El proyecto de reforma a la educación superior propuesto por el Gobierno genera preocupación entre las universidades públicas no estatales agrupadas en la Red G9, acusando la falta de consecuencia en la iniciativa que, aseguran, se aparta de aspectos convenidos con los distintos actores durante su discusión.
Así lo afirmó en entrevista con diario El Día el rector de la Universidad Católica del Norte (UCN), Jorge Tabilo, quien señaló que la principal crítica al proyecto se genera al establecer que a mediano plazo van a desaparecer los aportes basales para las instituciones públicas no estatales, agrupadas en el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCh).
Esto, según la autoridad educativa, no propone igualdad de condiciones respecto a las universidades estatales que serán fortalecidas, y señala que lo adecuado es que la reforma considere un sistema integrado de educación superior, que potencie y aproveche las capacidades de todas las instituciones del país.
-¿Qué impresión tiene de la reforma a la educación superior propuesta por el Gobierno?
“Si bien compartimos los objetivos y principios generales de esta necesaria reforma, que busca avanzar en calidad y mayores niveles de inclusión, equidad y transparencia; no podemos quedarnos indiferentes ante algunas propuestas que contiene y que son tan erradas que de materializarse afectarían la calidad del sistema de educación superior en su conjunto”.
-¿Cuáles son los errores que en su impresión contiene el proyecto?
“La iniciativa demuestra falta de consecuencia y se aparta en muchos aspectos de lo conversado con los distintos actores, durante cerca de dos años en los que se discutió la iniciativa. Además, incorpora elementos preocupantes, como establecer que a mediano plazo van a desaparecer los aportes basales para las universidades públicas no estatales del CRUCh, que hoy formamos la Red G9.
“Consideramos que con ello se configura un trato injusto, sobre todo porque se trata de nueve instituciones que, en conjunto, realizamos importantes aportes en investigación, registrando el 52% de las publicaciones indexadas y el 50% de los proyectos concursables del CRUCh”.
-Respecto a perder los aportes basales, ¿esto cómo se presenta en la reforma?
“Es preocupante que no se valore ni se explique un apoyo integral a la diversidad del sistema, el cual siempre debe priorizar la calidad, dando un trato equitativo a todas las universidades públicas, sean estatales o no estatales. En este sentido, el financiamiento debe darse de acuerdo con el aporte público de cada institución, impulsando un desarrollo territorial y regional equilibrado”.
-¿Entonces no hay claridad en el concepto de lo público?
“Claro. A pesar de ser parte central y fundadoras del sistema de educación superior, el proyecto no hace un reconocimiento explícito al G9 como universidades públicas. Somos universidades reconocidas como cooperadoras de la función educacional, y en el caso de la Universidad Católica del Norte, somos una corporación de derecho público”.
-¿Afirma la existencia de una falta de equidad en la iniciativa?
“El proyecto plantea que mientras los aportes basales de las universidades públicas no estatales desaparecerán a mediano plazo, se establece un aporte especial para las universidades del Estado para cumplir con el desarrollo de grandes proyectos de desarrollo. Reconocemos que el Estado debe fortalecer sus instituciones, pero incentivar el desarrollo de unas y mantener la situación actual de las universidades no estatales del CRUCh, perjudica la calidad global del sistema”.
-¿Cómo afectaría esto a los estudiantes?
“La asignación de recursos por parte del Estado tiene relación directa con la calidad de la educación, ya que de esa forma las universidades financian la construcción de nueva infraestructura y la adquisición de equipamiento, así como también la contratación de académicos e investigadores de alto nivel, todo lo cual tiene directa relación con la calidad que cada institución posee al momento de cumplir con su rol en áreas como la docencia, investigación y vinculación con el medio”.
LLAMADO A CORREGIR PROYECTO -Bajo su análisis, ¿cuál es el camino a seguir por la reforma a la educación superior?
“La reforma debería aprovechar las capacidades desarrolladas tanto en las universidades no estatales como en las estatales, promoviendo su colaboración en beneficio del país y las regiones. Cada institución cuenta con fortalezas que se pueden complementar con proyectos destinados a solucionar los problemas de las comunidades”.
-¿Cuál es el llamado que desde las universidades del G9 hacen al Gobierno?
“Esta reforma determinará el paradigma de la educación terciaria en los próximos años en Chile, ante lo cual hacemos un llamado a los parlamentarios, particularmente a los de las regiones en que están insertas las instituciones del G9, a considerar nuestros planteamientos en la discusión que ahora se inicia en el Congreso.
“Además, queremos una reforma inclusiva en su formulación y en sus disposiciones finales que garantice el desarrollo a los estudiantes. Creemos que no se justifica la discriminación en contra de las universidades públicas no estatales. En nuestro caso, enfocados desde hace 60 años en el norte de Chile y contando con un prestigio y reconocimiento que avalan indicadores de calidad de diferentes mediciones, nacionales e internacionales”.