La inesperada decisión del Gobierno de no firmar el Pacto Mundial para la Migración que fue presentado el pasado lunes durante una conferencia internacional en Marruecos con el respaldo de Naciones Unidas, produjo un montón de reacciones tanto a favor como en contra tomando en cuenta que, tras 18 meses de negociaciones en los que se había manifestado el visto bueno, Chile anunció la desvinculación al acuerdo un día antes de la votación formal.
Esto también generó inquietud entre las comunidades extranjeras y los especialistas en el tema, porque si bien respetan la autonomía del Ejecutivo sobre el asunto, consideran incomprensible no ser parte de un movimiento global que evaluará estrategias para "prevenir el sufrimiento y el caos", según se establece en el documento oficial.
"EL MENSAJE QUE ENTREGA CHILE"
Expertos en migraciones y políticas públicas que hacen vida en la región de Coquimbo lamentan que el Estado chileno no haya querido suscribir el Pacto Mundial, pues históricamente había manifestado apertura a este tipo de acuerdos multilaterales.
Ariana Benito Revolledo, académica internacional experta en el área, comenta a El Día que causa cierta inquietud el hecho que la migración no sea considerada como un derecho humano.
“La migración está relacionada con la libre circulación y la movilidad humana entonces sería casi una falacia decir que no es un derecho humano y que prevalecen políticas internas sobre acuerdos internacionales (…) claramente, el mensaje que está dando el Estado Chile es que no hay un interés, siendo un tema tan latente y sobre todo tan incluyente”, expresa.
La docente indica que el pacto no solo aborda los derechos fundamentales, sino contextos penales internacionales como las medidas contra la trata de personas y abre una ventana para fortalecer acuerdos de cooperación internacional.
“No sé por qué no firman, para mí eso no tiene sentido, eso va a afectar a los inmigrantes, porque también tenemos derechos", Romeo Gabaud, inmigrante haitiano.
“(El acuerdo) va buscar que la migración sea ordenada, segura y regularizada y lo más importante, minimizar los factores estructurales que obligan a las personas a abandonar sus países de origen e insertarse de forma irregular en el país de destino”, precisa.
Eduardo Marín, doctor en ciencias políticas, considera “incompresible” que el país no se suscribiera a este pacto en el último momento, ya que “establece un precedente bastante incorrecto”.
“La diplomacia chilena históricamente había mantenido una posición de apertura hacia los instrumentos multilaterales, me refiero a tratados comerciales y a la participación en distintos ámbitos. Por lo tanto, negar esta condición y alinearse con países que tienen gobiernos de ultraderecha que han optado por no suscribir un montón de pactos internacionales en realidad nos deja muy mal parados”, afirma.
También cuestiona que la decisión se haya tomado de forma apresurada.
“Cada vez que Chile tenía algún problema internacional se consultaba a los distintos partidos, a los expresidentes, pero esto se decidió de un momento a otro, cambiando una posición inicial puesto que el 27 de septiembre en la Asamblea de la ONU el Presidente Sebastián Piñera había hablado de que el Pacto de Migraciones estaba en perfecta concordancia con la política nacional de migraciones. Y otro punto relevante es que se utilice este tema para controlar la agenda nacional con respecto a distintos casos que han pasado últimamente, pues el tema migratorio le ha dado réditos al Gobierno (…)”, reflexiona Marín.
LAS REACCIONES DE LA COMUNIDAD MIGRANTE
Representantes de diversas comunidades de extranjeros de la región también emitieron su opinión sobre la medida.
Carlos Marino, representante la comunidad peruana, señala que en su apreciación se nota cierta incoherencia, pues “los chilenos que viajan por el mundo tienen derecho de emigrar y además yo creo que eso es un derecho”.
“Lo ideal es que sea visto de esa manera, no podría dejar de ser un derecho de las personas vivir a donde quieran vivir, cumpliendo eso sí con la ley”.
En los mismos términos opina Romeo Gabaud, integrante de la comunidad de haitianos. Para él no tiene sentido que Chile, siendo “el líder de la inmigración en América Latina, no firme el convenio”.
“No sé por qué no firman, para mí eso no tiene sentido, eso va a afectar a los inmigrantes, porque también tenemos derechos. Una vez que ingresamos al país de acogida, el deber es apoyar para encontrar trabajo, en la salud, y en otros ámbitos, pero también de la misma manera nosotros cumplir con la ley del país y contribuir a su desarrollo. Yo no estoy en contra de la decisión del Gobierno, pero si doy mi opinión”, dice.
“La migración está relacionada con la libre circulación y la movilidad humana entonces sería casi una falacia decir que no es un derecho humano", Ariana Benito, académica internacional.
En cambio Laura Guedez, perteneciente a la colonia venezolana en La Serena, sostiene que no haber firmado el acuerdo “no cambia nada por el momento”.
“No vamos a comentar sobre la política migratoria chilena (…) la visa de Responsabilidad Democrática se sigue emitiendo y todo venezolano que cumpla con los requisitos tiene derecho a sacarla (…) muchos de nosotros no somos migrantes, sino refugiados y desplazados de nuestro país debido a la violación masiva y sistemática de los derechos humanos ejercida por la dictadura”, acota. 6101i
LO QUE HAY QUE SABER
- El objetivo del pacto, según explica la ONU es "cubrir todas las dimensiones de la migración internacional de una manera completa y holística".
- En la Declaración de Nueva York sobre Refugiados y Migrantes, adoptada en septiembre de 2016, la Asamblea General decidió desarrollar un pacto mundial para establecer una migración segura, ordenada y regular.
- El proceso para desarrollar el pacto empezó en abril de 2017.
- En diciembre de 2018, la Asamblea General celebró una conferencia intergubernamental en Marrakech, Marruecos, sobre migración internacional y 164 países firmaron el pacto. En contraste, una decena de países lo rechazaron. Además de Chile, Australia, Estados Unidos, Bulgaria, Austria, Hungría, Italia, Eslovaquia, República Checa, Polonia, Estonia, Lituania, Israel, República Dominicana y Suiza.
LOS ARGUMENTOS DEL GOBIERNO
El presidente Sebastián Piñera emitió declaraciones y también utilizó su cuenta de Twitter para explicar la postura del Gobierno en su negativa de no sumarse al pacto.
“En tema migración, la posición de Chile es firme y clara: toda persona tiene derecho a dejar su país. Pero también, todo país tiene derecho a decidir quién ingresa a su territorio. Estos derechos no siempre coinciden y como Presidente debo velar siempre por los intereses de Chile”, expresó.
Queremos q ingresen a Chile personas q vienen a respetar nuestras leyes, integrarse a nuestra sociedad y aportar al desarrollo del país. No queremos q ingresen, e intentaremos evitarlo, aquellos q vienen a causarnos daño, como delincuentes, narcotraficantes o crimen organizado.
— Sebastian Piñera (@sebastianpinera) 12 de diciembre de 2018
Además, sostuvo que la política de migración que se quiere impulsar en el país es “para poner orden en nuestra casa, porque hubo demasiado desorden durante Gobierno de NM (Nueva Mayoría), donde ingresaron cientos de miles de inmigrantes en forma irregular o ilegal”.
En tanto, el ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Ampuero, precisó que "el texto discutido en Naciones Unidas choca con las normas de Chile para tener una migración segura, ordenada y regular".
"Cada país es soberano de fijar sus reglas de migración (…) y Chile no se adherirá a nada que pueda ser usado en su contra y que atente contra su soberanía", agregó.