• Agustina González es parte del 1% de la población que logra doblarle la mano a la compleja enfermedad de la mucormicosis.
  • La valiente mujer fue dada de alta hace aproximadamente un mes y el equipo médico le rindió un pasillo de honor para aplaudirle la fuerza que tuvo durante los 196 que estuvo hospitalizada.
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La historia de Agustina González Veliz (56) es digna de admirar, ya que la chilena –radicada en Mendoza- visitó la región en verano con su marido, pero en su último día de estadía cayó hospitalizada en La Serena por una enfermedad muy poco conocida cuya tasa de supervivencia no supera el 1%: la mucormicosis. Después de 6 meses hospitalizada y uno fuera del recinto clínico, cuenta que le ha cambiado radicalmente la vida el hecho de haber vencido a la muerte y a la dificultosa enfermedad.

¿Cómo ha sido este primer mes fuera del hospital?

“Cuando llegué a Mendoza tuve que adaptarme a la vida de afuera porque la del hospital era muy diferente. Yo conocía todo mi espacio pero al llegar a mi casa fue todo muy distinto, ya que tuve que empezar a prepararme mis comidas y hacerme valer por mí misma nuevamente.

Tuve muchas dificultades en eso, ya que después de las operaciones perdí mucho peso y fuerza, entonces todo me ha costado el doble. Además, acá en el hospital me volvieron a enseñaron cómo comer, a hablar, a caminar, yo era nuevamente una guagua.

Pero por suerte tengo una familia que me respalda y me ha ayudado y apoyado en los momentos más complejos de mi estado era malo y en mi recuperación”.

¿Qué sintió cuando le dieron el alta después de medio año y pudo respirar aire fresco?

“En ese momento comenzó una nueva vida para mí, porque al haberme visto en el estado que estuve y después cómo quedé, agradecí a Dios por esta nueva oportunidad. Y al momento de encontrarme bajo la sombra de un árbol, me emocioné tanto que llegué a llorar de alegría”.

“En ese momento comenzó una nueva vida para mí, porque al haberme visto en el estado que estuve y después cómo quedé, agradecí a Dios por esta nueva oportunidad”.

¿Qué fue lo primero que hizo para recomenzar su vida?

“Viajé inmediatamente a Mendoza y afuera de mi casa me estaban esperando mis nietos que tanto anhelaba ver desde que supe que mi estadía en La Serena se prolongaría de manera indefinida. Pero ahí también me estaban esperando muchos familiares y todos emocionados, fue un reencuentro hermoso”.

¿Podríamos decir que ahora es usted una Agustina distinta a la que entró por primera vez a los pabellones del Hospital de La Serena?

“De todas maneras, estoy muy cambiada. Primero que todo la Agustina de ahora aprendió a valorizar más las cosas y a no ser tan orgullosa. La estadía en el hospital me enseñó a valorar más lo que tengo al lado.

“La Agustina de ahora aprendió a valorizar más las cosas y a no ser tan orgullosa”.

Con mi hijo, Luis, discutíamos contantemente porque ambos tenemos un carácter fuerte. Él no me aguantaba a mí ni yo a él, pero ahora, después con lo que me pasó, somos más que madre e hijo, somos un complemento perfecto”.

¿Por qué continúa viniendo a La Serena para su recuperación?

“A mí me dijeron que tenía la opción de seguir mi recuperación en Mendoza, pero pensé que lo mejor era terminar con esta cuestión donde la empecé. Además, al hacerlo en Argentina implicaba comenzar todo de nuevo, contar todo otra vez, conocer a más personas, etcétera. En cambio aquí tengo mi ficha, los doctores, el personal médico ya me conoce y como le dije la primera vez, aquí tengo mi segunda familia. Donde quiera que vaya, diré que en este hospital tengo mucha familia, porque mientras estuve aquí yo me preguntaba quién era yo para merecer tanto cariño, me hicieron sentir realmente importante”.

¿La situación por la cual pasó le hizo replantearse sus objetivos de vida?

“Pienso que la fuerza y garra que tengo para seguir viviendo y luchando por mi esposo, mis nietos y mis hijos es infinita. Pero también no puedo dejar de agradecer a mi Dios por darme una nueva posibilidad de vida, porque yo después de muerta resucité para acompañarlos en los buenos y malos momentos”.

VER TAMBIÉN: Mujer vence grave enfermedad y es dada de alta del hospital después de 6 meses.

“Yo después de muerta resucité para acompañarlos (a mis familares) en los buenos y malos momentos”

¿Algún mensaje a las personas que padezcan de una enfermedad crónica o que contraigan mucormicosis?  

“Después que yo me fui del hospital llegó otra señora con mi mismo pronóstico y ella no quiso operarse inmediatamente, ella terminó fallecida a la semana siguiente.

Yo le diría a toda la gente, diabética especialmente, que todos estamos propensos a muchas infecciones y virus, por lo que debemos tener precaución en todo ámbito. Así que debemos llevar la medicación y dieta que los médicos nos dicen al pie de la letra, no hacer lo que nosotros queremos.

Por lo tanto, les diría a todas las personas que atraviesan un difícil momento, de aquellos que parecieran no tener alternativa de salida, que luchen por su vida, no se dejen estar, hay que lucharla y no dejarse vencer, porque si se hace lo segundo, más fácil será que la muerte nos pille, siempre hay un propósito para seguir viviendo”. 6401i

¿QUÉ ES LA MUCORMICOSIS?

La mucormucosis es una infección oportunista poco frecuente y potencialmente letal, causada por hongos.

Su distribución es mundial y se encuentran fundamentalmente en la tierra, vegetales en descomposición y el pan. Por su bajo potencial de virulencia raramente produce enfermedad en individuos inmunocompetentes, pero esto cambia radicalmente en pacientes con inmunidad alterada (con enfermedades crónicas) en quienes pueden ocasionar infecciones graves e incluso mortales.

Es de presentación fulminante o lenta e insidiosa, por lo que se le considera una de las infecciones micóticas más letales en seres humanos. Típicamente afecta a pacientes inmunodeprimidos, especialmente a pacientes diabéticos.

 

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