Luego de una complicada enfermedad dejó de existir el abogado Fernando Tapia Arriagada, quien en su vida tuvo una amplia participación en la sociedad serenense, done fraguó grandes amistades y es recordado por su afabilidad y alegría.
El profesional no sólo desempeñó su profesión de manera particular, también fue funcionario municipal en La Serena, desde donde lo recuerda Eugenio Munizaga, precisando que llegó al municipio por sus propios méritos incluso se presentó cuando buscaban a un abogado.
En el municipio de esos años prestó una gran colaboración, demostrando el amor a su profesión. Allí también estuvo como jefe de la Oficina de Planificación Comunal, con un desempeño meritorio.
Eugenio Munizaga dice que trabajó en los tiempos en que “había que ser Quijote para trabajar en la municipalidad”, ya que era una época en la que el municipio tenía muy pocos recursos, pero él se entregó por entero a su trabajo.
Dice que era “un hombre con un carácter jovial, simpático, gran amigo. Fue un hombre con mucho espíritu social”.
De hecho Fernando Tapia Arriagada fue presidente de la Corporación Industrial para el Desarrollo Regional, CIDERE, desde donde se considera fue un gran aporte a la región y desde donde también mostró un gran sentido de servicio público.
Siempre estuvo preocupado de las distintas áreas y del progreso de la ciudad.
En la actualidad era fiscal del Banco Santander.
Su partida es lamentada.