Taxistas acusan una baja en sus servicios que llegaría a un 60%

Paulina Carrasco trabaja en la Avenida del Mar y utiliza frecuentemente Uber para devolverse a su casa en Las Compañías. Recuerda que antes de la llegada de esta aplicación, tenía que caminar cuadras para subirse a una micro en la carretera o desembolsar una gran cantidad de dinero para regresarse en taxi, “pero cuando llegó se me simplificó la vida, ahora optimizo mis gastos y mi tiempo”.

Y es que hace poco más de un año, precisamente desde el 12 de enero del 2017, la plataforma móvil de transporte llegó a la Región de Coquimbo para ofrecer sus servicios. Pero su irrupción en el mercado conllevó a que el gremio, principalmente de taxistas, se manifestara en contra por considerarlo una competitividad desleal.

REGULAR EL ESCENARIO

El seremi (S) de Transportes y Telecomunicaciones, Carlos Galleguillos, señala que el ministerio se preocupa de fiscalizar el funcionamiento de una serie de situaciones relacionadas con la locomoción y tránsito público, pero que dentro de estas no se encuentran los vehículos que pertenecen a la plataforma.

Galleguillos recalca que como ministerio no se lleva un registro de cuantos autos trabajan como Uber porque no es algo lícito, “sino que se trata de una actividad que no forma parte de un trabajo regular que sea controlado por el organismo”. Eso sí, dice que sólo pueden controlar cuando el objetivo de las fiscalizaciones  es sacar de circulación a este tipo de vehículos.

Actualmente se está discutiendo un proyecto de ley cuyo objetivo es controlar este tipo de servicios “y es de suma importancia que se discuta lo suficiente para que no queden vacíos y se termine regularizando eficientemente todo medio de traslado”, puntualiza el seremi.

Por último manifiesta que dicho proyecto tiene tres ámbitos de acción: regular este tipo de aplicaciones y fomentarla al uso en el transporte público menor, mejorar la calidad de prestación que reciben los usuarios sancionando a todos los que presten un mal trato y desarrollar un marco regulatorio que beneficie principalmente a los usuarios de la locomoción.

A UN AÑO DE SU LLEGADA

Luis Dubó, presidente de la Asociación Gremial de Taxis de la Región de Coquimbo (UNITAXI), considera que el Gobierno realizó una mala gestión para permitir la entrada de esta aplicación al país, porque permitió que se “empobreciera” un sistema regulado y que paga todos sus impuestos “para avalar algo que funciona al margen de la ley y que tributa en otro país”.

Dubó manifiesta que cuando Uber llegó a la región, se produjo un desequilibrio en la oferta y demanda que existía en la zona respecto al servicio que ofrecen los taxis.

El dirigente explica que la demanda por su trabajo disminuyó “considerablemente” y según él, en este primer año, la solicitud por taxis tradicionales bajó un 60%. Recuerda que antes podía hacer hasta veinte viajes sin problema trabajando aproximadamente diez horas diarias. Y ahora conduciendo el mismo tiempo, llegan a diez. “Pero cuando apenas llegó la aplicación y era novedad, con suerte se hacían 5 servicios en todo el día”. Esta situación significó que muchos taxistas empezaran a vender sus vehículos porque “los pilló la banca, el arriendo o dividendo de su casa, los estudios de los hijos y la mantención de sus respectivas familias”.

Por la vereda contraria, Felipe Contreras, Gerente de Comunicaciones de Uber en Chile, manifiesta que “la recepción en la Región de Coquimbo ha sido fantástica”. Y agrega que los usuarios han visto una alternativa conveniente, confiable y segura en la aplicación para movilizarse por La Serena, Coquimbo y Ovalle.

Según el encargado de comunicaciones de la empresa, el número de usuarios activos aumenta día a día porque han visto en la plataforma una “alternativa real de emprendimiento”.   

Es el caso de Camilo, estudiante de 26 años que requería de manera urgente buscar otra fuente de ingresos “para hacerse plata rápido”. Comenta que le ha permitido generar una fuente de ingresos extra, ya que su otra alternativa para producir dinero no le brindaba la estabilidad que necesitaba.

Agrega que lo que hoy en día ofrece la aplicación debería quedarse tal cual está y que no se le convendría que le hicieran modificaciones para regularizar su utilización, “porque es una fuente laboral extra para generar dinero aparte del que uno ya tiene”. Además, es categórico en señalar  que el servicio es mejor que el de los taxis tradicionales porque “produce confianza saber a quién estás llevando y a los pasajeros también les origina lo mismo saber por quién están siendo transportados”.

