Una de las consecuencias del estallido social en materia de salud fue la postergación de cirugías electivas en hospitales de la región, las que pudieron retomarse en noviembre y diciembre gracias al esfuerzo de los equipos médicos de los recintos hospitalarios y las estrategias de mitigación implementadas.
“Si bien el estallido social nos frenó un poco las cirugías, de cierta forma con algunas estrategias que utilizamos se pudo resolver la lista de espera en diciembre. En enero y febrero íbamos con muy buena producción quirúrgica, llegó mediados de marzo y con el covid en Chile tuvimos que frenarnos” explicó la Dra. Alejandra Álvarez, subdirectora de Gestión Asistencial del Servicio de Salud.
Esto porque tuvieron que realizar un trabajo de distribución del recurso humano, cerrar áreas y reconvertirlas para dar atención a pacientes críticos, además de mantener las máquinas de anestesia disponible ante el requerimiento de pacientes covid positivo explicó la médico.
“Todo eso nos retrasó en la resolución de nuestra lista de espera y se hizo una priorización de ella para no dejar de operar. Se mantuvo la resolución de las cirugías garantizadas por ley, que son GES, las cirugías oncológicas y toda cirugía que tuviera un impacto funcional en los pacientes y por supuesto las de urgencia”.
En la región, según estimó la especialista, hay cerca de 8.500 cirugías pendientes, cifra que le preocupa, puesto que parte de ese número correspondería a listas de esperas del año 2018, las que buscan retomar en los meses que quedan de este 2020.
“Es mucho mejor operar a un paciente con una cirugía planificada que después se tengan que operar de urgencia y que no se le puedan tomar los exámenes como corresponde”, Alejandra Álvarez, subdirectora de Gestión Asistencial del Servicio de Salud
“Esta fase dos nos permite hacer cirugías electivas, en fase 1 solo podíamos hacer cirugías de urgencia y ambulatorias, es decir que no requieren de una cama de hospitalización”.
Fase dos que comenzó este lunes en la conurbación, permitiendo entonces que los hospitales de La Serena y Coquimbo puedan comenzar con este proceso, para lo que se han estado preparando mediante la deshabilitación de áreas ocupadas por pacientes críticos, post operados, pabellones y la redistribución de los equipos médicos. Proceso que además iniciaría el Hospital de Illapel.
“Hay planes en los hospitales, lo hemos trabajado durante todo el mes de septiembre en la ampliación del horario de pabellones para después poder seguir operando después de las 17 horas y los fines de semana. Lo otro es el arriendo de pabellones en la Clínica Elqui, eso también nos permite ampliar y resolver la lista de espera”.
Nómina que contempla en su mayoría cirugías oftalmológicas, principalmente cataratas, colonsectomia, cirugías traumatológicas y neuro-quirúrgicas, las que buscan resolver al menos en dos tercios durante este 2020, es decir, poco más de 5 mil intervenciones.
Para ello otro de los aspectos esenciales es la disponibilidad de camas críticas, especialmente para pacientes post operados que la requieren, como el caso de las neurocirugías.
47 Camas críticas es la dotación que se requiere en la región para retomar las cirugías postergadas y que solicitó el Servicio de Salud.
Antes de la pandemia la región contaba con solo 22 camas críticas, pero gracias a la reconversión de camas por la crisis ese número se incrementó a 86. Ahora bien, desde el Servicio de Salud expresaron que al menos se requería de 47 camas críticas en la región para cumplir esa meta, por lo que esperaban contar con ese número en la región tras la pandemia.
“Los pacientes tienen mucho temor y hay muchos de ellos que no se quieren operar, entonces el llamado a los pacientes es a que tengan tranquilidad de que nuestros hospitales se han ido preparando para que se puedan operar de forma segura, hay unidades pre-quirúrgicas que llevan la selección, preparación, agendamiento y seguimiento del paciente, donde hay protocolos establecidos, se toma una PCR previo a la cirugía y se establece el riesgo quirúrgico de ese paciente” agregó la Dra. Álvarez.
Por otro lado, fue enfática en admitir que todo este plan estaba condicionado a la situación epidemiológica de la región, ya que si se retrocedía de fase no se podrían efectuar las intervenciones en los plazos establecidos.