Miguel Ortiz es un hombre de esfuerzo que sufrió un abrupto cambio en su vida el año 2015, luego de ser amputada su mano derecha tras un accidente de trabajo. Hoy él tiene una prótesis que la reemplaza pues fue adquirida desde hace un año aproximadamente. Actualmente participa en diversas ferias artesanales de Coquimbo exponiendo sus joyas.
Con 58 años y padre de 4 hijos trata de seguir con su vida, entre los tiempos de rehabilitación y trabajo, proceso que le ha costado bastante aseguró “de apoco voy ayudando a mi cerebro a acostumbrarse con la mano izquierda, ya que antes yo era totalmente diestro” sostuvo.
Respecto a la forma en que perdió la extremidad el narró que fue en un accidente de tránsito luego de trabajar en un sector de Copiapó, habilitando un camino minero, donde se desempeñaba como operador de maquinaria pesada.
Terminada la jornada laboral, emprendieron el viaje de regreso a casa, fue entonces que “en una curva cerrada nos encontramos con un camión en “pana” y con la velocidad que llevábamos en la camioneta, el chofer no vio un cono y nos volcamos, yo era el copiloto quedé atrapado por 4 horas y perdí el conocimiento por un largo tiempo”, relató el artesano con tristeza al recordar ese episodio.
LOS EFECTOS DE LA DEPRESIÓN
Cabe destacar que las consecuencias que ha generado este accidente en su vida son negativas indicó Ortiz, ya que, a partir de ello sus estados de ánimo han sido afectados notablemente.
Desde entonces sufre de ansiedad. Por lo mismo, está en sesiones con un psiquiatra para sobrellevar el trauma que se originó a partir del tiempo en que estuvo atrapado en aquel accidente y las lesiones que le cambiaron su vida.
Esta situación también impactó en parte de su grupo familiar, contó que para su pareja esta nueva realidad es difícil. Ella debe acompañarlo gran parte del tiempo y ayudarlo con algunas destrezas que él aún no logra desarrollar, “ella me ayuda bañar, a comer, hacer cosas que son tan fáciles pero que a mí me cuestan, pues aun no me acostumbro sólo con mi mano izquierda” manifestó.
Miguel siempre fue artesano, trabajaba en cobre, soldaduras de plata, bronce, alpaca y cuero, conocimientos que aseguró tener, “pero me complica no contar con mí mano derecha”, lamentó. Interrumpió este oficio para dedicarse a la minería durante 15 años, actividad que le permitió tener una buena calidad de vida, hasta el momento del accidente.
POSTULANDO A PRÓTESIS
Hace cuatro meses que regresó a crear nuevas piezas de joyería: aros, pulseras y collares de diversos materiales como conchas de mar y piedras de lapislázuli, amatista, turquesa entre otras.
Luego de haberse realizado diversos exámenes está esperando la aprobación de una nueva prótesis para su extremidad derecha que le permitirá ampliar sus movimientos, pues con la que tiene actualmente sólo puede usarla como apoyo. “Si dios quiere voy a postular a una prótesis integrada, ya que la que tengo en este momento es muy limitante, me sirve como apoyo, pero para crear cosas se me hace muy difícil” concluyó Miguel Ortiz.