Esto impide realizar la ampliación de los camposantos y su crecimiento, impactando así en la ciudadanía, que requiere de soluciones urgentes ante la sobrepoblación en estos recintos y el costo asociado de las alternativas privadas para dar sepultura a sus deudos.

no de los momentos más dolorosos de la vida es despedir a un ser querido que ha fallecido y todos lo vivimos de diferente manera. Sin embargo, hay algo en común, el último adiós se realiza al interior de un cementerio, ya sea este municipal o privado. Pero, ¿qué sucede si no contamos con un recinto público para dejar a los difuntos?, ¿optamos por el servicio privado asumiendo su costo? o ¿la cremación?; ¿o, en definitiva, llevamos a nuestro ser querido a otro cementerio fuera de su lugar de origen?Estas son algunas de las interrogantes que hoy deben enfrentar muchas personas en la región de Coquimbo al momento de dar sepultura a algún familiar o cercano, y la razón es clara: El colapso de los cementerios públicos es real y la situación es crítica. Más aún ante la alarmante cifra entregada por la Seremía de Salud de Coquimbo, que informa de la existencia de 101 camposantos en la región, de los cuales sólo 8 cuentan con resolución sanitaria para funcionar.Estos últimos corresponden a los cementerios de la Comunidad Agrícola de Chacarillas en Chañaral Alto, la Comunidad Agrícola de Monte Patria en Peralito, y los recintos de La Foresta en La Serena y Parque Cementerio en Coquimbo; además de algunas inmobiliarias en la provincia del Choapa. Mientras que el resto está fuera de norma, impidiendo sus ampliaciones para enfrentar la problemática actual, acrecentada por la demanda existente.  

REGULACIÓN En el año 1970 tuvo su génesis el Reglamento General de Cementerios, bajo el alero del Servicio de Salud. Pero muchas de las exigencias no consideraron que gran parte de estos recintos se conformaron antes de ello y sin la debida planificación, por lo que se les hace imposible cumplir varios aspectos de la normativa; impidiendo regularizarse sanitariamente.Entre ellas está la ubicación de los camposantos, que no deben estar instalados a menos de 25 metros de zonas residenciales; además, la mayoría de los recintos no cuenta con las medidas de separación mínima entre las sepulturas y han crecido más allá de la altura permitida, que llega a los 3,5 metros. Por otra parte, varios carecen de red de evacuación de aguas y se expanden de manera irregular. Fue en el año 2005 que entraron en operación las seremías de Salud, que adoptaron el rol fiscalizador de las normativas sanitarias. Sin embargo, a la fecha y dada la complejidad que significa dar cumplimiento a estas, no se opta por cerrar los camposantos sin regulación, considerando el problema sanitario que se generaría. Pero esto también y como se indicó, traba la ejecución de proyectos de ampliación, haciendo que las administraciones de los cementerios opten por expandirse en la ilegalidad y sin solucionar el problema de fondo.

CRUDA REALIDAD El colapso del cementerio municipal de Coquimbo, con capacidad para 4.660 sepulturas, expuso este tema ante la opinión pública debido a las continuas denuncias y reclamos de la misma comunidad, que al querer dar sepultura a sus deudos debió optar por otras alternativas, dando cuenta así de esta realidad.“Siempre vi el tema de los cementerios como algo ajeno hasta que me tocó buscar dónde sepultar a mi mamá sin encontrar un lugar. Ahí sentí el dolor, cuando me dijeron que no había espacio disponible para ella hasta cuando se construyeran nuevos nichos; así debí optar por reunir el dinero para irnos a un parque cementerio en La Serena. No comprendo cómo no existe un lugar público y asequible donde los coquimbanos descansemos al fallecer”, señaló Daniel Castillo, quien hace un mes concurrió al cementerio de Coquimbo en busca de servicios.Esta problemática se arrastra sin solución desde hace dos años en la comuna puerto, y bien la conoce Óscar Cortés, hombre de avanzada edad, quien mientras paño en mano limpiaba la sepultura de su difunta esposa, consignó que “el colapso del cementerio está ocasionando que muchas familias no puedan dar sepultura  a sus deudos junto a los seres queridos, tal cual me sucedió hace meses, cuando falleció mi hija enferma y debimos trasladarla al parque cementerio. Claro, asumiendo una gran deuda monetaria”, señaló.Ante este problema mayor, el municipio de Coquimbo está edificando algunos nichos para cubrir la demanda inmediata, pero esto no es suficiente y eso lo tienen claro.  Por ello se adquirió un terreno aledaño al cementerio municipal para generar un proyecto de ampliación, pero apareció la traba legal: el cementerio no posee regulación sanitaria y toda obra realizada a la fecha está fuera de norma, paralizándose la propuesta.“Tenemos que buscar la forma administrativa, en una lógica de ampliación, para que el recinto cuente con resolución sanitaria. La idea es minimizar los tiempos porque nos hemos demorado bastante, y ahora elaboramos una propuesta que presentaremos a la Seremía de Salud y las autoridades ambientales y de urbanismo. Se debe dar una solución a la problemática, propiciada por un reglamento sanitario de cementerios no actualizado y obsoleto”, aseguró tras ser consultado, Luis Henríquez, secretario comunal de Planificación de Coquimbo.Así, el proyecto de ampliación del cementerio de Coquimbo necesita al día de hoy de $600 millones para ser ejecutado, cuyo financiamiento en la actualidad no existe y legalmente la iniciativa no se puede concretar. Mientras, la comunidad sigue esperando una solución, considerando que el Cementerio Católico, con capacidad para más de 10 mil sepulturas, también está colapsado.

