• La cosecha de este producto se adelantó por lo menos dos semanas esta temporada debido a las altas temperaturas, lo que fue determinante en el sobre stock que se generó. Foto: Lautaro Carmona
    La cosecha de este producto se adelantó por lo menos dos semanas esta temporada debido a las altas temperaturas, lo que fue determinante en el sobre stock que se generó. Foto: Lautaro Carmona
El sobre stock de fruta que se generó en Estados Unidos hizo que los precios de esta fruta cayeran a mínimos históricos, afectando de manera considerable los retornos que podrán obtener. Reconocen que hay temor y preocupación.

Como “muy complicados” califican los agricultores de la zona los resultados que tendrá la temporada de exportación de uva de mesa, lo que, en muchos casos, estaría  poniendo en riesgo los retornos que tendrán respecto de sus producciones.

Las razones de esta “crisis”, como la denominan algunos productores, serían tres. La primera de ellas es la buena producción que registró la industria de Estados Unidos, principal mercado de los envíos locales, que permitió que en ese país se pudiera guardar la fruta de California en los frigoríficos. La segunda sería la competencia que significó el ingreso de la producción peruana (coincidiendo con la chilena) y la tercera que las altas temperaturas generaron un adelantamiento de las cosechas en las regiones del norte del país (Atacama y Coquimbo) y que repercutió en que, a diferencia de otros años, coincidieran en entrar al país del norte.

El resultado fue que a Estados Unidos llegó gran cantidad de producción de manera simultánea, sobre oferta que hizo bajar el valor por caja a precios mínimos.

Silvia Jofré, productora de Chañaral Alto, en la comuna de Monte Patria, señala que pese a que no existe una información oficial y hasta el momento se basan solo en los rumores que llegan desde el mercado exterior, tienen antecedentes de gente que ha viajado “y nos ha señalado que realmente los precios están muy malos”.

A su juicio “esto es peor que la sequía, porque la uva nuestra prácticamente se botó en Estados Unidos”. Cuenta que el año pasado a ella en particular le llegaron de retorno 21 dólares libre por caja de 8,2 kilos, realizando su cosecha en el mes de enero “y hoy en día estamos hablando de que allá la uva se está vendiendo a 2 o 4 dólares”.

La productora indica que ellos tienen un costo que les pasa la exportadora de 6 dólares “pero ahí no está incluido ni siquiera packing ni cosecha”. El gasto por producir, dice, se calcula en alrededor de 10 dólares “y están vendiendo a 2 o 4 dólares allá, es de imaginar lo que significa, vamos a quedar todos debiendo, sobre todo los pequeños productores. A lo mejor los grandes productores pueden conseguir dinero en los bancos, pero en el caso nuestro que somos pequeños y trabajamos con exportadoras es imposible, está súper delicada la situación”.

Insiste en que todo esto se da a modo de rumores y que, en el caso de ella, sabrán los verdaderos efectos que esto tendrá en los meses de junio o julio, que es cuando las exportadoras les realizan sus liquidaciones “pero todo el mundo está especulando este tema y existe mucho temor, es una verdadera crisis”.

Según su apreciación, uno de los factores claves que generó este negativo escenario fue el adelantamiento de la cosecha, debido a las altas temperaturas, sobre todo en el mes de agosto. “Nosotros empezamos a cosechar el 30 de noviembre, cuando siempre lo hacíamos en enero, yo jamás en los 30 años que llevo en esta zona había sacado mi primera fruta en esa fecha”. Asimismo, indica, el periodo de extensión fue muy corto, lo que repercutió además en el empleo “porque los temporeros estaban acostumbrados a trabajar dos meses y ahora lo hicieron solo un mes y quedó mucha mano de obra cesante”.

Pedro Cortés Monroy, productor, también coincide en que existe un problema debido a que los precios están demasiado bajos. “En Estados Unidos quedó mucha fruta guardada de sus producciones propias, además han cambiado sus variedades y la fruta nuestra, principalmente la del norte que es la más temprana, ha tenido bajos precios porque ha llegado cuando hay abundancia, a parte que los peruanos nos han hecho al competencia y nos han copado el mercado”, argumenta.

