En los meses previos a las elecciones presidenciales del 8 de noviembre en EE.UU., que ganó por sorpresa el polémico magnate Donald Trump, las noticias falsas eclipsaron a las reales en las redes sociales, consolidando una tendencia hacia la desinformación que amenaza los cimientos de la democracia.El auge de las noticias falsas y la desconfianza de la ciudadanía hacia los medios tradicionales va de la mano de políticos que, como el ya presidente electo Donald Trump, han hecho de sus ataques a la prensa una parte esencial de un nuevo populismo.Durante la campaña, Trump se hizo eco de rumores que circulaban por Twitter, la misma red social a la que recurrió el flamante asesor de seguridad nacional del mandatario electo, Michael Flynn, para compartir días antes de los comicios una noticia de Truepundit, un portal conservador que suele transmitir noticias sin base.
Un investigación de Buzzfeed realizada con la herramienta analítica Buzzsumo encontró que las 20 noticias falsas más populares de los últimos tres meses obtuvieron más de un millón de interacciones más en Facebook que las principales historias de medios como The New York Times, The Wall Street Journal o CNN.
Google, Facebook y Twitter han prometido frenar en lo posible la extensión en las redes sociales de noticias sin base alguna que se convierten en virales, en parte gracias al impulso que reciben de políticos o medios alternativos con agendas alejadas de la búsqueda de la calidad o del respeto de la ética periodística.La era del "troleo" y la viralidad ha tomado el relevo a los "gatekeepers", es decir, a los verificadores de datos y las cabeceras prestigiosas; y ahora nada impide que una noticia falsa aproveche las pasiones y el eco de internet para convertirse en una certeza, especialmente en el ámbito del debate político."Trump ha ganado el voto popular", "El actor Denzel Washington da su apoyo a Trump", "Aparecen fotos de Bill Clinton desnudo": estos son algunos de los ejemplos de titulares falsos que han acabado pasando por ciertos, pese a la insistencia de televisiones, periódicos y verificadores de que son totalmente falsos.El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, ha expresado su preocupación por la divulgación de noticias falsas en su red social, aunque ha recordado que "identificar la 'verdad' es algo complicado".En una carta dirigida a Zuckerberg, la Red Internacional de Verificadores (Fact-checkers) recomendó a Facebook "fortalecer la capacidad de los usuarios de identificar posts y noticias falsas por sí mismos debido a la escala del problema".Hasta el presidente estadounidense, Barack Obama, se refirió en una rueda de prensa conjunta con la canciller alemana, Angela Merkel, al riesgo que supone para la democracia una prensa irrelevante en la era de internet."La democracia requiere trabajo (...). Si no nos tomamos en serio los hechos y lo que es verdad frente a lo que no, particularmente en la era de las redes sociales donde tanta gente obtiene información troceada en sus teléfonos; si no podemos discriminar entre los argumentos serios y la propaganda, tenemos un problema", aseveró Obama.Otros han visto en la era de la desinformación una oportunidad, como es el caso del empresario Paul Horner, que ha pasado de hacer noticias falsas por diversión a crear inesperadamente un pequeño imperio "mediático" que le procura cuantiosos ingresos."La gente es sin duda cada vez más estúpida. Se dedican a pasarse cosas sin mirarlas. Nadie hace verificación de nada. Así es como Trump fue elegido presidente", explicó Horner una entrevista con el The Washington Post.Horner, de 38 años, se regodea de que los seguidores de Trump le han aupado a la fama e incluso el exjefe de campaña del ahora presidente electo, Corey Levandosky, compartió una de sus invenciones.El joven empresario "sui generis" asegura que su objetivo era poner en evidencia a los seguidores de Trump, al que dice "odiar"."Mirándolo ahora, creo que ayudé a la campaña más que hacerle daño. Y ahora este tipo está en la Casa Blanca", admitió Horner