Las plantaciones forestales masivas de pino y eucalipto que en muchas zonas de Chile han reemplazado al bosque nativo favorecen, por su poder de combustión, la rápida propagación de las llamas en los devastadores incendios que sufre el país desde hace algunas semanas, según los expertos.
La bióloga neozelandesa Mary Therese Kalin Arroyo, ganadora del premio nacional de Ciencias en 2010 e investigadora de la Universidad de Chile, destacó que en Australia, país originario del eucalipto, los árboles de esa especie se llaman "árboles gasolina" porque producen un aceite altamente inflamable.
"El aceite tiene la particularidad de reprimir la actividad en el suelo necesaria para la descomposición de la hojarasca, fomentando la acumulación de una alta cantidad de material seco que eleva el volumen de material combustible", explicó la bióloga en una carta en el diario La Tercera.
Si te interesa también puedes leer: Partido Comunista propone que se prohíba plantar pinos y eucaliptos cerca de viviendas
Si bien la vegetación nativa de la zona centro y sur de Chile también puede quemarse, la concentración de biomasa en las plantaciones de pino y eucalipto es muy elevada.
Más de un centenar de incendios siguen activos
"Esta constelación de factores conlleva incendios de alta intensidad que se propagan con una alta velocidad, dificultando su control como hemos visto en la región del Maule y el BioBío", añadió Kalin.
Más de un centenar de incendios siguen activos en Chile, donde en tres semanas se han calcinado más de 500.000 hectáreas con un saldo de once fallecidos y más de 6.000 damnificados.
Las altas temperaturas, la severa sequía y la negligencia de las personas son las principales razones que explican la peor ola de incendios en la historia del país austral.
Sin embargo, expertos y científicos han alzado la voz para recordar que el elevado poder de combustión del pino y el eucalipto, especies que abundan en la zona afectada por el fuego, no ayuda a reducir los efectos de la catástrofe.
La desregulación forestal en el país ha permitido en las últimas décadas la expansión de los cultivos de pino y eucalipto, mucho más rentables para la industria forestal que las especies nativas.
Las especies nativas no están adaptadas al fuego
Olga Barbosa, doctora en ciencias biológicas y presidenta de la Sociedad Ecológica de Chile (Socecol), explicó que esas dos especies vienen de sitios donde el fuego es una "perturbación natural".
"Son especies que han evolucionado toda su historia con el fuego, por lo tanto, después de los incendios, estas especies rebrotan o aumentan su germinación", señaló Barbosa al medio digital El Ciudadano.
El problema, sostuvo, es que las especies nativas no están adaptadas al fuego y quedan en desventaja frente al pino y el eucalipto.
"Si nosotros no hacemos algo, lo que vamos a generar es que, casi sin hacer nada, todo se vuelva a plagar de pino y eucalipto, porque estas especies crecen súper bien después del fuego", subrayó.
Mary Therese Kalin Arroyo añadió que la gran masa de plantaciones de pino y eucalipto se encuentran en la cordillera de la Costa, muy afectada por el fuego y donde además se concentra la mayor riqueza de especies de árboles nativos.
"Allí hay árboles en peligro de extinción como el ruíl, cuyas últimas poblaciones, lamentablemente, han sido afectadas por los incendios", señaló la bióloga.
La ganadora del premio nacional de Ciencias propuso alejar las plantaciones forestales de las zonas pobladas, una medida sencilla que no generaría "grandes pérdidas económicas para la industria forestal".