La comercialización de medicamentos en ferias libres, negocios o incluso a través de redes sociales, es cada vez más común en el país. A nivel regional, existe una importante fiscalización en la materia.

Lucía Díaz G

En relación a los datos revelados por el Instituto de Salud Pública, que indican que entre el 2014 y 2015, las denuncias por robo de medicinas presentaron un aumento del 20 por ciento, Paulina Cortés, encargada de la Unidad de Políticas Farmacéuticas de la Seremia de Salud de la región, se refiere a la venta ilícita de fármacos en la zona.  

En conversación con El Día, afirma que “efectivamente existe robo de medicamentos en establecimientos asistenciales, tanto en farmacias privadas como en los botiquines de los consultorios”, agregando que cuando ocurre la sustracción “los establecimientos deben informar a la Seremia de Salud”.

La profesional recalca que es de suma importancia que se notifique la situación, puesto que “existen fármacos que son sujetos a control legal y se deben ingerir bajo la supervisión de un médico. Se trata de aquellos que son utilizados para tratamientos como la depresión o el control de la ansiedad”.

Una vez que las autoridades en materia de salud están al tanto del robo de medicamentos, la Seremia de Salud realiza una inspección al establecimiento. “La intención del peritaje es confirmar la cantidad de medicamentos sustraídos y efectuar de inmediato una baja en los registros oficiales de cada recinto”, puntualiza.

Sobre la procedencia de los medicamentos que se comercializan en ferias libres, Cortés aclara que además del hurto de éstos, en muchos casos “se trata de personas que les han prescrito recetas médica, y que en vez de seguir el tratamiento, prefieren venderlos”.

Fiscalización

La fiscalización de este ilícito se produce con mayor intensidad en temporadas donde existe una mayor concurrencia de gente, por ejemplo en fiestas como semana santa u otro motivo religioso. “En dichas festividades, se realizan visitas a las ferias y cuando se detecta comercio ilegal se procede al decomiso, luego se levanta el acta pertinente y finalmente se inicia un sumario sanitario a quien está realizando la venta”, sostiene Paulina Cortés.

“En el proceso, Carabineros también efectúa rondas, ellos son los encargados de hacer el parte policial y decomisar los medicamentos. En el caso de que se trate de fármacos que no están sujetos a control legal, los traen a la Seremia de Salud y son mantenidos en custodia por nosotros”, agregando que “si por el contrario estamos frente a psicotrópicos o estupefacientes, se envían directamente al Servicio de Salud”.

Riesgos asociados

Si consideramos que cada medicamento es recetado por un especialista para un tratamiento particular, las personas tienen una gran responsabilidad al adquirir los productos de manera ilegal. En este punto, Paulina Cortés manifiesta la preocupación de que muchas veces “la gente tiende a auto medicarse y tomar dosis inadecuadas produciendo intoxicaciones o reacciones adversas”.

En este sentido, asegura que “los medicamentos deben almacenarse apropiadamente y en las ferias libres no tenemos certeza que así sea. Se exponen a altas temperaturas, a luz solar excesiva y a un alto porcentaje de humedad, lo que daña la fórmula, produciendo una pérdida en la efectividad de su verdadera función”.

“Los medicamentos tienen que tener ciertas condiciones de almacenamiento, por ejemplo algunos no pueden exponerse a más de 25 grados Celsius, mientras que otros deben mantenerse bajo una cadena de frío, entre los dos y ocho grados Celsius”, agrega.

 

RECUADRO....

Cooperación de Carabineros y PDI

Además de la fiscalización que realiza la Seremia de Salud en la región, existe una cooperación por parte de Carabineros y la Policía de Investigaciones (PDI) en el control de este ilícito. En este punto, Rolando Casanueva, Coronel de Carabineros de Coquimbo aclara que “realizamos un trabajo de patrullaje en las ferias libres, no de fiscalización”.

Según cuenta, “cuando la autoridad en materia de salud tiene conocimiento de un tráfico ilegal de medicamentos, nosotros prestamos cooperación en el decomiso de productos o en la cobertura necesaria para que la detención o cierre del local pueda realizarse sin problemas. Ofrecemos apoyo de la fuerza pública para lograr este cometido”.

Ahora bien, el prefecto resalta la importancia de hacer una distinción en el tipo de medicamentos comercializados, porque hay algunos que no requieren receta y conforme a la nueva ley se pueden vender en supermercados o en tiendas. “Sin embargo, lo que sí hay que verificar es que no estén vencidos y cuenten con el registro sanitario correspondiente”, enfatiza.

La situación se vuelve compleja cuando se trata de productos que se dan sólo con receta médica. Casanueva sostiene que en este caso “se da cuenta a la fiscalía porque la venta está prohibida. Luego, se procede a la detención de las personas y la Seremia de Salud inicia un proceso de seguimiento para descubrir el origen de los medicamentos”.

En tanto, Marcelo Chepillo, Jefe de la Brigada Antinarcóticos de la PDI, cuenta que en relación al tráfico mencionado, su labor se centra en poner atención en “los pasos fronterizos, principalmente al norte, donde es común el ingreso de benzodiazepinas”, agregando que “es ahí cuando procedemos a la incautación por no contar con el permiso del servicio de salud chileno”

 

 

 

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