Desde principio de año, incluso antes del inicio de la pandemia, que en las calles de la conurbación La Serena y Coquimbo se han visto personas extranjeras, principalmente venezolanas, pidiendo limosna en la calle junto a menores de edad.
Sobre esta práctica, una ciudadana foránea que no quiso identificarse, sostiene que es la única alternativa que muchos de los venezolanos residentes en La Serena tuvieron para sobrevivir a los efectos del COVID-19, que los azotó de manera desproporcionada y dejó sin trabajo a una gran cantidad de ellos.
Afirma que la vulnerable situación de los venezolanos se vio exacerbada y condujo a muchos de ellos a un estado de precariedad extrema, incertidumbre alimentaria, desalojo y desamparo.
Luego que su pareja perdiera su empleo en un puesto del mercado de Coquimbo, empezó a vender de forma ambulante mascarillas para mantener a sus dos hijos menores que, como ella, carecen de papeles legales. Pero luego la ganancia se la gastó y no pudo volver a comprar mercadería para vender. En este punto, cuenta que usó todo el dinero en pagar la pieza que arriendan y para comer, quedando como única alternativa el salir a pedir para poder subsistir.
“Comemos en la calle pidiendo a los automovilistas o en el centro y aunque no me gusta pedir en la calle, tengo que hacerlo”, lamentó la mujer, quien asegura que al no estar regularizada, no puede acceder a una situación mejor.
Sin embargo, pese a que es una realidad, el resto de la comunidad venezolana en la región no está muy de acuerdo con la “imagen” que están dejando sus compatriotas.
Laura Guedez, vocera de la agrupación de venezolanos en La Serena,VeneSer, señala que muchos de estos jóvenes que han llegado, han pasado por pasos no habilitados desde Perú.
“Estas personas se han instalado en todo el país, no solo en La Serena. Se ponen a pedir con carteles y con los niños para llamar la atención y nos dejan mal parados a todos. La autoridad debe actuar, sabemos que la mendicidad no está penado, pero por lo menos deben pedirle los papeles”, comenta.
Relata que en más de una ocasión les han pedido que dejen de “dar lastima por eso”.
La vocera afirma que “el hecho de ser venezolanos no significa que seamos unos buenos para nada. Más aun cuando el 80% de estas personas vive bien y ganan bien, y tomaron como un trabajo el pedir en la calle, me dicen que un día malo ganan 50 mil pesos diarios”.
Guedez agrega que tienen claro que muchas de esas personas han comenzado a delinquir y el temor es que pongan a todos sus compatriotas en el mismo saco.
“Sabemos quiénes son y algunos dicen que están durmiendo en la playa, pero cuando los vas a ver están en un tremendo departamento cerca de la Avenida del Mar y luego salen con su morral a dar lastima”, acusa la dirigente extranjera, quien insiste que la mayoría de los venezolanos vinieron a trabajar y no ser una carga para Chile.
La misma opinión tiene Mary Cortéz, presidenta de la Corporación de Colectividades Extranjeras de la Región de Coquimbo. A su juicio, lo mejor es que actúe el Sename contra estos padres y se deje de vulnerar el derecho de los menores.
“Incluso, algunas personas indican que ni siquiera son hijos de ellos, que son menores a los que utilizan para pedir. La idea es que las autoridades tomen acciones contra ellos”, señala.
Cortéz plantea que de acuerdo al seguimiento que han realizado, se trata solo de personas venezolanas que han entrado de forma ilegal al país, porque la gran mayoría de esta nacionalidad son trabajadores e incluso profesionales.
“Se debe ser drástico con ellos, si se comprueba que están utilizando a los niños, el Sename debe actuar y a los adultos o deben ir presos o expulsarlos del país”, enfatiza Cortéz, quien sostiene que perjudican con estas acciones a todos los extranjeros.
Acción de autoridades
Ante estos casos que se han observado en el último tiempo de personas mendigando con menores de edad, es que las autoridades regionales han tomado cartas en el asunto a través de la Mesa Regional contra el Maltrato y la Explotación Sexual Infantil, creando una Subcomisión de Niños, Niñas y Adolescentes Migrantes.
Es por esto que el pasado 21 diciembre las autoridades del Sename, Gobernación, Justicia y Carabineros realizaron un recorrido por el centro de la ciudad de La Serena con el objetivo de concientizar e informar, pero también anotar los antecedentes de niños y adultos, puesto que muchos son migrantes irregulares, mientras que otros son ilegales.
La directora del Sename Coquimbo, Verónica Zárate, relata que se trabajará en la concientización, pero además en frenar las vulneraciones. “Hacemos un llamado igualmente a la comunidad para no ser cómplice y a denunciar”, finalizó la directora del Sename Coquimbo.
A su vez, Alejandra Valdovinos, seremi de Justicia, indicó que es sumamente relevante que se pueda hacer sentir y proteger los derechos de estos niños y niñas.
“Utilizar a los niños para solicitar dinero los coloca en una situación de desprotección , es importante la concientización que esto puede provocar un peligro aún mayor y que comprendan que los niños van a tener la protección del Estado y el Gobierno chileno” , señaló la seremi de Justicia.
El prefecto de Carabineros Elqui, Carlos Rojas, aseguró que como institución han trabajo en terminar con este flagelo que no solo afecta a menores extranjeros.
“Hoy el acento está en estas personas y niños extranjeros porque tiene un tratamiento distinto, que por naturaleza no tienen mucha cabida a dónde derivamos a los niños y las familias. Estamos haciendo un trabajo en conjunto para poder hacer un catastro y realizar una labor educativa. La mendicidad no es un delito, pero cuando lo hace con un menor es una vulneración flagrante y que trae como consecuencia otros delitos. Este catastro va a ser importante para en el tiempo irlos fiscalizando y de no cumplir hacer las denuncias a los tribunales”.
Las personas que vean este tipo de situaciones que afectan a un menor pueden hacer la denuncia al fono familia de Carabineros al 147 o al número 800730800 del Sename u oficinas de migrantes.