Los integrantes de la Cooperativa de Comerciantes Establecidos y Ambulantes, El Esfuerzo de Los Vilos, han hecho público su malestar por el fuerte impacto económico que han tenido en la venta de productos gastronómicos luego de la instalación de faenas de la empresa que lleva a cabo el proyecto Cardones- Polpaico, que pretende la instalación de 750 kilómetros de torres de alta tensión que atravesarían por las regiones de Atacama, Coquimbo y Valparaíso, hasta llegar a la Metropolitana.
Dicha inquietud los llevó incluso durante el fin de semana de Fiestas Patrias a tomarse la carretera, generando con ello gran congestión vehicular. Aida Arenas, presidenta de esta agrupación explica que la organización está compuesta por 23 socios que desempeñan sus labores en 14 carros donde comercializan productos alimenticios, los cuáles han visto mermadas sus ganancias luego de que, a 300 metros de su localización, se instalaran las faenas de esta obra. El problema principal, indica, es que el alto tráfico de camiones y maquinaria pesada impide el ingreso y detención de quienes han sido sus clientes habituales, los buses y camiones que transitan por la Ruta 5.
“Nos tienen colapsada el área de la carretera donde nuestro clientes, que son los buses que toman pasajeros y los camioneros, no pueden detenerse porque la carretera está colapsada con el transporte de esta maquinaria pesada”.
Lo más grave, enfatiza, es que “nosotros damos trabajo a 200 personas y nos estamos viendo tan afectados que hemos tenido que despedir ya a trabajadores y creo que en los próximos meses tendríamos que estar pensando en más despidos. Estamos perdiendo una cantidad de clientes diarios, el bus trae 40 pasajeros y antes se detenían y eran consumidores, pero ahora con la congestión vehicular solo dejan pasajeros, la cantidad de público que perdimos a diario es enorme, los camioneros no tienen espacio donde estacionarse ”, especifica.
Por esta razón, indica, se hicieron asesorar por la Consultora Preversalud, quienes realizaron una evaluación de los cumplimientos de los compromisos ambientales en el marco del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto línea de transmisión eléctrica Cardones- Polpaico, que involucra el tramo 3, entre Los Vilos y Canela, donde, según dice, se pesquisaron impactos ambientales que no están considerados dentro del EIA.
Luis Rivera, asesor en prevención de riesgo quien es parte de esta consultora, señala que en la comuna de Los Vilos “Hay una verificación de alteraciones significativas a los sistemas de vida y costumbre de grupos humanos, en este caso se trata de un grupo compuesto por comerciantes gastronómicos, cuyos locales se sitúan a 300 metros de una instalación de faenas destinadas a un centro de acopio de materiales”, precisó.
Por su parte, Mario Poblete, antropólogo social de la consultora, detalla que en el EIA se define que en el área de influencia directa del proyecto, en todas las dimensiones del medio humano, dice que existen 2 mil metros de radio en torno a las obras y actividades del proyecto y que “Todo lo que esté dentro del área de influencia tiene que estar sometido a una atención especial dentro de lo que es el estudio para poder finalmente dar una reparación o compensación que sea pertinente a esa afectación”, lo que en este caso no se ha cumplido.
Pero esto no solo ha afectado a los comerciantes de la ciudad de Los Vilos, agrega el profesional, sino que también al recinto del cementerio. Poblete plantea que la normativa establece lo que se llama un buffer de seguridad, que indica que a 100 metros de la obra de instalación de un proyecto, no puede haber actividad humana.
“El problema que tiene que ver con el cementerio es mucho más grave, porque está incluso dentro del buffer de seguridad, pues los separa solamente el camino, solo 20 metros y el cementerio involucra a toda la comuna de Los Vilos. Entonces, tenemos dos alteraciones significativas, una en un plano socioeconómico, que tiene que ver con la gente de los carros y sus negocios gastronómicos y otra que es toda la comunidad de Los Vilos, porque está a 20 metros del camposanto”, enfatiza.
El análisis de los especialistas también habría encontrado detalles en el tramo que comprende la comuna de Canela. Según advierten, de acuerdo a las averiguaciones que han efectuado en lugares como Huentelauquén Norte no existió ninguna instancia de participación ciudadana, tanto anticipada como durante la evaluación del proceso de impacto ambiental.
“Acá se verificó una alternación significativa de los sistemas de vida y costumbres de grupos humanos. Según lo señalado en el artículo 11 de la ley 19.300, la alteración significativa corresponde a la dimensión socioeconómica. En este caso, hay una majada de animales a 300 metros de la construcción de una torre de la línea de transmisión eléctrica”, precisa.
A juicio de estos profesionales, los errores no pasan solo por estas omisiones, sino que incluso por la redacción del documento del EIA. Por ejemplo, afirma Poblete, en los pasajes en los que en el escrito se detallan la predicción y evaluación de impactos del proyecto, y se refiere al efecto de las acciones/obras se señala que “no se prevé la ocurrencia de este impacto debido a que el número de trabajadores que podrían arribar a la ciudad de Los Vilos (entre 100 a 150) no es suficientemente importante como para afectar a este factor, ya que esta es una ciudad que en el año 2002tenía más de 10.000 habitantes y que según estimaciones al año 2014 bordea los 18.000 habitantes”.
Lo llamativo, dice, es que este mismo párrafo se repite 14 veces más, con exactamente la misma redacción. “Es decir acá lo que se hizo fue copiar y pegar y uno espera que en un proyecto de estas características exista un poco más de rigurosidad de quienes lo elaboran y también de quienes lo revisan, que deberían haber advertido esta situación”.
Recuadro
En entrevista con El Día en el mes de julio pasado, el ministro de Energía, Máximo Pacheco, se refirió a las críticas que ha generado la construcción de esta denominada carretera eléctrica, pero fue enfático en señalar que se trataba de “un proyecto que ya tiene su resolución ambiental aprobada, que ya está en plena ejecución y esperamos que la construcción de Cardones-Polpaico ya esté finalizada a fines del próximo año”.
Respecto a los requerimientos de quienes piden que se modifique, manifestó que “el proyecto tiene una RCA aprobada, se tramitó en el ministerio de medio ambiente por largo tiempo y el ministerio de medio ambiente después de estudiar todos los antecedentes le otorgó la RCA, de manera que desde el punto de vista ambiental, cuenta con la autorización y es por eso que el proyecto se está desarrollando”.
Desde la consultora señalan que efectivamente tienen claro que no es posible ahora realizar modificaciones al EIA, pero que, sin embargo, esperan emprender otras acciones.
En este sentido, Luis Rivera señaló que “en estos momentos, nuestras acciones a seguir a través del abogado de la cooperativa El Esfuerzo, es llegar a los tribunales ambientales y presentar las acciones legales pertinentes en este caso a través de un Recurso de Amparo”.
Dichas acciones estarán centradas principalmente en que los comerciantes reciban una compensación de parte de la empresa ejecutora por el mal causado. Aida Arenas dice que precisamente se encuentran desarrollando un proyecto social y que han considerado que es la mejor forma de reparación que pueden recibir.
“Nosotros estamos hace 16 años trabajando y no contamos con luz ni agua potable, funcionamos en la cadena de frío por generadores que es un costo muy alto y además tenemos que trasladar el agua potable de nuestros hogares. Esa es la medida de reparación que le pedimos a esta empresa, que nos colabore en ese sentido, para aminorar el parte lo que nos ha provocado”, enfatiza.
Por ahora, sostienen los aludidos, realizarán gestiones con las autoridades para ver de qué forma llevan adelante ese objetivo y están a la espera de contar con los apoyos necesarios. 3701i