• Son 20 mujeres que están organizadas para salir de la calle y dejar de ser vendedoras ambulantes, pero con la pandemia y la cuarentena la situación ha cambiado radicalmente para ellas.
    Son 20 mujeres que están organizadas para salir de la calle y dejar de ser vendedoras ambulantes, pero con la pandemia y la cuarentena la situación ha cambiado radicalmente para ellas.
Crédito fotografía: 
Lautaro Carmona
Son más de 20 mujeres que trabajan en la calle vendiendo productos agrícolas y dicen estar muy complicadas porque tras la aplicación de la cuarentena pierden el único ingreso que tienen y no saben qué harán. Sobre su traslado a un recinto cerrado que no se materializó, responsabilizan al municipio, pero edil dice que se les entregó hasta las llaves del lugar y tras casi siete meses nunca se fueron.

Las más de 20 mujeres que son vendedoras ambulantes de productos agrícolas en el centro de La Serena, se encuentran desesperadas ante la cuarentena dictada por el gobierno y que comienza a las 22:00 horas del miércoles.

Según manifestaron su situación se ha complicado de manera impensada con la declaración de cuarentena, puesto que no tienen otro ingreso para mantener a sus familias y no reciben apoyo de nadie.

Manifiestan que han recurrido al municipio, pero no han logrado contactarse con las personas que podrían canalizar alguna ayuda para enfrentar el encierro que podría prolongarse mucho más allá de una semana. Incluso algunas plantean que si es necesario saldrán a vender sus productos porque no se quedarán sin comer ellas y sus hijos, que se trata de una situación extrema.

Jefas de hogar

Si bien algunas son casadas, la mayoría son jefas de hogar y vendiendo verduras en las calles es que han subsistido y han criado a sus hijos e hijas.

Por eso dicen que la pandemia as ha golpeado fuerte, pero que la cuarentena terminará por dejarlas en la más completa indefensión y no saben cómo enfrentarán las semanas que vienen.

Se encuentran organizadas como vendedoras de verduras “El Mercadito” y la secretaria,  Marcela Ocaranza, dijo que se les avecinaba una situación extrema,  “vamos a quedar sin nada y como el mercado donde nos iríamos no está hecho, vamos a quedar sin poder trabajar, somos 20 personas y nos queda un solo día para venir a la calle, después de eso no sabemos qué pasará. Vamos a ir a la municipalidad para ver si nos pueden dar una solución, pero hemos llamado y no nos contestan”.

La dirigenta mencionó que son personas de trabajo y la situación es complicada, más aún cuando fracasó  el proyecto de ir a instalarse a un terreno que había propiciado el municipio, pero que cuando fueron a instalarse, el lugar estaba ocupado por una constructora que había arrendado el espacio.

“Con el tema de la pandemia nosotras dejamos de trabajar un tiempo, cuando volvimos el alcalde nos dijo vayan a tomar posesión de lo suyo, pero nos dimos cuenta que estaba todo tomado por la constructora”.

Esto es refrendado por Andrea Munizaga, quien indica que el municipio les había reservado ese espacio, pero cuando fueron a l lugar “había una constructora que había arrendado, le pusieron seguramente  una mejor plata, por eso no nos pudimos ir”, añade que el alcalde Roberto Jacob les dijo que se buscaría otro terreno para instalarlas de manera definitiva y “estamos a la espera y nosotros estamos luchando ahora para que nos den un permiso provisorio, porque nos han sacado partes”.

“Por la pandemia dejamos de trabajar un tiempo, cuando volvimos el alcalde nos dijo vayan a tomar posesión de lo suyo, pero nos dimos cuenta que estaba todo tomado por la constructora”. Marcela Ocaranza, secretaria organización El Mercadito.

La ilusión de un local

Estas mujeres dicen que si bien cuando el municipio les ofreció que se trasladaran a un lugar definitivo no lo vieron con mucha credibilidad, pero en la medida que fue pasando el tiempo y se encontró un terreno en las cercanías de La Recova se fueron ilusionando con tener su propio lugar y ser establecidas, con sus papeles en norma.

Por eso no entienden qué es lo que ocurrió en el camino y creen que desde la municipalidad algo falló, porque ellas tenían plazo para salir de las calles a fines de febrero e instalarse en marzo en el nuevo espacio.

Salimos del centro el 27 de febrero y los primeros días de marzo teníamos que estar. Habíamos ido a dividir los terrenos, pero lo que pasó es que al final se les arrendó a una constructora”, dice Amalia Zambrano, quien cuenta que cuando fuimos aún estaba la división donde nos instalaríamos, pero cuando volvimos a ir ya le habían arrendado todo a la constructora”.

Amalia menciona que desde el municipio ya les dijeron que les van a pasar otro terreno, “que queda en Cienfuegos al llegar a la Avenida (Francisco de Aguirre), pero es más lejos que acá, creo que jugaron con todas con lo que pasó”.

“Fracasó por culpa de ellas, no del municipio. Ellas tuvieron hasta las llaves para irse, pero empezaron a postergar, que una cosa, que otra y al final ellas mismas se farrearon la oportunidad”. Roberto Jacob, alcalde de La Serena.

Otra versión

El alcalde de La Serena si bien reconoce que están buscando otro terreno, tiene otra versión de por qué fracasó el primer espacio.

“Fracasó por culpa de ellas, no del municipio. Ellas tuvieron hasta las llaves para irse, pero empezaron a postergar, que una cosa, que otra y al final ellas mismas se farrearon la oportunidad de irse al lugar. Entonces el dueño del terreno obviamente que se cansó de esperar y lo arrendó”.

Al consultarle por el compromiso del municipio de arrendarles ese terreno y por qué no se concretó, el edil plantea que no se firmó el contrato porque las ambulantes “nunca se fueron, porque el arriendo después lo iban a pagar ellas, pero al final no se fueron, estuvieron caso siete meses, pero estamos buscando otro terreno”.

 

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