¿Qué papel debe tener teóricamente el arte en la formación de un niño?
“Quiero referirme a una concepción más contemporánea del papel del arte en la educación porque, a nivel mundial y también en Chile, ha tenido varios momentos con objetivos distintos. Ahora le damos mucha importancia a entender y difundir que el arte desarrolla el ámbito intelectual, cognitivo. Con la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner nos estamos preocupando de investigar cuáles serían las respuestas que un niño está dando y que no sólo tienen que ver con lo afectivo, psicomotor, o ver a quiénes tienen ciertas habilidades de nacimiento, sino cómo el arte desarrolla los aspectos cognitivos del ser humano. La otra postura es hablar del arte como desarrollo humano más integral. Hemos formado agrupaciones y posturas a nivel educativo en que los currículos se están planteando de una forma integral y el arte es el centro que articula las demás asignaturas. Hablamos entonces de educación estética, un concepto nuevo que supera al de educación artística. Lo estético es más amplio, va más allá del contexto de la obra de arte o de las prácticas con el arte. Es una postura hacia la vida, a la belleza, como persona en su entorno, como un fundamento: Ser sensible, ser creativo, poder tener la opción de entender a los demás desde la sensibilidad estética”.
-¿Cómo es la realidad de esta formación en el país hoy? ¿Tienen los niños y jóvenes una formación que integre las diversas artes?
“El país a nivel educacional tiene una deuda tremenda. Históricamente, desde que el arte fue electivo en enseñanza media, hay muchas generaciones que no han tenido la oportunidad de un acercamiento ni por el lado de la apreciación ni por el lado de la creación. Y esto lo observamos en todo tipo de cosas, por ejemplo en la vestimenta de los jóvenes, el uso de objetos o los locales donde asisten. No hay una educación estética adecuada en el ser humano, así no se va apoderar de belleza, busca las modas más extravagantes y las va a asumir”.
-¿Quién falla?, ¿Los profesores, el Estado, los dueños de los colegios...?
“Primero, el Estado porque nunca solucionó ni entendió que el arte tiene que ser fundamental en la formación del ser humano y que no debe ser un ramo electivo. En general los adultos tienen la postura de que es solo para quienes tienen grandes habilidades y no para una formación integral. Lo otro es la nula formación de profesionales por el cierre de carreras de Pedagogía en artes plásticas, ya hace más de 20 años aquí en La Serena y hacia el norte del país. En los establecimientos privados permiten hacer algunos talleres y los jóvenes tienen opciones para elegir entre ciertas técnicas y algunas se desarrollan muy bien. He conversado con padres y madres que están interesados en que sus hijos estudien artes pero no tienen recursos para enviarlos a otros lugares, como a Santiago o Valparaíso”.
-¿Tienen acceso los universitarios a una educación artística aunque sea complementaria u optativa?
“El ejemplo más directo que puedo dar es lo que estamos haciendo en la Universidad Santo Tomás de La Serena. En las carreras de Educación damos un electivo de formación cultural, con un programa específico elaborado en Santiago que es una Historia de la pintura universal, tienen una visión de la cultura general. Ahí yo hago conexiones con su propia profesión (Educación Física, Diferencial, Parvularia), con las necesidades que ellos tendrán en el futuro”.
-¿En qué consiste Educarte y cuál ha sido su aporte a una mejor formación en artes en el país o en la Región de Coquimbo?
“Somos una organización con una postura educativa frente a las artes, hablamos de educación por el arte y no para el arte. Es decir, el arte les sirve a todos, está al servicio de todo ser humano. En esta institución, que en 2014 cumplió 30 años, seguimos enfoques del filósofo inglés Herbert Read (1893-1968) quien publicó una obra titulada La Educación por el arte. Así surge la organización a nivel internacional y nosotros pertenecemos a la Organización internacional de educación por el arte y también a nivel latinoamericano. En Santiago está Educarte Chile y acá en La Serena, desde 2012, somos una entidad comunitaria -reconocida por el Municipio- lo que nos da autonomía para formular proyectos y para tener una actividad permanente. En los dos últimos años hemos ganado proyectos -de creación y extensión- con Aguas del Valle y el Fondo de protección ambiental de la Conama.
Por otro lado, todos los que hemos formado Educarte de alguna forma en nuestros colegios hemos influido para que el arte sea importante en el currículum escolar como integrador de las demás asignaturas”.
-Usted participa en una red social para la educación artística abierta y a distancia, para la formación continua del profesorado. ¿De qué se trata?
“Postulé a un proyecto al que me invitaron de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM)la que se propuso, junto a su equipo de profesionales de la carrera de Pedagogía en Artes, tener una red internacional, especialmente en América, de formadores de profesionales y capacitar a otros profesores de arte vía internet mediante las redes que se pudieren formar. Y llega también la necesidad de crear exposiciones virtuales y esto ha sido muy bueno para nosotros.
Hoy se habla de Educación artística en clave 2.0. ¿Ha cambiado la formación en artes con la realidad virtual?
