• Los efectos económicos y sociales de esta situación motivó a evaluar la problemática y a tomar acciones para respaldar a los productores. Foto: Lautaro Carmona
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Lautaro Carmona
A la pérdida de hectáreas y plantaciones por la sequía, se sumó el hecho que Estados Unidos, principal mercado de los productores locales-, estaba cerrando las puertas para la comercialización de la variedad flame, tras la arremetida de nuevas variedades más resistentes y de mejor calibre provenientes de otros países.

A principios de junio de este año El Día mostró la crítica situación por la que estaban pasando diversos agricultores de uva de mesa de Chañaral Alto de la comuna de Monte Patria, dedicados a una actividad heredada por tradición familiar.

Además de la fuerte sequía que se registró en la zona por más de una década, y tras un una buena temporada en el 2015-2016 donde la variedad logró excelentes precios que permitieron un repunte, -más las lluvias que mejoraron los sistemas hídricos-, los productores comenzaron a vivir momentos desalentadores.

Para la temporada 2016-2017 su principal mercado, Estados Unidos, no estaba recibiendo la producción de uva flame, -mayoritaria en la zona-, por el ingreso de nuevas variedades provenientes de sus competidores directos, Perú y California. Éstas destacaban por su mayor calibre, calidad y especialmente mayor durabilidad, pudiendo mantenerse hasta por 3 meses en frigoríficos sin problemas.

163 Agricultores son los afectados por esta crisis de la uva

El precio dicha variedad se fue al suelo y la comercialización se hacía cada vez más difícil. “Tuvimos retornos negativos, de 20 dólares que valía la caja cayó a 7 u 8 dólares”, dijo Marcelo Laguna, agricultor del sector.

El panorama se tornó oscuro para los productores, pues endeudados con la banca, Tesorería y las distribuidoras eléctricas, se quedaron sin recursos para comenzar los procesos de cosecha que se dan entre septiembre y diciembre o enero.

Y debido a esto, anunciaron una decisión categórica. En 2018 los packing de uva, que por años han sido el sustento para miles de personas, dejarían de funcionar. ¿Las consecuencias? La pérdida de 2 mil puestos de trabajo, con un impacto social grande en las localidades interiores de la región, tomando en cuenta que estudiantes, dueñas de casas, viajeros y otras personas tenían una opción de generar recursos con esta actividad.

EXPORTADORAS SIN PRONUNCIARSE

A mitad del año los productores mantenían la esperanza de un repunte que finalmente no sucedió. No habían recibido liquidaciones de las exportadoras por lo producido en la temporada 2017-2018 y ninguna de las firmas había dado noticias de lo que ocurría.

Para esa fecha las empresas proporcionaban una cantidad de recursos a los agricultores para que comenzar con las labores en el campo, pero no lo hicieron.

El agricultor Juan Claudio Laguna, comentó en aquella ocasión a El Día lo que la exportadora le planteó.

“Me dijeron tú trata de financiarte como puedas y cuando lleguemos al momento de la cosecha, según como se ve el mercado, tal vez la llevemos, pero eso es mucha incertidumbre, porque tengo que asumir un costo de 20 mil dólares por hectárea para que después tal vez me digan que no voy a exportar”.

“MEDIDAS INSUFICIENTES”

Luego de dar a conocer esta problemática, las autoridades regionales y nacionales reaccionaron reconociendo que se trataba de una situación complicada y se comprometieron a buscar medidas paliativas para evitar consecuencias económicas mayores.

De esta forma, durante varios meses se realizaron diversas reuniones en la región y en Santiago, tras las cuales se indicó se realizarían algunos anuncios en materia de empleos y respecto al apoyo que requerían los productores.

El subsecretario del Trabajo, Fernando Arab, señaló que se pondrían a disposición 200 cupos de capacitación en distintos oficios. Asimismo, anunció 200 certificaciones de competencias laborales para trabajadores del sector agrícola.

“De 20 dólares que valía la caja cayó a 7 u 8 dólares”, Marcelo Laguna, agricultor

Sin embargo, el alcalde de Monte Patria, Camilo Ossandón, sostuvo que pese a valorar la voluntad que se ha expresado desde todos los sectores políticos, esto no resuelve el problema de fondo, que es la pérdida de empleos.

Por esta razón, planteó la opción de un subsidio directo a la contratación, además pidió que se hiciera un esfuerzo con la concreción de alianzas estratégicas con empresas.

LAS ALTERNATIVAS ANTE LA CRISIS

En paralelo los agricultores, conscientes que la solución a este conflicto es de largo plazo, pensaron en una alternativa que les permita mantener ingresos económicos para pagar deudas, comenzar a replantar y evitar perder las producciones actuales: la producción de pasas.

Sin embargo, se encontraron con dificultades económicas que debían ser resueltas, por lo que solicitaron ayuda del gobierno para encontrar financiamiento y aplacar a los acreedores.

Ante este escenario, a fines de noviembre, la Seremía de Agricultura anunció que los productores podrán acceder a comercializar de forma directa su fruta en el mercado de Lo Valledor, en Santiago y que surgieron empresas interesadas en adquirir la producción de pasas para el envío al exterior.

Además, en un encuentro en Ovalle, el Indap informó que se ha generado la posibilidad de que las empresas Frutexa y Pacific Nut, exportadoras de pasas, generen contratos de trabajo con los agricultores interesados, para que puedan comprar sus productos.

A esto se suma la gestión realizada con BancoEstado, quienes, a través de un financiamiento especial, ofrecieron a los productores acceder a un capital de trabajo.

Finalmente, ante las dificultades que presenta la uva, algunos productores ya han optado por cambiar sus cultivos a mandarinas, que tienen mejor comercialización. Se calcula que en este valle ya habría entre 1.000 a 1.200 hectáreas de este producto. 6101iR

En medio de la crisis de la variedad de vid, algunas agrícolas dieron inicio a una nueva temporada de
exportaciones a finales de noviembre e hicieron sus primeros envíos a Estados Unidos. Foto: Lautaro Carmona

EL RECAMBIO ES FUNDAMENTAL

La uva de mesa se constituye en la principal actividad agrícola de los valles interiores.

Pero debido a la crisis estas, lo más lógico es que se apueste a la reconversión. Se estima que actualmente existen más de 100 de estas nuevas variedades, que se han ido masificando.

Algunas de sus ventajas es que tienen un calibre y aspecto mejor, mayor resistencia y por tanto se pueden trasladar por amplias distancias sin problemas. Además es posible guardarlas en frigoríficos entre 90 y 100 días, lo que las ha vuelto las preferidas de los compradores.

Se estima que la recuperación de este sector productivo podría tardar hasta 3 años, periodo que demoraría el proceso de reconversión a nuevas variedades exportables.

 

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