Profesora de música logra acreditar "despido injustificado" de la ULS

Este miércoles será un día de dulce y agraz para la profesora de música Clarina Ahumada, cuando a las 10 horas se realice la ceremonia que designará con su nombre a la sala donde ella dictó clases de flauta traversa. Es que si bien el acto se puede considerar un homenaje para su trayectoria, para ella no es grato regresar al lugar, donde fue despedida a finales del 2017.

Su despido habría sido motivado por  una “recomendación” de la comisión de acreditación que en el 2016 indicaba que “el rango etario de los profesores hace inminente que la institución disponga de una política de recambio”. Con ella, fueron despedidos una veintena de profesores, todos quienes emprendieron acciones judiciales con contra de su empleador. 

La profesora contrató a un estudio jurídico de Santiago y demandó a la universidad. En agosto del 2018, el Juzgado del Trabajo de La Serena acogió favorablemente la demanda y falló en favor de la profesora, quien además de recibir una indemnización, la sentencia agregó un homenaje a su persona.

Los hechos

En conversación con Diario El Día, Clarina Ahumada  relata que ella fue despedida junto a otros 28 profesores. “Según la universidad, hubo un hallazgo de que profesores que estaban jubilados y que a pesar de ello, siguieron trabajando (...) nos declararon como funcionarios de hecho, lo que es muy grave”.

Ahumada indica que septiembre del 2017, la universidad informó que ella había dejado de ser docente al momento que se acogió a jubilación. Sin embargo, la misma universidad en el año 2013, extendió un certificado que afirmaba que ella era “funcionaria de la corporación universitaria desde el 5 de mayo de 1986, desempeñándose en el cargo de académico a jornada completa”. 

“La propia universidad desconoció este certificado que entregaba a todas las personas que se jubilaban y que les permitían seguir trabajando en sus puestos”, afirma la docente, quien agrega que “es completamente ilegal declararlos funcionarios de hecho y declarar que no existía un vínculo laboral”.

Como prueba indica que durante 30 años, ella recibió en forma ininterrumpida sus remuneraciones, asignaciones previsionales y los descuentos de bienestar.

El dictamen del Tribunal del Trabajo de La Serena afirmó que el “aporte de la profesora Ahumada en el desarrollo del Departamento de Música de la ULS en sus treinta años de carrera docente ha sido extraordinario”. Al borde de lo insólito resulta que el mismo año de su despido, es decir a inicios del año 2017, Ahumada fue distinguida por la rectoría de la Universidad de La Serena por sus años de servicio, por su excelente en la labor docente y por su dedicación educativa.

Consultada de los argumentos que habría tenido la universidad para adoptar la decisión de su despido, Clarina Ahumada comenta que “en la última acreditación que tuvo la ULS, la comisión de acreditación determinó que la población de académicos estaba envejecida y recomendó una renovación”.

Para ella, en la universidad “buscaron una fórmula para deshacernos de todos nosotros para que no nos pudiéramos acoger al retiro voluntario y cancelar los 11 sueldos y adujeron que había problema administrativo que cometió la universidad al permitirnos seguir trabajando”.

Para ella “lo más fácil habría sido llegar a un acuerdo de la manera más correcta y no haber llegado al punto de tener que abandonar mi trabajo, porque de lo contrario iba a ser desalojada”.

“A los profesores despedidos, se nos acusó de enriquecimiento ilegal”, asegura, ya que según la universidad, habrían continuado trabajando cuando ya estaban pensionados.  

Sin embargo, la justicia falló a favor de Clarina Ahumada. El Juzgado del Trabajo acogió la demanda y  “y en consecuencia se declaró que A) la Universidad de La Serena vulneró la garantía de no discriminación de doña Clarina Ahumada en razón de su edad, poniendo término a la relación laboral por despido discriminatorio y grave B) que se condena a la demandada a pagar la indemnización de 489 del código del trabajo. c) Que la universidad deberá realizar una charla de garantías de no discriminación en las relaciones laborales, que deberá ser dictada por un académico de Derecho Laboral con estudios de posgrado en derechos fundamentales, debiendo invitar a toda la comunidad universitaria incluyendo académicos y personal directivo y d) que la Universidad   deberá nombrar a una sala donde se imparte las clases de flauta traversa  en departamento de música con el nombre de Clarina Ahumada Reyes, debiendo efectuar una ceremonia para estos fines  

Una vez que el Juzgado dictó sentencia, los representantes de la Universidad presentaron un recurso de nulidad en la Corte de Apelaciones, pero el día de la apelación no se presentaron, así que la sentencia quedo ejecutoriada. 

Sin embargo, la Universidad volvió a  arremeter y recurrió al Tribunal Constitucional, donde se indicó que no puede revertir una sentencia a firma y ejecutoriada. 

“Toda esta situación para mí ha sido un calvario espantoso”, dice la profesora, quien en la actualidad reside en Santiago. Agrega que “esto ha sido muy doloroso, porque lo que más me duele es que la Universidad de La Serena, institución a la que yo respete y entregue años de mi vida, con mucho cariño en la docencia y especialmente que trabajamos con música, es ver que la ULS va a quedar en su historia manchada por vulneración de derechos fundamentales de sus trabajadores, eso lo encuentro grave y me duele. Lamentablemente la Universidad de La Serena no tiene la mejor dirección porque todo este proceso se podría haber evitado”.

Cabe consignar que este miércoles se realizará un acto de desagravio a la totalidad de profesores despedidos a fines del 2017.