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Una empresa sueca creó un implante que se utiliza para almacenar el pasaporte de vacunación y de esta forma poder ser leído por otros dispositivos.

La startup sueca Epicenter, con sede en Estocolmo, ha desarrollado un microchip que se implanta debajo de la piel y que lo presentaron como la nueva forma de llevar un pasaporte sanitario o comprobante de vacuna de COVID-19.

El implante, del tamaño de un grano de arroz, puede ser leído por cualquier dispositivo que utilice el protocolo de comunicación de campo cercano (NFC), tecnología utilizada para pagos sin contacto y sistemas de entrada sin llave, explica en su informe el sitio web del Daily Mail.

En un video compartido por Epicenter, Hannes Sjöblad, director de distribución, tiene el chip en el brazo y simplemente mueve un teléfono inteligente sobre él para ver su estado de vacunación.

Explicó: “Los implantes son una tecnología muy versátil que se puede utilizar para muchas cosas diferentes, y en este momento es muy conveniente tener el pasaporte COVID siempre accesible”.

La agencia europea Ruptly compartió un video sobre este microchip.

La necesidad de mayor accesibilidad para el pase de movilidad

Tras superar la fase con mayor incertidumbre de la pandemia del coronavirus, la información sobre el estado de la vacuna se proporciona en papel o en formato digital conocido como pasaporte COVID, pase de movilidad o comprobante de vacunación.

Muchos lugares, restaurantes, bares, salas de conciertos y museos en diferentes países exigen que los visitantes presenten su estado de vacunación para poder ingresar al edificio, por lo que Epicenter quiere que la presentación de esta información sea lo más sencilla posible.

“En caso de que su teléfono se quede sin batería, (el microchip) siempre estará accesible para usted. Entonces, por supuesto, así es como usamos esta tecnología hoy, el próximo año la usaremos para otra cosa”, declaró Sjöblad.

¿Cómo funciona?

El microchip se coloca directamente debajo de la piel, ya sea en el brazo o entre el pulgar y el índice. Según Sjöblad, el procedimiento es “completamente reversible” y no requiere una aplicación de teléfono especial.

El microchip implantado de Epicenter no es una innovación nueva, ya que la empresa lo ha estado utilizando durante años y con sus propios empleados. En 2015, la compañía anunció que había implantado el microchip en más de 100 de sus empleados, lo que les permite abrir puertas, operar impresoras o comprar batidos con un movimiento de la mano.

El chip se implanta con una simple inyección de una jeringa y con un clic se inyecta un microchip en la mano del empleado. Cuando es activado por un lector a unos centímetros de distancia, una pequeña cantidad de datos fluye entre los dos dispositivos a través de ondas electromagnéticas.

 

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