• No importa el día de la semana, los habitantes de la región salen a compartir en grupo y generalmente piden alguna bebida alcohólica. FOTO: José Alejandro González
  • Según el último informe de Euromonitor International, en 2017 se consumieron 933,7 millones de litros de cerveza. Los usuarios consultados tienen una marcada preferencia por esta bebida alcohólica. FOTO: José Alejandro González
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Si bien la tendencia del consumo de alcohol del “último mes” en la zona se ubica por debajo del promedio nacional, la alta ingesta en lapsos cortos llama la atención. Entre 2014 y 2016, los episodios de embriaguez aumentaron un 24%.

Un miércoles por la noche La Serena ofrece diversos panoramas. Por toda la ciudad hay bares, pubs y locales con opciones para comer o beber, lo que resulta atractivo para aquellos que buscan despejarse y dejar de lado la rutina por unas horas.

En este lapso es de lo más común ver gente disfrutando de bebidas alcohólicas, no importa el día que sea.  

Lo constatamos en un recorrido nocturno realizado por el centro de la ciudad, en el que encontramos a varios grupos compartiendo después del trabajo, otros despidiendo a un compañero y los que estaban reunidos como habitualmente lo hacen una o dos veces por semana.

“Para una celebración, despedidas, para buenos y malos momentos está presente el alcohol”, Juan Pedro López, sociólogo de la Universidad Central sede La Serena

“Nos juntamos y no hay otra opción. Sentimos que nos falta algo cuando no hay licor”, dice Felipe Aguilera, de 33 años.

Sentado junto a otros tres amigos, detalla que en los días de semana se inclina por cerveza, mientras que los viernes o sábados prefiere el pisco, vodka, vino o espumante.

“En la semana me tomo cuatro schop de cerveza como máximo y si estoy en mi casa uno o dos vasos.  Cuando hay carrete o fiesta puedo llegar hasta las 10 piscolas”, comenta.

Felipe reconoce que esto forma parte de la cultura chilena, pues “todas las ocasiones son buenas para beber”.

Lo mismo piensa Francisco Astudillo, quien compartía con siete amigos más durante una despedida.

“El chileno se reúne para todo y estamos claros que a nivel cultural somos buenos para tomar. Personalmente en esta época me gusta la cerveza, también tomo vino y esporádicamente pisco”, señala.

Y no es sólo una percepción de los connacionales.  También consultamos a un grupo de colombianos que salieron a bailar y concuerdan en que los chilenos beben bastante.

“Aquí toman mucho, más que en mi país. Siempre que hay un asado o fiesta está presente el alcohol”, manifiesta Sandra Ramírez.

 

CUESTIÓN CULTURAL

Juan Pedro López, sociólogo de la Universidad Central sede La Serena, resalta que las bebidas alcohólicas no se perciben como drogas  tan dañinas, además son de fácil acceso para la mayoría.

“Existen lugares en el país donde hay más botillerías que farmacias, esto quiere decir que nosotros hemos normalizado el consumo, porque lo utilizamos como un método de distracción”, asegura.

Asimismo, la tendencia se va replicando de generación en generación, según explica López.

“Padres que consumen no lo ven con malos ojos, los hijos tampoco y así sucesivamente se ha consolidado una cultura que también ocurre a nivel mundial, pero que en Chile se exacerba en ese sentido”, precisa.

Paola Haeger, doctora en ciencias biomédicas y académica de la Universidad Católica del Norte, afirma que la diversión en el país está asociada al alcohol.

“El impacto social es muy fuerte, tienes que consumir bebidas de este tipo en un almuerzo, en los bautizos, en las happy hours, entonces sí se ve como algo muy normal”, apunta.

La especialista, quien ha desarrollado estudios en animales sobre el impacto del alcohol en el comportamiento y en las emociones, reconoce que si bien es complicado pensar que se van a cortar los efectos adictivos de la droga cuando el uso es tan alto, se puede concientizar a las personas, proteger a los jóvenes de 12 a 18 años y a las mujeres embarazadas.

“Hay que educar más para promover la responsabilidad y asociar estos esfuerzos a las políticas públicas”, indica.

PATRÓN DE CONSUMO EN CHILENOS

Según la Organización Mundial de la Salud, Chile se encuentra primero en la lista de países latinoamericanos, con 9,6 litros por persona al año.

Otro dato importante es el que arrojó un estudio realizado por la Universidad Católica en 2015 enfocado en los riesgos de esta droga, el cual indica que sólo el 2% de los bebedores lo hace de forma continua y moderada, mientras que el resto concentra su ingesta 1,6 días a la semana.

Johana Tapia, coordinadora del programa Senda Previene que se desarrolla en la comuna de Coquimbo, destaca que no se trata de la frecuencia, sino de la cantidad que beben los usuarios en poco tiempo. 

En este sentido, una de las cifras más alarmantes en la región es la de embriaguez. De acuerdo a los datos del último estudio en población que realizó el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA), este tipo de episodios aumentó de un 44,4% en 2014 a un 74% en el 2016. 

