Adriana Serrano, quien lleva 8 años en Chile, vive con su hijo de 5 años y los estragos de la pandemia la llevaron a quedar sin trabajo en el mes de abril. “Ha sido difícil, se comenzó vivir una crisis desde el octubre del año pasado, ahí empezó el problema para poder desarrollar el trabajo de la manera correcta. Cuando quedé desempleada, me sentí en la nada. Vivo sola con mi hijo y él depende de mí”, sostiene.
Según el último informe trimestral del INE Coquimbo, el porcentaje de desocupación femenina entre mayo – julio, es de un 13,3% de mujeres que se encuentra inactiva en el mundo laboral, en donde por tercer año consecutivo logra ser más alto que los hombres.
Luego de su despido, Serrano expresa que los temores e incertidumbre durante estos meses se agudizan cada día, “fue difícil asumir que no tenía trabajo y un ingreso estable, pero ahí es donde aparece el poder que tiene uno de enfrentarse las adversidades -sobre todo como madre-, porque por los hijos uno hace lo que sea. Recurrí a la parte creativa y habilidades manuales que manejo y empecé un pequeño emprendimiento de mascarillas y me ha ido bien”, explicó.
Lo misma situación vive Lorena Silva que ha trabajado durante 14 años en el Restaurant “Tentación Marina” de Caleta San Pedro. Desde el 15 de marzo que el local gastronómico cerró sus puertas debido a las medidas sanitarias tras la pandemia. Desde ese día que ella y 14 compañeras de trabajo debieron acogerse a la ley de protección al empleo.
“Estaba acostumbrada a que todos los fines de semana tenía que irme a trabajar, cambio en 100% mi vida. Hoy paso los 7 días a la semana en mi casa, lo bueno es que se está con la familia, pero estaba tan acostumbrada al trabajo que también me afectó emocionalmente”.
La autonomía económica fue un factor en los que también llevó a grandes cambios a Lorena. “Yo no dependía de mi marido, era independiente en ese sentido. Donde ganaba más dinero era en las propinas, como garzona ese era el mayor ingreso. Ahora me encuentro con el seguro de cesantía y se supone que el mes de septiembre es el último mes que cubre, no sé qué irá a pasar ahora en adelante”, expresa.
Teletrabajo y labores domésticas
La crisis ha golpeado fuertemente al género no solo en el desempleo, además, del complejo escenario que han tenido que afrontar entre las labores del hogar y el trabajo remoto. La encuesta Cadem arrojó durante estos últimos días (específicamente entre el jueves 10 y el lunes 14 de septiembre en un universo de 2.597 personas), que de un total de 31% de los encuestados, el 44% son mujeres que están bajo esta modalidad laboral.
Entre las principales dificultades de las personas que realizan trabajo a distancia es el compatibilizar su trabajo con las tareas doméstica. De hecho, el 52% de las mujeres dice que esa es su principal problema frente al 41% de los hombres.
Damary Pizarro, tiene dos hijos y estuvo dos meses con teletrabajo desde que comenzó la pandemia, “para mí fue súper buena opción, ya que así podía trabajar y estar con mis hijos. Me organicé bien con el tema trabajo-casa. El cambio lo notó mi hijo menor porque fue algo nuevo, ya que no entendía que estuviera encerrada en una pieza y que a veces le pedía que no me interrumpiera ese fue el único contra”.
Cuando le congelaron el contrato, comenzaron las preocupaciones tras no saber qué iba a pasar en el futuro, hasta que fue despedida. “Se cumplió el plazo que era hasta julio y me informaron que me iban a despedir. Por un lado igual es difícil porque te empiezas a preocupar por lo que puede pasar, el futuro es incierto y no se sabe cuándo va a terminar la pandemia”.
La joven madre, además, agrega que gracias a su antigüedad laboral, económicamente no se ve afectada, pero “me preocupa que pueda pasar el próximo año. Mis proyecciones de cesantía son hasta diciembre. De ahí en adelante me preocupa bastante”, sostiene Pizarro.
Ante las tareas del hogar, Adriana agrega que todo se ha multiplicado. Las medidas de seguridad han llevado que el trabajo doméstico sea aún mayor. “Se acumulan muchas cosas; el trabajo de la casa y las tareas escolares de mi hijo (…) Siento que triplicaron las labores para desarrollar en la casa y obviamente con el agravante de la responsabilidad de esta crisis sanitaria y es un poco más demandante el aseo diario porque se incrementan las medidas de higiene”, finaliza.
La reactivación económica que prepara el gobierno es una de las esperanzas de salvación que tienen estas mujeres, medida que debería ser anunciada a fines de esta semana e implicaría un monto de subsidio de empleo a las mujeres. Si bien todavía no se conoce el detalle, equivaldrá entre el 40% y 50% del salario mínimo, es decir, un máximo de $161 mil si se considera los de $322 mil que se discute en el Congreso, según expresa el medio La Tercera.