Profesionales del Serena Zoo dijeron que es posible que la forma de alimentar al animal no fue la correcta y defendieron el protocolo que terminó con la vida del felino.

El incidente registrado en el Zoológico Metropolitano de Santiago, y que terminó con un tigre blanco muerto y su cuidador internado con heridas de gravedad en el Hospital del Trabajador, puso en el tapete la seguridad en los recintos de exhibición de animales y los procedimientos que se utilizan para alimentarlos. El propietario de Serena Zoo, Edwin Vernal, cree que esta lamentable situación se debió a un error humano y afirmó que las medidas de seguridad son fundamentales en el único recinto de la región que cuenta con un tigre.

“Curiosamente todos los escapes de animales se han registrado entre las 08:30 y las 09:00, porque es la hora en la que el cuidador ingresa a la jaula a alimentar a los animales. Y los accidentes, como en éste, se producen por un exceso de confianza del cuidador, al no cerrar una puerta o el no saber dónde está el animal”, dijo a El Día.

El recinto cuenta con una tigresa de seis años traída de Argentina y que pesa cerca de 180 kilos. Para asegurar a los visitantes, el recinto posee una jaula con mallas especiales, cerco eléctrico y una serie de puertas de seguridad. “Para poder entrar al dormitorio del animal hay que pasar por tres o cuatro puertas. Todas ellas con sus respectivos candados. Además, la alimentación se debe hacer cuando no hay visitas. Este proceso se tiene que realizar siempre con dos personas”, indicó Vernal.

 

DARDOS. En cuanto a las versiones que señalan que se podría haber utilizado dardos tranquilizantes y no sacrificar al animal, el administrador del recinto Marcelo Elorza, aseguró que en el tiempo que demora la preparación del dardo con el medicamento, el felino podría haber matado a su cuidador.

“Esto tiene un tiempo de preparación que tarda al menos unos dos minutos, se debe hacer una mezcla de dos fármacos (Ketamina y Xilazina), y eso se debe hacer en el momento, pues, si se hace antes se cristaliza. No se pueden tener dardos preparados ante una emergencia. Luego el tranquilizante hace efecto entre unos cinco a siete minutos. Por ello se debió optar por utilizar un arma de fuego”, afirmó.

Ambos profesionales aseguraron que les llama la atención que un cuidador con tantos años de experiencia haya cometido este error que pudo haberle costado la vida. 4501i

 

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