Según sabe, lo máximo a lo que puede llegar el precio de la caja hoy en día es a 22 o 24 dólares (de ahí hacia abajo), que se comparan con los 40 dólares que se pagaban la temporada pasada, que fue un año bueno.  “Eso es cómo máximo y en determinadas variedades es menor. En general los precios han estado muy muy deprimidos y esa es la venta afuera, con lo que los retornos de los exportadores en muchos casos son absolutamente negativos”.

Respecto del impacto que esto tiene para los pequeños agricultores, plantea que “es tremendo, porque se invierte una cantidad enorme de plata durante todo el año con la esperanza de tener una utilidad y salimos para atrás, los mercados están muy complicados”.

Otro factor preponderante para los exportadores es el precio del dólar, que también ha tenido una baja en los últimos meses. Sin embargo, Cortés Monroy indica que tiene un efecto “marginal y no es significativo, son los precios los que nos complican y los costos que a nosotros todos los años nos van subiendo”.

A esto se suma que, contrario a lo que se pensaba, tampoco hubo una mayor producción en cuanto a cantidad, sino que los efectos climáticos hicieron que incluso algunos productores obtuvieran menos cajas que el año pasado. Por esta razón, agrega, su evaluación de la temporada “es bien mala, bien preocupante”.

Por su parte, Alfonso Artigues, uno de los productores más grandes del Limarí, señala que en el caso de su empresa está recién comenzando la cosecha, pero indica que sí ha tenido noticias de que hay algunas variedades que van a producir harta pérdida. “Tenemos información extraoficial de que variedades como flame y Thomson están en un escenario bastante preocupante, hay una cantidad muy grande de uva y la de buena calidad se ha podido vender a precios razonablemente decentes, pero las medianas y las chicas están con posibilidades ciertas de venderse en un muy mal precio”.

Señala también como la responsable de esta crisis a la sobreoferta en EE.UU “y para los agricultores que tienen esas variedades hay realmente un temor cierto de que el año pueda ser complicado”.

En todo caso, Artígues indica que hay variedades que se están vendiendo bastante bien, que son las nuevas “pero de flame y Thomson hay un sobre stock bastante grande y he sabido que han tenido que botar incluso algunas casas, a ese nivel. Esperamos que esto vuelva a niveles razonables y que el resto de la uva se pueda vender a precios razonablemente buenos, pero va a ser un año complicado, eso sí lo puedo asegurar”.

Floridor Pinto, productor del valle de Elqui, sostiene que efectivamente se produjo una situación muy complicada con la uva este año y coincide en que para algunos agricultores va a ser una temporada “terrible”. No obstante, agrega, para otros puede ser normal, lo que va a depender del tipo de negocio que hayan hecho.

“Si han mandado, como lo hace la mayor parte de la gente, a consignación, a través de la exportadora, va a ser terrible”. Pero, indica, hay otros agricultores que pueden haber hecho negocios con precios firmes, que se pactan mucho antes, los que podrían llegar a tener una temporada normal.3701i

¿SERÍA PERMANENTE?

Lo que queda preguntarse ahora es si este cambio en las variedades en Estados Unidos y la estrategia de guardar fruta para la temporada, sumada al ingreso de la competencia peruana traerían efectos permanentes en el mercado, que puedan complicar las futuras temporadas.

“El problema lo vamos a tener de aquí y para mucha producción más, porque necesitamos hacer marketing de nuestra fruta, de todos nuestros productos, porque estamos teniendo un competidor muy potente como es Perú, con costos mucho más bajos que nosotros, así que vamos a tener que hacer un trabajo importante ahí, porque si estamos solos se pone más complicado”, afirma Silvia Jofré.

En este sentido, Floridor Pinto tiene una visión mucho más optimista y sostiene que esto se trata de una situación inédita que se produjo porque hubo una “tormenta perfecta” con esta llegada masiva de uva al país norteamericano. Advierte que son ponderables que se pueden dar cada cierto tiempo y descarta que ya se pueda pensar en un riesgo permanente para el mercado de esta fruta. “Yo tengo más de 40 años en esta actividad y la agricultura es así y hay imponderables como la naturaleza, la situaciones de mercado, el precio y se producen estas situaciones, pero hay que ponerle el pecho al frente”, puntualiza.

 

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