• Antonio Walker visitó la Región de Coquimbo para darle énfasis a la reactivación agropecuaria en la zona.
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El Día
El titular de la cartera agrícola anunció en su última visita a la Región de Coquimbo, que en los próximos días lanzarán un plan de asociatividad que propone un modelo de negocios donde la gestión de un gobierno corporativo, por ejemplo será fundamental.

En su última visita a la Región de Coquimbo, el ministro de Agricultura, Antonio Walker, hizo un extenso recorrido por el territorio con el foco puesto en la reactivación agropecuaria, a través de la entrega de apoyo estatal a pequeños agricultores. Además, el titular de la cartera aprovechó la instancia para repasar, junto a Radio Mistral en su programa Gran Angular, los objetivos de la autoridad en lo que a agro se refiere, donde la sequía sigue siendo un punto de preocupación. Con todo, Walker puso el énfasis en la importancia de asociarse en la agricultura, con miras a generar negocios de escala.

 

En esta visita la autoridad puso de relieve el trabajo gremial de Cooperativa Capel, ¿esto forma parte de los desafíos en el ámbito de la agricultura?

“Tenemos cuatro desafíos en el ministerio de Agricultura, uno de ellos es avanzar en la asociatividad, otro es el desarrollo del mundo rural, también cómo modernizar la agricultura chilena y hacernos cargo del agua, el cambio climático y lograr una industria sustentable para producir.

Sin embargo uno de los más importantes es que la asociatividad sea nuestro gran legado. En Chile hay 300 mil agricultores, y 285 mil son pequeños y operan insertos en la agricultura familiar campesina. Es decir, el 93% de los horticultores de Chile son pequeños y la única forma de salir adelante es asociándose. Así se logran economías de escala, se conquistan nuevos mercados internacionales. Necesitamos romper el individualismo de la agricultura chilena. En otros países del mundo se ha confirmado que la asociatividad es el secreto para crecer en este rubro. El 16% del PIB de Nueva Zelanda lo producen cooperativas, el 18% en Holanda, el 14% en EE.UU., mientras que en Chile es menos del 1%. Hay que entender que el cooperativismo es un sistema que se adapta muy bien a la ruralidad y al mundo campesino. Y hay muchas formas de asociarse, están las alianzas productivas, los encadenamientos productivos, los grupos de transferencia tecnológica, y nosotros con mucha fuerza desde el Gobierno, promovemos el cooperativismo moderno, un modelo que viene desde el partido conservador de Inglaterra y que ha sido exitoso en varios países del mundo. Y el caso emblemático que tenemos en Chile es el de Capel”.

 

“Hemos trabajado por nueve meses en un plan de asociatividad nacional, que se dará a conocer en los próximos días”. Antonio Walker.

 

¿Qué medidas concretas implementará el Gobierno para potenciar la asociatividad en la región y el país?

“Lo primero es perder el miedo y la desconfianza a asociarse. Por lo mismo hemos trabajado por nueve meses en un plan de asociatividad que se dará a conocer en los próximos días. Nos hemos asesorado por economistas como Ignacio Briones, Rafael Bergoeing, entre otros, y propone un modelo de negocios donde la gestión y un modelo de negocios son fundamentales. La cooperativa tiene que ser una asociación eficiente con tintes de negocio, que fue justamente el problema del cooperativismo de los años 60’, donde el modelo era más social que uno de negocios. Ahora se tiene que integrar por ejemplo el concepto de gobierno corporativo. Que la gerencia de la empresa no sea parte de los cooperados. La idea es maximizar la rentabilizar el campo y la tierra”.

 

“Es esencial que los agricultores generen gremios para defender sus derechos, planteen sus problemas, sus sueños y sus proyectos, y así ser respaldados”. Antonio Walker.

 

 

¿Esto también busca que los agricultores accedan a mejores condiciones laborales?

“De todas maneras. Queremos tener como Gobierno un idioma distinto. Queremos tener asociatividad entre los gobiernos regionales y los centrales, queremos asociatividad entre las autoridades y posicionar a la agricultura chilena como un tema de Estado y del país y lograr grandes desafíos. Pero el secreto para lograr eso es escuchar a la gente, y hoy queremos generar nuevas políticas públicas desde la base hacia arriba.

Es muy importante también que los agricultores generen gremios para defender sus derechos, planteen sus problemas, sus sueños y sus proyectos, y así ser respaldados”.

 

¿Cómo ve la alternativa de reconversión de la uva flame a pasa y volcarse a la producción de cítricos?

“La uva de mesa ha sido la reina como especies chilenas. En el país hay 48 mil hectáreas de uva de mesa. Chile exporta más de US$ 1.300 millones en uva de mesa, sin embargo hemos visto que se está deprimiendo el mercado pues hay variedades que han quedado obsoletas. Esas hay que reconvertirlas en las nuevas variedades a las que se pueden optar, como la pasa. Lo otro es que también existe la opción de reconvertirse a otra especie, como los cítricos, que es un grupo de fruta que está muy bien adaptada al clima de la Región de Coquimbo. Hay mercados abiertos a recibir esta fruta, como China, por ejemplo, que esperamos esté abierto como mercado para los cítricos dentro de un año”.

 

¿Cuáles son las iniciativas que se pretenden impulsar para abordar la sequía?

“Si se aprovecharan los miles de metros cúbicos que se arrojan al mar, se podrían regar 1,2 millones de hectáreas más en Chile, es decir duplicar la superficie de riego. Lo segundo es que es necesario agilizar la construcción de las grandes obras de riego. En los últimos años se ha construido un embalse por gobierno, pero la agricultura crece mucho más rápido que eso, por lo que el foco es acelerar esto a través un sistema moderno de concesiones, trayendo capitales chinos”.62-02

 

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