“Hay una línea en la que he participado con el Ministerio de Educación para difundir y capacitar por multimedia para la Educación técnico-profesional. Tenemos un DVD, creado por Fernando Azula Ponce, que es una mirada del arte y la cultura al mundo del trabajo. Es un soporte digital extraordinario con un enfoque integrado: tiene textos, muy buena fotografía, música y cine, para los 14 ámbitos de la educación técnico profesional. A partir de este proyecto preparé un libro que luego será publicado: “Orientaciones estéticas para el uso del multimedia (DVD) interdisciplinariedad”. Con este material hemos apoyado capacitaciones a educadoras de párvulos, Integra, Sernam, Corporación Gabriel González Videla y esto lo hemos hecho con un enfoque virtual en la educación por el arte. Es un material ideal para trabajar, capacitar y difundir el arte”.
-Como artista visual partió haciendo cerámica y luego trabajó la técnica del batik y el pastel, exponiendo en Chile y el extranjero. ¿Cómo está su producción artística hoy?
“El año pasado tuve un desafío en el Centro comunitario y cultural de 4 esquinas (Municipalidad de La Serena) presentando una exposición que había hecho en el Museo del Limarí. Es un rescate de los petroglifos con una reinterpretación de la temática de la mujer en el arte rupestre. Se trabaja en acrílico y pinto con espátula. Estas obras surgieron de un encuentro que tuve con Audé Gutiérrez, con quien vamos a Las Rojas a pintar los días sábado. Estábamos pintando pero yo no lo hacía desde que había estudiado en la universidad y tuve que empezar de nuevo a usar las herramientas y a buscar otras cosas. Ya no busqué paisajes o modelos que yo pudiera dibujar o pintar, dejé de lado la academia, ya no me servía. Trabajé la iconografía del arte rupestre desde el punto de vista personal y fui sacando lo que estaba sintiendo, lo que estaba viviendo, las temáticas que estaban en mí hacía muchos años. Ha sido algo muy liberador el proceso de la pintura como todos los procesos que he seguido. Uno se va dando cuenta de que el arte es más personal, subjetivo que estar mirando hacia afuera qué puedo pintar o retratar”.
-¿Estas obras se venden?
“He vendido obras, lo más importante fue en Lima, allá el alcalde de Surco me compró dos obras de las tres que llevaba. Fui el 2012 con el proyecto Arte dos pueblos que organizó la pintora Iris Ruiz (peruana residente en La Serena, fallecida el año 2014). Trabajé mucho con ella en el intercambio con agrupaciones de pintores de Lima y La Serena, eso nos permitió el contacto, mirarnos y analizarnos. Yo no me había considerado nunca artista y cuando expuse por primera vez en la Galería Carmen Codoceo, la señora Carmen me dijo “si no fueras artista no estaría aquí en la sala, considérate artista y deja de decir que eres ceramista o alfarera o que estás en otro rango”.
-Usted expuso en la Galería Codoceo. ¿Qué recuerdos tiene de esa muestra y qué le produce saber que ese espacio se cerró?
“Expuse dos veces allí, la última fue una retrospectiva, mostrando todo lo que había hecho: cerámica, batik, y pintura. Para nosotros fue una pérdida muy importante como ciudad y que nadie (ni empresas ni el gobierno) se haya interesado en buscar la manera de que esto siguiera funcionando. Era nuestra galería de prestigio nacional. Es una pérdida irreparable, ese espacio lo fue construyendo ella, durante muchos años trajo a los mejores artistas, nacionales e internacionales, en eventos especiales que ella organizó muy bien. No hay nada hoy del nivel que tenía esa galería”.
-De tus diversas producciones, ¿cuál recuerdas como lo más significativo y por qué?
“Son diferentes momentos. Por ejemplo, en la cerámica fueron las aves. Partí en 1977, las busqué, las observaba, tuve mucho éxito con las aves. Una señora vio una paloma y me dijo Yo quiero 20. Y fui creando cada vez más: palomas, codornices, galllinetas, gallos… todas las que pude encontrar. Me identificaba con las aves, esto de sentirse libres, de volar. En la pintura en acrílico hay una obra de 2008 que quedó en Lima. “Imploración” es una mujer que está implorando al dios sol o a algo divino. El otro día me compraron una que no quería vender porque se dan situaciones que uno ha vivido o está viviendo y las recuerda. El tema era la maternidad -tengo tres nietos- una mujer embarazada, en un contexto americano. Era como mi hija, sentía esa pintura como una hija.
Ahora tengo la libertad de hacer lo que yo quiero, a veces un elemento me llama la atención y puedo crear. Estoy en una fase de búsqueda, de experimentación y de darme en el gusto de decir: hago esto porque lo quiero hacer, no porque lo voy a vender”.
-Está claro que usted realiza más en su producción artística que en la educación…
“Claro, pero la educación también, si todavía sigo trabajando. En el plano educacional, siento la energía de los jóvenes, tanto de los niños (es Jefe Técnica en el Colegio Francisco de Aguirre) como de los universitarios. En los jóvenes hay mucha necesidad de conocer y experimentar, les llevo diaporamas con música, el arte es muy vivencial. Salen contentos, terminamos las clases con aplausos. Estoy en una etapa muy linda”.
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