La historia de María Monardez: cerca tres décadas endulzando la vida de los serenenses

Si hablamos de esfuerzo, sacrificio y sobre todo constancia, la historia de María Monardez, merece ser reconocida. Con una vida ligada a la pastelería, ha logrado surgir y salir adelante gracias al trabajo que diariamente y sin descanso realiza con sus propias manos.

Fue hace 28 años, cuando decidió comprar un canasto, llenarlo con sus milhojas, chilenitos, merengues y pie de limón, para instalarse en plena vía pública de la comuna de La Serena, dónde inició este negocio que se transformó en rutina, pase lo que pase.

“Hace ya 28 años que vendo mis productos en la calle y gracias a Dios me ha ido excelente. La primera vez me instalé en las afueras de un banco, en calle Los Carreras, pero con los años me tuve que mover hacia la esquina de calle Brasil, dónde trabajé por más de 10 años, con lluvia, terremotos y todo, no fallaba, ahí estaba con mis canastos e igualmente vendía todos mis productos. Trabajar en la calle siempre tiene sus riesgos, pero gracias a Dios, nunca tuve mayores problemas”, indicó María Monardez.

"La primera vez me instalé en las afueras de un banco, en calle Los Carreras, pero con los años me tuve que mover hacia la esquina de calle Brasil, dónde trabajé por más de 10 años", indicó María Monardez, pastelera.

Para ella, este trabajo se transformó en una pasión, la que heredó desde muy temprana edad y quizás sean esas recetas, las caseras y tradicionales que aprendió desde niña, las que marcan la diferencia en sus productos.

“Desde muy pequeña que aprendí estas recetas, son tradicionales, de la antigua pastelería, quizás por eso, gracias a dios, me ha ido bien.  La primera vez que empecé con esto, la gente me preguntaba que vendía, porque el aroma que salía de los dulces les gustaba, los empezaron a probar y se transformaron en clientes, tengo mi clientela y eso es gracias al sabor de mis productos”, agregó.

Actualmente trabaja junto a sus dos hijos, quienes la ayudan en la elaboración de cada uno de los dulces que vende, los que continúa haciendo diariamente.

“Los dulces son siempre frescos, trabajamos todos los días junto a mis dos hijos para traerlos al otro día y venderlos como siempre. Creo que ese esfuerzo ha permitido que la gente reconozca mi trabajo y eso es muy lindo”.

DE LA CALLE A UN NUEVO LUGAR

Sin dudas a muchos de sus clientes les llamó la atención que María no apareciera este martes con sus pasteles en la esquina de las calles Los Carrera con Brasil, donde trabajó por más de 10 años.

La razón de esto, es que gracias a una gestión del municipio, valorando su esfuerzo y trabajo constante, se le otorgó un puesto en la feria existente en la plaza La Merced, dónde se le ve feliz vendiendo sus dulces.

“Estoy muy contenta, porque creo que me merezco este nuevo lugar. Le agradezco al municipio por la gestión, ya que a partir de ahora puedo vender mis productos aquí y no en la calle. Quizás sea un puesto pequeño, pero para mí es un paso muy importante, así que espero que mis clientes vengan, porque aquí estaremos todos los días”, señaló.

"Estoy muy contenta, porque creo que me merezco este nuevo lugar", agregó María Monardez.

En ese sentido indicó que está trabajando junto a un familiar, quien por estos días continúa vendiendo dulces en la misma esquina dónde empezó, para avisar a los clientes su nuevo lugar de ventas.

“Por estos días estará un familiar vendiendo dulces en la misma esquina de Los Carreras con Brasil, para avisarles a mis clientes de este nuevo lugar y ya han venido varios”, finalizó.