por la carrera de pedagogía como su segunda o tercera opción. Sin embargo, valoró los esfuerzos que se han hecho para aumentar la cantidad de jóvenes con buenos puntajes en la PSU que se dicen por esta profesión, pero “no es suficiente, porque lo importante es saber educar y tener vocación”, indicó.
¿SE PUEDE REPLICAR EL MODELO EN CHILE? Para Maritzaida Rojas, directora de la Escuela de Educación de la Universidad Santo Tomás, La Serena, se puede traer esta modalidad de enseñanza, pero plantea que hay que considerar que nuestro país se rige por políticas diferentes.
Rojas explica que, por ejemplo, en Finlandia las escuelas elaboran sus propios programas de estudios complementarios de acuerdo a su realidad, en los primeros 6 años tienen un maestro por curso con un máximo de 24 alumnos.
Además, cuando un niño vive a más de 5 kilómetros de una escuela, el Estado es el responsable de movilizarlo, sumado a esto, “menciono que el alumno recibe los textos y la alimentación sin costo alguno para la familia. Los docentes son altamente calificados, por lo que se les exige bastante, pero son respetados, lo que permite que gocen de un prestigio y reconocimiento social”, detalla.
Sin embargo, “aunque implementemos el modelo Finlandés, tal cual y se realicen todos los cambios necesarios para ello, los resultados no serán los mismos, nuestras bases culturales son diferentes, el cambio es mucho más profundo”, afirmó Rojas.
Ante este escenario la profesional señala que lo que se debe hacer, “es lo que hoy estamos desarrollando, conociendo estas experiencias, los modelos exitosos de otros países, asesorarnos con los expertos educacionales de dichos países, de manera de poder analizar y determinar qué estrategias, que para ellos han sido exitosas, podemos implementar en Chile, con los ajustes necesarios acorde a nuestra sociedad y cultura”. 4101iR