LA SERENA. En la comuna de La Serena la situación es similar. La Corporación Municipal Gabriel González Videla (GGV) está a cargo de la administración de los cementerios municipales, y ambos están sin resolución sanitaria. El primero de estos se ubica en el sector La Antena y actualmente presenta un colapso en su capacidad, pero aún puede funcionar readecuándose interiormente, y el otro camposanto se sitúa en el sector de Las Compañías.En el Cementerio General están sepultadas más de 14 mil personas, en aproximadamente 35 mil m2 cuadrados que se expande el recinto. Pero con el correr de los años han enfrentado la falta de espacios y nichos mediante traslados internos y externos, además de exhumaciones y reducciones de nichos vencidos, lo que hace  proyectar su funcionamiento de aquí a poco más de 5 años.Respecto a la situación del Cementerio Las Compañías, dentro de su capacidad de espacios de construcción cuenta con un período de sepultación superior, extendiéndose de 30 a 50 años aproximadamente, considerando y proyectando su crecimiento en 14 mil m2, aledaños al emplazamiento actual, en el sector norte (correspondiente a 5.000 nuevos espacios).Además de ello, se están realizando trabajos de ampliación y  mejoras correspondientes a la habilitación de baños públicos, agua potable,  pavimentación  y electricidad. Asimismo, se instalará una plazuela para comodidad de los usuarios y hermoseamiento del cementerio. Y se espera que en el mes de septiembre finalicen  las obras, que permitirán avanzar en el proceso para la obtención de la resolución sanitaria.“El servicio del cementerio General GGV tiene su capacidad de sepultación aproximada, de 5 a 10 años más. Por otra parte, y como proyectamos expandir el cementerio de Las Compañías, se hace necesario avanzar en reformular o actualizar el reglamento general de los cementerios para sacar el máximo provecho a los espacios disponibles y poder entregar un servicio acorde a lo que demanda la gente. Esto permitirá, además, destrabar  los procesos administrativos y enfrentar de manera correcta la problemática actual”, señaló el alcalde de La Serena, Roberto Jacob, al referirse a la situación que atraviesan los cementerios locales.

DESDE VICUÑA. La situación de la comuna de Vicuña, en materia de disponibilidad de cementerios, no se escapa de la irregularidad en cual funciona la mayoría de los recintos que hoy presentan un colapso. Aquí y bajo la administración municipal existe un total de cinco camposantos, en San Isidro, El Tambo, Villaseca y Varillar, además del de la ciudad capital, que alberga 4.576 sepulturas y está en situación de colapso; pero proyecta ampliarse hacia terrenos aledaños. Respecto a los otros recintos, los camposantos de las localidades de San Isidro y Villaseca se encuentran colapsados en su capacidad, pero se están generando propuestas para la ampliación igualmente. No obstante, la falta de resolución sanitaria puede entrampar estos proyectos.    “Nosotros estamos preocupados de nuestros 5 cementerios que tenemos como administración, y en cada uno de ellos hemos hecho inversiones para entregar un mejor servicio a la comunidad. En el de Vicuña, por ejemplo, tenemos un proyecto de ampliación, ya que sabemos de la necesidad de nuevos espacios y de todas formas haremos trabajos de poder crear más lugares para la comunidad”, sostuvo el alcalde de Vicuña, Rafael Vera.En la aseveración del edil se demuestra cómo en el transcurso de los años gran parte de los cementerios de la región crece y se expande fuera de norma, claro, supeditado esto a la necesidad urgente de la ciudadanía, que es comprendida por las autoridades comunales.

