Un mes antes de lo acostumbrado, la Cámara Chilena de la Construcción llevó a cabo este miércoles las elecciones anuales para renovar la Mesa Directiva Regional.
Eduardo Soto (Arquitecto, 64 años), quien hasta ahora se desempeñaba como vicepresidente gremial, quedó ratificado como presidente, mientras que Mariano Torrealba y Andrés Eing lo acompañan en la vicepresidencia.
En entrevista con diario El Día, Soto evaluó la gestión de la Cámara en los últimos años y sentó las bases del trabajo para los siguientes. “Buscamos una ciudad más amigable y competitiva, donde los ejes principales de ella sean susceptibles de recibir un crecimiento sostenible y las necesidades propias de sus habitantes”, dijo.
¿Cuándo y por qué decide formar parte del gremio constructor en la región?
“Me integré a la cámara hace cerca de 7 años. Siempre miré al gremio como un referente respecto de la construcción de las ciudades y su crecimiento. Son también un referente las opiniones que emanan de él en materia de planificación de las ciudades, algo que me parece sumamente interesante. Los instrumentos de planificación urbana son los que regulan, norman las reglas sobre las cuales los profesionales y luego las inmobiliarias y constructoras, construyen. Por lo tanto, ser parte de ese debate es importante”.
¿Cómo ve la gestión de los últimos años del gremio?
“Fui un colaborador director de Sergio Quilodrán, ya que fui su vicepresidente gremial, por lo tanto hubo un respaldo y apoyo mutuo a su gestión permanente. Todos los temas que él toco en su gestión, eran analizados en conjunto con la mesa, por lo tanto muy de acuerdo con aquello.
En cuanto a la gestión, que estuvo muy ligada al impulso de los planos reguladores, efectivamente la cámara ha venido proponiendo a la ciudad no solo su preocupación por construir con reglas claras, con instrumentos actualizados, sino que también ha propuesto proyectos interesantes para el desarrollo urbano de las mismas ciudades. En este caso, bien sabemos que La Serena y Coquimbo se conurbaron y en conjunto se transformarán en una zona metropolitana, la primera del norte, con más de 500 mil habitantes”.
¿Cuál es su visión ciudad?
“La visión de ciudad propia siempre está vinculada a lo que uno ha aceptado como tal, y lo que ha conocido a lo largo de su historia. Por lo tanto no se imponen ideas, sino más bien se establece un nexo con una forma de vida e identidad que debiera redundar en nuestra calidad de vida. Así, la ciudad tiene que albergar, contener y hacer converger a sus habitantes en sectores donde obtengan el mayor beneficio social. Necesitamos ciudades compactas donde los vecinos tengan la posibilidad de realizar toda su actividad en pequeños tramos. Por eso no es bueno dispersar. Y si se hace, que sea complementario: que haya vivienda, estudio, trabajo y servicios para que esas personas puedan desarrollarse mejor”.
¿Cree que la conurbación avanza en ese sentido?
“La conurbación es un fenómeno no proyectado, pero ocurre y en ese sentido, ambas ciudades se potencian, porque se coayudan con sus servicios y roles. Entonces una avenida de La Serena, también lo es de Coquimbo, por ejemplo. Para avanzar en ese sentido, los planos reguladores deben asumir esta nueva realidad en conjunto.
Ahora, el PRI lo asume, porque regula la unidad, por tanto los planos reguladores que son independientes, también deberían pensarse, de aquí en adelante de una manera unitaria”.
¿Cuáles serán los ejes de su gestión?
“Cuando se asume un cargo como este, uno no viene con proposiciones distintas a lo que ha venido haciendo la cámara, porque existe una tradición y continuidad. Los trabajos que se están realizando son pensados, analizados y realizados por un conjunto de personas. Nosotros hablamos más bien de una posta: continuamos lo que ha venido haciendo la presidencia anterior, con los énfasis y sellos que le dan las personas. Estamos enfocados en una misión de nivel nacional, que acá se particulariza a nivel regional. Por eso nuestra industria tiene que quedar sujeta a esas visiones que tienen que ver la gobernanza, con su capital humano y principalmente con la seguridad y salud de sus trabajadores. Buscamos establecer cadenas de valores donde podamos lograr una buena disposición con todos los actores, en un entorno de respeto, con innovación y productividad acorde a los tiempos: los proyectos deben ser sustentables y sostenibles”.
¿Qué cree que la falta a la conurbación en materia de diseño urbano?
“Hemos venido hablando hace un tiempo de que la infraestructura ha estado siempre un poco traslapada en el tiempo respecto a los que le toca vivir a la ciudad. Estamos con déficit. La infraestructura, que tiene que ver con vialidad, conectividad y movilidad entre otros, tiene que ir de la mano con el desarrollo de la ciudad, sino nos estamos golpeando por todos lados. En ese aspecto vemos que, en forma conjunta y colaborativa con el sector público, podamos visualizar cuáles son nuestras carencias, y con ello fomentar la conectividad, la posibilidad de recorrer la ciudad en forma más fluida. Hacer una ciudad más amigable y competitiva, donde los ejes principales de ella sean susceptibles a recibir el crecimiento y las necesidades de sus habitantes”.
En la línea del transporte, ¿cree que el tranvía es una opción viable?
“Toda iniciativa ya sea privada o pública que vaya en beneficio de una mejor conectividad, sobre todo cuando hay carencia de ella, es buena. Sobre todo cuando son elementos reconocidos, probados, fijos. Un tranvía lleva un recorrido continuo y periódico y eso es bueno porque ordena”.
La propuesta de Soto en torno a las zonas típicas
Quizá una de las iniciativas más innovadoras del nuevo presidente de la CChC de La Serena tiene que ver con reformar la construcción en las zonas típicas de las ciudades. “Las grandes inversiones en la zona típica, son de carácter público. Pero el privado poco invierte, porque no tiene una regulación que le permita programar su inversión de forma certera. Uno de los ejes programáticos de mi gestión, es propender a que esta zona típica tenga un instrumento propio de planificación territorial al cual confluyan tres aspectos que hoy están separados: plan regulador, monumentos nacionales y el ambiental”, explicó.
Así, la meta es que la zona típica vuelva a recibir las inversiones y logre la importancia que se proyectó a partir de lo que fue La Serena del siglo XVIII y que se plasmó en el plan Serena, de Gabriel González Videla.