Además, el patrón de ingesta en la población general y escolar de la zona indica que 1 de cada 5 habitantes tomó alcohol en el último mes, mientras que en el mismo período lo hicieron 3 de cada 10 estudiantes.

Aun así, las cifras del ítem “último mes” son significativamente más bajas en la región (22,2% en el año 2016), que las nacionales (46%).

 “Se trata de un tema cultural, ya que nuestro país es productor y consumidor, por lo tanto nosotros abogamos a educar a la gente y a cambiar ciertas conductas. En otros países, por ejemplo, ha funcionado el trabajar sobre contextos o con la prevención ambiental, eso da buenos frutos, más que sensibilizar a las personas o dar información”, argumenta.

El objetivo, sostiene Tapia, es que las personas aprendan a consumir de manera social, para que los episodios de embriaguez sean cada vez menores.

 

PERSPECTIVA ACTUAL

Las personas que trabajan en locales donde se expenden bebidas alcohólicas o en instituciones de prevención y rehabilitación, coinciden en que si bien el chileno no espera un día en específico para beber, lo hace con más cautela.

Una visión que comparten Jocelyn Oñate y Rodrigo Sepúlveda, administradores del local LagerHaus La Serena, donde se expenden 32 tipos de cervezas, así como destilados y cócteles con o sin alcohol.

“Aunque al chileno le gusta tomar mucho, ahora lo hace con más responsabilidad. Al principio el viernes era el día marcado, pero ahora no sabemos qué día se va a llenar. Aquí viene todo tipo de personas, desde los que trabajan en minería y por turnos, los que laboran a diario, adultos jóvenes, pero también familias porque somos un pub - restaurant. Como no tenemos estacionamiento, siempre los exhortamos a tomar taxi u otro medio de transporte para que lleguen sanos a su hogar”, precisan.

Además, insisten en que las personas toman por las más diversas razones. “Por cumpleaños, por penas, alegrías, deportes, estrés. Cualquier argumento es bueno para carretear”, manifiesta Rodrigo. 

En la misma línea opina el sociólogo Juan Pedro López, quien considera que consumir bebidas de este tipo prácticamente forma parte del ADN de los chilenos.

“Para una celebración, despedidas, para buenos y malos momentos está presente”, razona.

Johana Tapia cree que desde la entrada en vigencia de la Ley Tolerancia Cero y de la Ley Emilia, que aplican altas penas a personas bajo la influencia del alcohol, comenzó a verse una ingesta más responsable.

Además, recalca que trabajar en los contextos es fundamental.

“Tenemos que promover ordenanzas municipales que regulen horarios de consumo, porque si bien se ha avanzado en el último tiempo en relación a los comerciales y en la publicidad, el alcohol se vende los 7 días de la semana en un extenso horario, por lo que la gente tiene amplia disponibilidad y acceso”, agrega. 6101IR

PROGRAMA COMUNAL

En abril de este año se instaló en la comuna de Coquimbo el Programa Senda Previene, el cual estará por tres años en la zona.

Esta iniciativa, que ya se desarrolló en Ovalle, aborda el consumo abusivo de alcohol y se abocará a generar estrategias para disminuir esta tendencia.

“Si bien se ha tenido en niveles adecuados comparado con cifras nacionales, queremos trabajar fuertemente con el alcalde y concejales en relación a ordenanzas municipales en lo que tiene que ver con horarios de consumo, de venta y hacer cumplir la ley”, indica Johana Tapia.

En tanto Lorena Meriño, gestora municipal del programa en la Municipalidad de Coquimbo, recordó que se encuentran en la etapa de diagnóstico, y luego pasarán al Programa Estratégico Comunal que integra varias propuestas para lograr un cambio en los patrones de ingesta.

“En una encuesta que realizamos a 350 personas, el 93% considera que el consumo de alcohol es un gran problema en ámbitos como la salud y lo social. En menor medida apuntan a la seguridad y a lo familiar. Estos datos nos permiten trabajar de manera más específica sobre los requerimientos de la comunidad”, añade.

 

Ningún nivel es saludable

Una de las investigaciones globales más importantes sobre el tema fue publicada en agosto pasado en la revista médica británica The Lancet.

El estudio, que tomó en cuenta datos de la salud en la población en 195 países, afirma que  ningún  nivel de consumo de alcohol puede ser considerado saludable.

Aunque los expertos reconocen que beber moderadamente puede proteger de algunas cardiopatías, los riesgos combinados de desarrollar cáncer, lesiones y otras enfermedades, superan esos posibles beneficios.

"Este informe demuestra que ningún límite es seguro", dijo Sonia Saxena, una de las autoras del estudio a la BBC. 

 

¿QUÉ ES LO QUE PREFIEREN?

Matías Alviña: “Prefiero la cerveza en un ambiente social para relacionarnos y tener un buen encuentro entre amigos”

José Córdoba: “Cerveza es lo que más tomo, el fin de semana y ocasiones especiales”.

Krishnamurti González: “Salgo una o dos veces por semana y cerveza es lo que prefiero. Los chilenos somos bien bebedores, nos gusta mucho tomar”.

 

 

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