¿MEJOR SERVICIO?

Luis Dubó, presidente del gremio de taxis, no cree que el trato con el cliente de los conductores de Uber en comparación con los taxistas tradicionales sea distinto, ya que “la sociabilidad no es mala, nuestros pasajeros están satisfechos con nuestro servicio y las personas que se cambiaron a la plataforma estaban satisfechas con lo que ofrecíamos”.

2.000 conductores de Uber se encuentran generando ingresos entre La Serena y Coquimbo.

Dubó es enfático en manifestar que en Chile se hizo una campaña comunicacional que demonizó a los taxistas para que las personas prefieran la plataforma móvil. Sin embargo, admite que en el rubro hay malos elementos “pero no por una manzana podrida en un saco significa que todas lo van a estar”.

 Señala que la gente que migró a Uber no lo hizo por un tema de calidad, porque él puede dar por hecho que los servicios que ofrece no son buenos.

“El conductor no anda bien vestido arriba de un auto de alto estándar, bien mantenido y presentado como sale en la publicidad. Eso no pasa acá”.

MANEJO ARBITRARIO

El presidente de UNITAXI critica fuertemente la llegada de la plataforma en la zona y que sean los culpables de que les disminuyeran la clientela, porque “Uber maneja los precios arbitrariamente sin regirse bajo ninguna normativa”.

“Llegó para generar una disminución de los precios, bajándolos hasta al suelo. Ellos determinaron cual era la cantidad a cobrar, siendo estas tarifas mucho más bajas, en cambio nosotros cobramos lo que corresponde respecto a los tramos que se realizan”.

Luis está de acuerdo que las tarifas que cobran los taxis son más elevadas, sin embargo, manifiesta que están en concordancia con el ingreso per cápita de la región y a su densidad poblacional. “Porque nosotros no funcionamos como lo hace Santiago, donde yo dejo a un pasajero y a los 200 metros más adelante tomo otro, aquí nosotros hacemos un servicio, dejamos al usuario en el destino y hacemos un retorno en vacío”, sostiene.

Agrega que si un usuario utiliza un taxi tradicional y coloca el taxímetro en funcionamiento se dará cuenta que el costo final es igual o más bajo de lo que cobra Uber.

Ejemplifica que la tarifa de la aplicación varía en conveniencia de la misma empresa y no por los clientes ni los conductores. “En Año Nuevo, la plataforma cobraba desde Cuatros Esquinas hasta el centro de La Serena casi $12 mil, y nosotros con el taxímetro encendido, la misma carrera nos salía $5.300”, sentencia.

Por otro lado, el portavoz de Uber expresa que la aplicación llegó para redefinir los conceptos de movilidad.

“Antes las personas debían adaptarse a la disponibilidad del transporte. Hoy, son los medios de movilización los que se ponen a disposición de los usuarios”.

En el caso de Miguel, lleva conduciendo Uber desde casi un año y ha tenido que interrumpir su trabajo como conductor cuando le salen otros trabajos. Cuenta que los ingresos facilitados por esta aplicación le sirven “para vivir”. “Esto es mucho mejor que estar desempleado”, aclara. 

El conductor es categórico en señalar que el sistema tradicional no funcionaba, porque “ellos te miraban la cara y ahí decidían cuanto cobrar y si tú intentabas negociar la tarifa ellos te decían que ese es el precio, que si le gusta bien y si no bien también”. Y Uber, cuenta Miguel, llegó para regular las tarifas y no para hacerles daño a los taxistas.

670 taxis operan en la Región de Coquimbo.

Pero resulta que no sólo los precios son definidos de manera autónoma, sino también los requisitos que se solicitan para poder trabajar. Así Explica el seremi (S) de la respectiva cartera, manifestando que estos “son mínimos en comparación con los que solicita el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones para conducir locomoción pública”.

Felipe Contreras por su parte, aclara que Uber comprende las preocupaciones de los taxistas, “pero también vemos las necesidades de los usuarios que han visto en la aplicación una real opción de mejorar su calidad de vida”.

De esta forma, con 14 meses con Uber en la región, el debate sobre su regularización y su respectiva implementación seguirá hasta que el proyecto de ley se concrete. Sin embargo, hay que estar conscientes que se vive en una etapa donde los avances tecnológicos están cambiando la manera en que la sociedad hace las cosas. Y como decía el psiquiatra austriaco Viktor Frankl, “cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”. 6401IR