• Un 82% de los ciudadanos cree que la conducta en internet es más odiosa que en la vida real, mientras que el 62% cree que en Chile el acoso no es condenado
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En el marco del Día contra el Ciberacoso, los psicólogos laborales Isaías Sharon y Marcelo Pinto, ahondan en las razones de por qué los chilenos nos percibimos como “odiosos” en las redes sociales.

Las redes sociales han pasado a ser parte de nuestra cotidianeidad, llevando esa “segunda vida” del mundo digital a un plano mucho más real, pues lo virtual ya tiene injerencia en nuestras decisiones y relaciones. Sin embargo, son algunas de las actitudes adoptadas por las personas en internet las que no resultan tan agradables y no responden a ese “bienestar” que insistimos en mostrar como sea en las plataformas sociales.

El ciberacoso o ciberbullying es una conducta repetitiva que se da más frecuentemente de lo que creemos – con ejemplos llevados al extremo como el ya conocido nido.org -. En Chile, según el estudio #nosimporta, llevado a cabo por la empresa de telefonía celular Wom, el 82% de los ciudadanos cree que la conducta en internet es más odiosa que en la vida real, mientras que el 62% cree que en Chile el acoso no es condenado.

82% de los ciudadanos cree que la conducta en internet es más odiosa que en la vida real.

Pero, ¿por qué somos más odiosos en internet? ¿es la libertad que nos entregan las plataformas sociales lo que nos lleva a sacar nuestros pensamientos más antipáticos? Para Isaías Sharon, psicólogo laboral y director ejecutivo de Smartcoach, el anonimato otorgado por las redes sociales es el primer factor a considerar. “En mi primer lugar, la sensación de impunidad que obtengo por utilizar un avatar o un nombre, porque pienso que con eso puedo decir cualquier cosa. Por otra parte, lo que es importante cuestionarse es de qué manera estamos liberando los niveles de violencia y frustración en los que vivimos. Internet se ha vuelto un espacio donde es posible canalizar esa odiosidad a través del ataque a otro”, explicó Sharon, agregando que lo anterior “da para preguntarnos en qué tipo de sociedad estamos viviendo”

Por su parte, Marcelo Pinto, también psicólogo laboral y entrenador de consultores de HPI, ahonda un poco más en las razones de estas frustraciones y por qué escogemos internet para descargarlas. “En la edad adulta existe la necesidad de identificarse con algo que nos permita establecer vínculos de forma más fácil en nuestras relaciones sociales. Internet, en ese sentido, es un buen espacio para identificarse desde lo proyectivo, desde lo que quiero ser, pero que no necesariamente soy. Esto es un trastorno de personalidad, en donde la persona se suma a distintas masas para poder validar su propio ser”, aclaró el experto, ahondando también en la facilidad del acceso a internet como un factor que predispone a la odiosidad, porque “si yo requiero posicionarme en donde sea de forma rápida, lo voy a hacer desde donde está la masa, la mayor cantidad de gente vinculándose, y así validar mi punto de vista”, recalcó.

Ambos especialistas destacaron que el comportamiento detestable en las redes sociales no es otra cosa que una respuesta a frustraciones personales de la que no nos podemos despojar en la vida cotidiana.

“Hoy en día las redes sociales son el nuevo espacio de vínculo, es la plaza donde nos encontramos. Sin embargo, lo que no consideramos es que en internet todo es apariencia, lo que podemos llamar la mentira digital. Yo me comparo con esa vida artificial o manipulada que muestran mis conocidos a través de las redes sociales, lo que hace crecer mi frustración personal, mi nivel de violencia interna y ¿dónde boto esa frustración? En internet, donde es fácil y gratuito”, ejemplificó Isaías Sharon.

“Hoy en día las redes sociales son el nuevo espacio de vínculo, es la plaza donde nos encontramos. Sin embargo, lo que no consideramos es que en internet todo es apariencia, lo que podemos llamar la mentira digital", señaló Isaías Sharon,  psicólogo laboral y director ejecutivo de Smartcoach. 

¿Existe alguna manera, entonces, de que las personas logren hacer la diferenciación entre lo virtual y lo real? Al respecto, Marcelo Pinto aclara: “Es complicado, porque además en la actualidad los distintos espacios de vinculación, sean laborales, personales u otros, están más asociados a lo digital que a lo personal. Este espacio está prácticamente perdiéndose. Entonces, pedirles a las personas que hagan la diferencia entre su vida cibernética y su vida real, lo que hace es extraerlos de la normalidad, porque quien no está, no está presente, y quien hace la separación es aquel que quiere marginarse del círculo virtuoso de estar presente”.

“En la medida en que yo no logro desarrollarme sanamente en el discernir lo real de lo ilusorio, no sólo en internet, si no que en la vida, esa disociación de la realidad fomenta relaciones a través del odio, porque me empiezo a vincular con los demás desde una realidad que no existe”, complementó Sharon.

Ahondando más en los problemas internos que llevan a las personas a reaccionar con violencia, el entrenador de HPI destaca que “cuando yo decido utilizar un espacio en la red para deslegitimar a alguien, en lugar de conversar y resolver los conflictos de forma sana, quiere decir que este es el único argumento válido que puedo utilizar como herramienta para resolver el conflicto”. Finalmente, plantea que, como las personas “nunca van a tender a hacer la separación entre lo virtual y lo real” la única solución que parece viable, además de educar emocionalmente a las personas, es “lograr que las redes sociales sean un espacio virtuoso”.

 

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