Definitivamente durante este fin de semana largo disminuyeron sustancialmente los actos vandálicos y robos en la Serena y se sobrepusieron por sobre éstos las marchas pacíficas y los cabildos.
Durante la tarde del viernes y especialmente el sábado, las familias y los niños volvieron a ocupar las plazas y parques de la ciudad, como la Plaza de Armas, Plaza Buenos Aires, Avenida Francisco de Aguirre, entre otros puntos que en las últimas semanas han sido punto de encuentro solo de manifestaciones, aunque eso no significa que la comunidad cese con sus demandas y marchas, algunas de las cuales están anunciadas para la próxima semana.
Fue notorio sí, que durante estos días festivos los actos vandálicos fueron casi nulos, aunque los comerciantes del centro de la ciudad, los bancos y oficinas, han tomado sus resguardos y en su gran mayoría se muestran tapizadas con madera o planchas de metal, con el objeto de no sufrir daños a la propiedad o robos, como los que se han visto en días pasados.
Aprovechando el alto
Quienes el sábado disfrutaban del sol y la tranquilidad que se pudo apreciar, en los espacios públicos, coincidieron en que estaban aprovechando este alto que se había producido en los desmanes y alteraciones en la ciudad, para pasear y disfrutar del buen tiempo.
Patricia Valdovinos, junto a su esposo y su pequeña de seis años son parte de estas familias que llegaron a la Plaza de Armas, indicando que “vinimos a dar una vuelta con nuestra hija aprovechando el lindo sol y porque vimos en las redes sociales que no había marchas a esta hora, aunque hemos participado de algunas. El problema son los delincuentes, si no aparecieran los encapuchados, lo más seguro es que no se producirían los daños que hemos visto estos días en todo el país”, dijo Patricia.
En tanto, su esposo Mario Cortés, precisó que estaban de acuerdo con las movilizaciones, “porque este es un país donde hay muchas diferencias y abusos, estamos todos endeudados, sin garantías para el futuro nuestro ni de nuestros hijos, hay que hacer cambios, eso está claro”.
Globos y cabildo
Mientras el pequeño Camilo jugaba en el pasto de la Plaza de Armas junto a la pileta, que fue teñida con pintura roja, con globos de jaboncillo que lanzaba al aire, su madre, Carla Opazo lo observaba con atención, pero también miraba a un grupo de personas que se habían sentado en el pasto formando un círculo y realizando un cabildo.
Tenían algunas pancartas por el derecho de las mujeres y hacían una conversación tranquila y analizaban las demandas que la comunidad ha estado planteando con fuerza.
Erasmo Paredes cuenta que almorzaron en familia en un local del centro de la ciudad y después decidieron caminar por esta y terminaron en la Plaza de Armas. “Es triste ver nuestra ciudad toda atrincherada, los locales reforzados con lata, las vitrinas protegidas, es triste, porque las personas no quieren confrontación ni enfrentamientos con Carabineros, quieren que se corrijan los errores históricos que han significado mucha desigualdad. La gente común no es violenta”, dice.
Plaza Buenos Aires
En este espacio público donde se han iniciado históricamente las marchas y protestas en La Serena, se podía apreciar a dos jóvenes tirando una pelota para que el perro corriera detrás de ella afanado en esta empresa.
Un par de horas después se llenó de gente convocada a marchar. Allí estuvieron casi familiarmente en diálogo y después marcharon pacíficamente.
Romina y Bernarda Hernández, estas señalaron“Vinimos porque estaba convocada una marcha pacífica, estamos esperando, pero vemos que no llega nadie (después hubo un cabildo). Queremos hacer presente nuestro descontento. Yo estoy en DICOM por no haber podido pagar la universidad y me molesta que la repartición de la riqueza en este país solo quede en manos de algunos”, indicó Romina Hernández.
Mientras los negocios de los alrededores permanecían abiertos y se sentía un ambiente de normalidad, Roberto Blanco caminaba por la Avenida Francisco de Aguirre. “Voy a tomar micro para Coquimbo, vine a devolverle la guitarra a un amigo y veo que está todo tranquilo, incluso la feria persa estaba abierta, hay que esperar que en la noche no aparezcan estos cabros que se dedican a puro robar y hacer daño”, plantea y continúa su camino hacia el paradero.
Punto de concentración
Otro punto de concentración y marchas es la Avenida Francisco de Aguirre con Balmaceda.
Este lugar también se veía apacible y se podía apreciar a jóvenes haciendo piruetas con sus patinetas.
Jorge Rojas es estudiante de enseñanza media y reconoce que ha participado en pocas marchas. “A mi mamá le da miedo que me puede pasar algo o que me detengan los pacos y te carguen con un montón de mentiras”.
Al consultarle qué piensa de los desmanes que se han hecho en la ciudad plantea que no los comparte, pero que no le preocupa tanto, “la mayoría son flaites”, dice.
Punto de inflexión
Si bien las marchas fueron pacíficas, el sábado, cerca de las 19:00 en la rotonda de la Ruta 5, algunos descolgados encendieron dos barricadas sin que hubiese mayores consecuencias. También tiñeron roja el agua en la pileta de la Plaza de Armas.