Adeline Salgado, Javier Armijo y Gilberto Torrejón, delegados del comité de la Junta de Vecinos de la calle 21 de mayo, visitaron diario El Día para dar a conocer su molestia con una situación, que dicen, lleva incomodándoles por mucho tiempo.
Denuncian que por el sector, el cual forma parte del casco histórico de la comuna, transitan personas en situación de calle que consumen alcohol y drogas, provocando conflictos con los vecinos, quienes argumentan que no pueden salir tranquilos a la calle. Aun así, dejan en claro que su reclamo “no apunta hacia ellos, va enfocado al respeto que merecemos como vecinos. Con sus malas acciones vulneran nuestro derecho a una calidad de vida decente”.
Los delegados indicaron que la causa de este hecho es que la casa de acogida del Hogar de Cristo presente en el lugar no está cumpliendo con sus labores de atención a las personas en situación de calle, razón que los lleva a sugerir que sean atendidos en calle Cisternas, “donde el espacio es más amplio que la casa presente donde vivimos. Allí es como una pieza donde tienen que estar todos. No es digno para ellos tampoco”.
Finalmente, aclararon que fueron a dejar una carta a la Intendencia y a la Municipalidad, con copia a cada uno de los concejales, “para que se enteren de nuestro problemas y den una pronta solución que beneficie a todos los implicados”.
El problema no es la ubicación
Gonzalo Cortés, director ejecutivo de Atacama-Coquimbo del Hogar de Cristo, indicó que la culpa de lo sucedido no es la presencia de la hospedería en el sector, sino que las causas obedecerían a un problema de mayor envergadura, que se puede solucionar si todos los implicados trabajan en conjunto: “el problema no es el Hogar de Cristo. No es lo que pasa dentro, sino afuera. Nosotros hacemos lo que podemos y tratamos de atender al mayor número de personas en situación de calle posible. Por ahora, prestamos servicios a 30 personas diarias. Nosotros no podemos solos, sino que debemos trabajar todos en conjunto: medios de comunicación, juntas de vecinos, gobierno. Hay que ver cómo estos organismos pueden auxiliar a solucionar el problema de fondo: darles una mano a estas personas que son excluidas de la sociedad. Ellos igual son vecinos, igual tienen derechos civiles”.
De la misma forma tuvo palabras para la sugerencia de los vecinos de trasladar a los beneficiarios al recinto de calle Cisternas, reiterando que la causa no es la existencia ni extensión de la hospedería y descartó la reubicación de la casa de acogida en caso de que los reclamos de los vecinos vayan en aumento, argumentando que está en un punto donde se tienden a reunir las personas que asisten a ella: “tenemos que estar en el espacio en que ellos se desenvuelven: el centro de la ciudad. No saco nada con tener una casa en el Valle del Elqui, porque ellos no van a ir. Pasará a ser un elefante blanco. La idea es nosotros ir a buscarlos, para así ayudarlos y puedan superar su condición”.