Por: Paula Garviso
Este lunes comenzó el proceso de vacunación contra el Covid-19 en la región de Coquimbo. Los primeros en inocularse fueron los adultos mayores del Establecimiento de Larga Estadía Nuestra Señora de Andacollo, de La Compañías, y en horas de la tarde fue el turno de los trabajadores de salud.
En la “primera línea” de ataque a la pandemia en la zona, han trabajado arduamente profesionales que han vivido en carne propia las complicaciones de la emergencia sanitaria. Desde sus distintos roles, médicos, enfermeros, TENS y auxiliares, han debido hacer frente a la incertidumbre y, en algunos casos, alejarse de sus familias por el miedo a contagiarlos.
Ya han transcurrido diez meses desde que se detectaron los primeros casos de coronavirus en La Serena y, tras casi un año de batallas, los funcionarios del área ven con esperanza el proceso que comenzó esta semana.
Fueron cinco los miembros del Hospital San Juan de Dios en poner el hombro al inicio de la campaña de vacunación. En recinto asistencial se inoculará a más de 1.500 trabajadores y, en total, se inmunizará a 8.300 en todo el territorio regional.
Los protagonistas de este hito relatan sus luchas y anhelos, mientras llaman a no bajar los brazos y continuar con las medidas de protección.
A continuación, sus historias.
Marcela Maturana (34)
Enfermera Coordinadora de Hospitalización Domiciliaria
Desde febrero del 2020 Marcela no ve a sus seres queridos. Los miembros de su equipo se convirtieron en sus familiares, con quienes ha compartido largas jornadas de trabajo. Forma parte del equipo del Hospital de La Serena hace cinco años y tuvo la misión de implementar el modelo de atención domiciliaria en la región, conformando el primer equipo de este tipo en la zona, el cual ha tenido un rol clave durante la pandemia, especialmente en el lugar del país que posee menos camas de hospitalización por habitante.
Marcela se transformó en la primera funcionaria en ser vacunada, ante esto, señaló estar muy emocionada. “Para nosotros significa una esperanza, para que la comunidad desarrolle la inmunidad y combatir esta pandemia que ha sido muy dura para todos. Llegó justo con un rebrote que ya está ocurriendo, con el aumento de la población flotante que significa que van a aumentar los casos y van a disminuir las camas. Es la herramienta fundamental que estábamos esperando. No hay que bajar guardia, el hecho de seguir cuidándonos es lo importante”, sostiene.
Aldoaneth Leiva (34)
Infectóloga del Hospital de La Serena
Lleva casi cuatro años trabajando en el Hospital de La Serena, desde que llegó a Chile desde Venezuela. Aldoaneth Leiva ha tenido un rol vital durante la emergencia, siendo la principal especialista en infecciones y virus del recinto asistencial. Ha evaluado directamente a pacientes covid positivo y ha trabajado arduamente para concientizar a la población a lo largo de toda la crisis.
Tras ser vacunada destaca que lo más importante es que disminuye “el miedo de contagiar a otros” y eso “no tiene precio”, sostiene. “Parte de mi especialidad es ver cómo cada día la ciencia avanza más y podemos confiar en que no hay imposibles en lo que respecta a salud, cuando se trabaja en comunidad y con un objetivo. La verdad es que eso me llena de alegría, luego de pasar un año tan duro y ver mucha gente grave, encerrada y el golpe que ha tenido en la salud mental de las personas. Esto representa una esperanza no sólo para nosotros, porque lo vemos como un granito de arena, pero alrededor del mundo hay 30 millones de personas vacunándose y eso emociona a todos. Este es el principio, la vacuna nos abre la esperanza, pero tenemos que tomarlo con mucha responsabilidad”, afirma.
Juan García (41)
Auxiliar Servicio de Medicina
Su rol dentro de esta pandemia ha sido la de aseo y desinfección del área Covid, traslado de pacientes, movilización de equipos y equipamiento, apoyo y colaboración a equipos de TENS y enfermería, entre otras tareas. Uno de sus principales temores era contagiarse, en especial porque vive con su esposa que padece de una cardiopatía congénita y, por lo mismo, ha debido implementar un estricto protocolo de seguridad para ingresar a su casa día a día.
Tras ser vacunado, Juan García admitió estar un poco nervioso en un principio, “pero con la esperanza de que esto nos sirva para prevenir la enfermedad y trabajar con más tranquilidad. En lo personal es un orgullo representar a mis colegas y esperando que les sirva a ellos como ejemplo. Como siempre tratamos de hacer una labor de limpieza y es complicado. Es un avance y ojalá que con esto nosotros podamos estar mejor preparados en esta pandemia, sabiendo que muchas veces la gente no tiene mucha responsabilidad social. Esperamos que sirva como ejemplo a muchos y les pido que tengan conciencia porque estamos colocando nuestro fuerzo para poder combatir esta pandemia”.
Ana Egaña (51)
TENS de la Unidad de Paciente Crítico
Debió dejar de vivir con su hija y nieta en su propia casa debido al temor y preocupación que sentían por contagiarse. Hoy en día siente un gran cansancio y desgaste, debido a que durante la emergencia sanitaria y especialmente en el peak de la crisis, realizó labores como Técnico en Enfermería de Nivel Superior (TENS) en el aislamiento Covid-19 de la UCI del recinto asistencial, tales como reanimación, controles de ciclos vitales, baño de pacientes, acciones de prevención, asistencia a médicos y enfermeros, lesiones de presión y administración de medicamentos, entre otras tareas.
Señala que el vacunarse, para ella, “es muy importante”, ya que le permite proteger a su familia y además puede seguir atendiendo a los pacientes “con más tranquilidad”. Tras la inoculación comenta que “no duele nada, fue muy rápida, no tengo ningún síntoma. Da una nueva tranquilidad ante esta nueva cepa que viene a la que todos le teníamos más miedo y creo que esto va a traer un poco de tranquilidad al personal. Estuve con los pacientes Covid-19 más graves, los que estaban en ventilación mecánica”.
Maximiliano Porras (33)
Médico Internista, Jefe Servicio de Medicina
Maximiliano lleva nueve años en el Hospital de La Serena. Ingresó como médico general y luego de realizar su especialidad como internista asumió el desafío de hacerse cargo del Servicio de Medicina. En esta emergencia sanitaria ha atendido pacientes covid positivo, tendiendo que entregar gran parte de los cuidados. Sostiene que ha mantenido el sello de cercanía con sus pacientes y relata que el equipo completo ha realizado intensas jornadas de capacitación y formación, lo que ha dejado un desgaste físico, emocional y psicológico en cada uno de ellos.
Alegría es su primera sensación al vacunarse. “Es el primer paso de cambio. Tengo muchas ganas de que vacunen a todo el personal posible para que estemos más seguros. Para todos ha sido difícil el tema de dejar de ver a nuestras familias y amigos. El hecho de que la vacuna pueda proteger un poco más a las personas que comparten con nosotros es un regalo. Es una suerte de retribución, porque realmente no existen muchas formas en que se agradezca lo que hace uno día a día y tampoco es que lo esperamos, pero esto lo sentimos como una retribución por todo el trabajo que hemos entregado”, manifiesta.