En enero de 1999 tras la muerte del Patriarca Antonio Puga Rodríguez en noviembre de 1998, su familia solicitó al profesor Sergio Barraza Lazo para liderar el proceso de transición en la dirección de El Día. No era un desconocido. En la década del ’70 había cumplido una labor similar en tiempos duros. Incluso, estuvo entre los pioneros del periódico a finales del ’40.
Era reacio a las entrevistas. Sin embargo, el 2004 cuando el periódico cumplió 60 años accedió a entregar su experiencia en El Día, pero colocó una condición, que le enviáramos las preguntas y sin fotografías.
En el texto que se publicó en una histórica edición especial de aniversario, Barraza Lazo recorrió las diversas etapas que vivió en el periódico como periodista y después como director. Ahora cuando El Día se impactó con su muerte la tarde del domingo 8 de julio de 2018, publicamos pasajes de este artículo.
De entrada destacó la visión del padre Pedro Vega Gutiérrez que en abril de 1944 tuvo la fuerza para sacar el primer ejemplar. “Guardo los mejores recuerdos, como también los tengo de Raúl Cantuarias (fallecido), quien en ese tiempo (1947) fue pieza vital para el rodaje del diario. El padre Vega era todo un personaje muy apreciado en La Serena y en la zona en general, era un ser humano muy cordial y provisto de un fino sentido del humor. Al interior del diario era querido y respetado por todos, esencialmente por su sencillez”.
EL DON TRANSFORMADOR
Barraza Lazo destacó igualmente un profundo reconocimiento por el Patriarca Antonio Puga Rodríguez. Lo calificó como un hombre visionario. “Tuvo el don de transformar todas las estructuras de este diario para convertirlo al momento que pasó a ser su propietario en un matutino cuyas páginas dieron cabida al periodismo ágil, independiente, inclinado a confrontar los hechos con diferentes fuentes y de decidido apoyo, a través de campañas notables a proyectos e iniciativas de desarrollo comunitario”.
En la entrevista de marzo de 2004 Sergio Barraza resumió los 60 años de El Día como el medio donde sus integrantes y trabajadores cultivaron la amistad, “camaradería, lealtad y respeto que existía entre quienes integrábamos las diversas secciones de la redacción. Había un espontáneo afán de ayudarnos en la captura o manera de la noticia. No había cabida para los egoísmos. Había una expedita comunicación entre todos”.
SOLIDOS PRINCIPIOS
El ex director de El Día admitió que la vigencia del periódico estuvo a su juicio en la sólida expresión, “en su incalculable afán de decir la verdad, incluso, en momentos muy difíciles, felizmente lejanos, en que había sido mejor callar. Ha sido un medio de comunicación con sólidos principios y valores éticos que lo han hecho grande, respetado y legitimado ante la comunidad”.
No ocultó que el periodo más difícil fue a principio de los ’70 con la Unidad Popular y durante el gobierno Militar. Sin embargo, resaltó que El Día, “supo sortear sin embargo, las fuertes presiones políticas y hasta económicas de ciertos sectores que, felizmente no tuvieron éxito en sus propósitos de torcer la equilibrada postura del diario que abogaba permanentemente por rectificaciones de situaciones y determinaciones que inevitablemente terminaron por llevar el país a su quiebre institucional”.
EL SUEÑO REALIZADO DE FAP
En la misma entrevista Barraza Lazo recordó la experiencia que enfrentó cuando le tocó dirigir a partir de 1999 y a un paso del nuevo milenio. No reparó en los elogios al proceso de modernización que había experimentado el matutino. “El primer impacto me lo dio el moderno edificio que ahora cobija toda la empresa. Atrás había quedado el viejo caserón de calle Brasil con Los Carreras, donde funcionó el matutino desde su creación. La tecnología advertida en la confortable sala de redacción, con modernos equipos de computación, director al escritorio de cada periodista con instalaciones modernísimas en su sala de fotografía, de prensa y vehículos disponibles para llevar a los periodistas a cualquier lugar donde la noticia lo requiera, me hicieron comprender que el sueño tantas veces acariciado por Don Antonio era una feliz realidad para beneficio de toda la región y el país en el general”.
RECONOCIMIENTO PÚBLICO
Si en octubre de 2002 se efectuó un simbólico acto para despedirlo como director siendo reemplazado por Francisco Puga Vergara, en 1979, El Día publicó una editorial escrita por el propio Antonio Puga Rodríguez titulada alejamiento de un director. En el escrito destacaba que “Sergio Barraza Lazo conoce mejor que nadie las diversas etapas de este diario por haberlas vivido desde que El Día era uno de los tantos medios informativos de la zona… Supo de los afanes de don Pedro Vega Gutierrez, su primer director y de las inquietudes de don Ricardo Peralta , que continuó batallando por la supervivencia de este órgano de prensa”.
De la misma forma resaltó su bajo perfil. “No hay duda que Sergio Barraza no busca distinciones especiales y que carece de todo afán de figuración, más cuando llegó a la dirección de El Día, supo afrontar con dignidad y conciencia la responsabilidades de su cargo… Sergio ha dejado la dirección de El Día, pero no se alejará de un diario al que le ha entregado gran parte de su vida, donde siempre tendrá sus puertas abiertas”.