• Cerca de las 15:45 horas de ayer, Carabineros llegó hasta el establecimiento educacional.
  • Durante prácticamente una hora, estuvieron haciendo las tratativas para poder ingresar al recinto.
  • Por una puerta lateral, salieron diversas cajas con documentación.
  • Dos de los socios no podían ingresar al establecimiento por problemas con la directora
Crédito fotografía: 
BSK
En la tarde de ayer, se ingresó al establecimiento del que se anunció su cierre en el mes de marzo, medida que apoyan dos de sus socios que acusan malas prácticas de su directora, que se niega a terminar con el proyecto

En horas de la tarde de ayer, aproximadamente a las 15:45 horas, Carabineros llegó hasta el colegio Trinity School,  fuera de la jornada escolar, ante una denuncia efectuada por socios de la entidad que lidera este establecimiento.

Si bien la directora del establecimiento, Andrea Edding, que también forma parte de la sociedad, desea continuar con este proyecto educativo, que comprende a más de 300 alumnos y 44 docentes, los otros dos socios, José Luis Jarpa y Luis Ulloa plantean que desde hace tiempo no se están cumpliendo los acuerdos de la sociedad y que  la actual directora del establecimiento  quiere “adueñarse” del colegio sin permitir que los demás participen de la administración del recinto, por lo que han abogado por el fin de esta sociedad hasta la actualidad.

Pero ayer se vivió un momento límite, cuando finalmente Carabineros intervino ante el requerimiento que señala que la directora no les permitía el ingreso.

Finalmente, la autoridad policial logró ingresar hasta las oficinas y según información entregada a El Día, la directora Edding habría estado “oculta” en una de las dependencias del colegio. Además, un equipo de prensa de nuestro medio pudo verificar que eran sacadas, por una puerta trasera del colegio, cajas hasta un vehículo particular. 

ESTADO DE LA SITUACIÓN

Cabe recordar que en marzo pasado, y según lo comunicado por medio de un aviso a través de las páginas de diario El Día,  se conoció  que  “la Sociedad Educacional Trinity School Ltda. informa a los padres, apoderados y comunidad educativa en general el cierre del establecimiento. Dicha decisión es motivada por los cambios en la legislación escolar y caducidad en el plazo de vigencia de la sociedad, conforme a los estatutos”.

Francisco Silva, abogado, comentó que al tratarse de una sociedad educacional “para ponerle término debe existir un acuerdo unánime entre las partes o debe concluir el plazo por la cual fue creada, por ende se debe dar término al año escolar. De lo contrario, y de seguir las diferencias en la disolución de la sociedad debe ser un tribunal quien ponga fin a esa sociedad”.   

El seremi de Educación, Luis Tello, señaló que “nos hemos reunido en tres oportunidades con las partes de la sociedad, pero no se ha podido llegar a acuerdo”. La autoridad agregó que se velará por la continuidad del año escolar  y que ante el cierre de este y otros colegios “se preparará un plan de contingencia para reubicar a los estudiantes en otros establecimientos si es necesario”. Respecto de un eventual cierre del Trinity sostiene que “sería lamentable porque se trata de un proyecto educativo bastante inclusivo e integrador, donde yo trabajé.  Pero estando en la otra vereda, mi interés está en velar por la comunidad educativa”, afirmó.

Por medio de un comunicado, que representa al sindicato de trabajadores de Trinity y portavoz de la directora del establecimiento, se señaló que “se procedió a descerrajar y cambiar las chapas de las puertas y a entrar en las dependencias. Repudiamos como Sindicato de Trabajadores Empresa Trinity School estas medidas de fuerza y de práctica antisindical de las que hemos sido objeto”. 

Respecto de la situación de la directora, Andrea Edding, señalaron que “está protegida por el fuero por negociación colectiva (...) y que su función mas allá de la propiamente de directora y representante de un tercio de la participación social, ha sido proteger el colegio respecto de estas personas que han manifestado públicamente su objetivo de cerrarlo  y destruirlo”.

Claudia Boniche, profesora del establecimiento, sólo espera que se solucione el conflicto societario. “La disciplina es buena, los niños son amorosos, los padres comprometidos, y los profesores todos muy profesionales y actualizados”, comentó a El Día.

 

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