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EFE
El Sindicato Revolucionario Textil (Siretex) se hizo cargo de la prenda. "Que nos hayan llamado ha sido muy emocionante, estamos muy contentas y esperamos poder seguir trabajando con él", señalaron.

Cuando Arety Alvarado y otras tejedoras se unieron al estallido social para denunciar la precariedad de su profesión, no podían imaginarse que dos años y medio después iban a estar dando las últimas puntadas a su encargo más especial: la banda que lucirá el presidente electo Gabriel Boric el próximo 11 de marzo cuando asuma el mando.

Apretadas en una minúscula habitación acondicionada como pequeño taller en la parte trasera de una humilde casa en Santiago, entre dedales, hilos y tijeras, Alvarado remata una banda de color azul francia y tela moiré, un tejido parecido al raso, pero "con mejor caída y consistencia".

"Esta tela se corta también al sesgo para que no se arrugue, es decir, en diagonal", explica a Efe la joven, de 26 años, y actual secretaria del Sindicato Revolucionario Textil (Siretex).



"Tejedoras revolucionarias"

Las tejedoras "revolucionarias" conocieron al exlíder estudiantil en un acto oficial hace unas semanas, cuando le regalaron un mural tejido por ellas mismas, sin saber que unos días después el equipo de quien será el presidente más joven de la historia de Chile iba a contactarlas para encargarles la banda.

"Que nos hayan llamado ha sido muy emocionante, estamos muy contentas y esperamos poder seguir trabajando con él", asegura Alvarado, para quien Boric fue "un modelo agradable y muy humano".

Además del más joven, Boric será también el primer mandatario que no forma parte de los bloques de centro que gobernaron Chile desde el retorno a la democracia en 1990 y pilotará un gabinete con más mujeres que hombres.

Con un discurso crítico con el sistema neoliberal instalado en dictadura, el aún diputado por la austral región de Magallanes ha sembrado esperanzas en gran parte de los chilenos que salieron en masa a finales de 2019 para protestar contra la desigualdad y el papel secundario del Estado en la provisión de servicios básicos.

Su alianza con los comunistas, sin embargo, despertó recelos en el conservador empresariado chileno, algo que el exlíder estudiantil trató de combatir incluyendo en su Gobierno a destacadas figuras de la socialdemocracia, como Mario Marcel, expresidente del Banco Central y futuro ministro de Hacienda.

Cercano a los movimientos sociales, la elección del sindicato textil busca "promover la imagen de un Gobierno que defiende la inclusión real y ampliar la participación de personas distintas a la élite tradicional", dijo a Efe Jaime Abedrapo, de la Universidad San Sebastián.



Desde la búsqueda de una residencia presidencial hasta la confección de la banda, "Boric ha dado una señal de cierta sencillez y austeridad", apuntó por su parte Mauricio Morales, de la Universidad de Talca.

"Ya dijo que irá a la ceremonia de cambio de mando sin corbata, marcando un quiebre con investiduras anteriores", añadió.

Para la vocera del sindicato, Marta Gatica, "la banda es una puerta que se nos abre para algo más importante, como visibilizar nuestra precariedad y dignificar la profesión".



"Como los talleres de Bangladesh"

A diferencia de otros países de la región, en Chile no existe una gran industria manufacturera textil ni tampoco un marco legal que regule la profesión y establezca las horas de trabajo, el sueldo mínimo o las tarifas, según denuncian desde el sindicato.

"Que el retail no tenga talleres oficiales aquí no quiere decir que no haya manufactura textil, hay muchos talleres clandestinos", denuncia Alvarado, quien admite haber trabajado en locales "sin ventanas ni baños" y donde se paga 15 pesos chilenos ( 0,01 euros) por cada etiqueta que se cose en un pantalón.



"Los talleres de Banglaseh, que tanto criticamos, no estamos tan alejados de lo que hay aquí", lamentó la joven, a quien su madre le regaló su primera máquina de coser a los 13 años.

Dicen que la futura primera dama, Irina Karamanos, también se ha interesado por su trabajo y que no descarta encargarle cosas una vez asuma el cargo, una figura que la cientista política tiene intención de "reformular" para darle una visión feminista y más moderna.

Si no nos unimos nosotras, insiste Gatica, "estamos perdidas".

 

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