Lentamente comienza a recuperarse de las múltiples heridas que recibió en todo su cuerpo, Miguel Ángel Sanhueza, quien fue atacado por una jauría de perros en el sector Baquedano de Coquimbo y que casi le cuesta la vida.
El caso de Miguel Ángel ocurrió la noche del domingo, momento en que transitaba por el Barrio Baquedano, donde había visitado a su pareja que reside en ese sector poblacional. Cuando caminaba por el lugar, desde unos pasajes y un sitio eriazo salió un a jauría de unos 10 perros que lo atacaron sin mediar motivo alguno.
Se defendió del feroz ataque como pudo, pero los animales lo rodearon y lo botaron al suelo, se logró poner de pie, pero volvieron a dar en el suelo con él.
La lucha con los animales que estaban descontrolados mordiéndolo se prolongó por cerca de media hora, según narró, cuando comenzó a sentir el cansancio y finalmente comenzaron a arrastrarlo por el piso de un lado para otro, mordiéndolo en todas partes. “Cuando las fuerzas no me dieron más me rendí y pensé que moriría ahí, porque seguían mordiéndome enfurecidos”, contó Miguel Ángel.
Fue en ese instante cuando apareció una patrulla de Carabineros que habían sido advertidos por un vecino que presenció lo que ocurría e hizo la fundamental llamada, ya que los perros al ver las balizas y el vehículo huyeron del lugar, dejándolo muy malherido en el suelo.
“Cuando las fuerzas no me dieron más me rendí y pensé que moriría ahí, porque seguían mordiéndome enfurecidos”. Miguel Ángel Sanhueza, persona atacada por una jauría.
Salvado por milagro
Su amigo, Marcos Daroch, un comerciante de Coquimbo señala que salió con vida del ataque por un milagro y gracias a la llamada a Carabineros que hizo alguien del lugar y que presenció el ataque.
Daroch, quien lo visita dos veces al día en la pensión en la que vive Miguel Ángel, señala ayer se encontraba mejor de ánimo y recuperándose de las heridas.
“Ahora que se le pasó el efecto de los analgésicos siente los dolores de las heridas”, señala.
Indica que la situación de su amigo es complicada, puesto que es un trabajador independiente que se dedica a la reparación y remodelación de locales comerciales y que no podrá trabajar hasta que se recupere completamente y para eso puede pasar bastante tiempo.
Además que vive en una pensión de calle Varela y tiene que pagar el arriendo, aunque reconoce que allí lo han tratado muy bien desde que fue atacado por los perros e incluso le llevan almuerzo a su pieza.
Marcos Daroch menciona que hicieron público lo que le ocurrió con el objeto de que alguien lo pueda ayudar. Sin embargo, ni siquiera una asistente social del municipio se ha acercado para conocer el caso.
Mañana jueves debe ir a las primeras curaciones al CESFAM, Doctor Luis Aguilar, del sector Covico, frente al Hospital San Pablo de Coquimbo.
Perros en la calle
Los animales que atacaron a Miguel Ángel Sanhueza, continúan en la calle y merodeando por el sector en donde atacaron a este trabajador, oriundo de Concepción.
Los vecinos señalaron que nadie ha concurrido al lugar ni siquiera para hacer consultas, menos para sacar a los perros de la calle y temen que vuelvan a atacar y esta vez las consecuencias sean peores.
Belinda Blanco, quien vive hace más de 20 años en Baquedano señala que “esos perros andan muertos de hambre por eso atacan a las personas, andan rabiosos”.
Menciona que a veces pelean entre ellos y “a veces desaparecen y no se ven por varios días, no sé dónde se meterán”.
Precisa que muchos de esos perros los fueron a botar y otros quedaron deambulando después del tsunami, porque hubo gente que se fue y no se llevó a los animales.
Los residentes lamentan lo ocurrido con Miguel Ángel, a pesar que dijeron no conocerlo y que solo se enteraron el lunes que los perros habían atacado a una persona.