OVALLEOtra comuna en situación de colapso de su cementerio municipal es Ovalle, que es uno de los recintos más grandes de la región al albergar a 35.646 sepulturas. Pero tampoco cuenta con resolución sanitaria y en él se detectó una serie de irregularidades.A ello se refirió el alcalde de Ovalle, Claudio Rentería, y señaló que “esta administración ha trabajado en el ordenamiento del cementerio, donde desde un comienzo nos encontramos con una serie de irregularidades. Como la venta ficticia de terrenos y ciertas anomalías en los cobros,  a lo que se suma la falta de resolución sanitaria que debemos superar junto a la autoridad en esa materia”, sostuvo.Rentería asume que esto no es una tarea fácil, pero recalca que existen acciones concretas para dar solución al tema. “Hace algunas semanas profesionales del Departamento de Salud e Higiene Ambiental presentaron ante el concejo comunal una propuesta para utilizar –inicialmente- 5 de las 10 hectáreas disponibles de un terreno municipal, ubicado a un costado de la Ruta D-45. Nuestra idea es consolidar en este sector la propuesta de un nuevo cementerio, ya que las características técnicas del  terreno están acordes con los requerimientos, siendo la actual alternativa del municipio”.En detalle, el municipio de Ovalle adquirió un terreno de 10 hectáreas, en el cual se proyecta emplazar el nuevo camposanto, que se encontraría ubicado a un costado de la Ruta D-45, que une a Ovalle con Socos, y en las cercanías del actual cementerio privado Parque del Recuerdo.          AUTORIDAD SANITARIALa casi nula disponibilidad de sepulturas en recintos bajo la administración pública claramente preocupa a las autoridades sanitarias, al ser este un problema que afecta a la ciudadanía. No obstante, acceder a la información oficial desde la Seremía de Salud de Coquimbo, que permitiera dar sustento a la realidad y peso a lo señalado en este reportaje referido al colapso de los camposantos y a la falta de regulación sanitaria existente en 83 cementerios de la región, fue muy complejo.Tras un mes de gestiones, fue en el Gobierno Regional donde se generó el nexo para acceder a los datos requeridos, pactándose una entrevista con el seremi (S) de Salud, debido a que nuevamente la autoridad titular se excusó.Así, junto a Herman Cifuentes, jefe del Departamento de Acción Sanitaria de la Seremía de Salud, se logró aclarar lo que hoy sucede en materia de falta de regulación de cementerios y lo que ello implica, además del camino hacia una solución que permita enfrentar de fondo el colapso de los camposantos, y destrabar para ello sus proyectos de ampliaciones, o la construcción de nuevos recintos.   “La imposibilidad de regularización de los cementerios al haberse conformado antes de la norma nos imposibilita realizar una labor fiscalizadora efectiva, respecto a lo señalado por el reglamento. Así han crecido y se han ampliado en el tiempo estos recintos, pero nadie de los administradores viene a la Seremía de  Salud a dar a conocer estos proyectos. Nosotros no podríamos autorizar la ejecución de iniciativas, si no contamos con algo regulado desde su origen”, precisó Cifuentes.En este escenario, si la Seremía de Salud cumpliera su labor fiscalizadora, debería ordenar el cierre del 92% de los cementerios sin regulación sanitaria existentes en la región. “Pero se opta por el mal menor, ya que si se cierran los cementerios esto nos origina un problema sanitario mayor, al no tener la población dónde disponer de sus seres queridos”, afirmó el jefe del Departamento de Acción Sanitaria de la Seremía de Salud.La información delata la urgente necesidad de avanzar en mejorar la normativa existente y que data del año 1970, con el fin de permitir enfrentar el colapso de los cementerios. Por ello, “en el Ministerio de Salud está en estudio realizar modificaciones a la norma, ya que en todo Chile estamos en las mismas condiciones. Es un reglamento antiguo que se debe perfeccionar ante la realidad existente en los cementerios”, concluyó Herman Cifuentes, en su calidad de seremi (S) de Salud de Coquimbo.  Es de esperar que lo último señalado tenga celeridad, ya    que es la ciudadanía la que asume la falta de regulación actualizada, que impide contar con cementerios públicos que respondan a las necesidades existentes.

 

 

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