• Cuatro de los ocho embalses de la región están en el 100% de su capacidad. La Paloma, en tanto, está en el 78% de su capacidad máxima.
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Lautaro Carmona
De acuerdo a la Dirección General de Aguas, los ocho embalses ubicados en la región promedian un 85% de lleno, sin embargo desde noviembre Coquimbo fue decretada con escasez hídrica. Desde las Juntas de Vigilancia de las cuencas que conforman la zona aseguran que si bien en 2017 hubo lluvias históricas, no así sucedió con las precipitaciones nivales, que ha significado deshielos por debajo de lo esperado esta temporada de calor.

Hace más de una década que los embalses de la región de Coquimbo no veían una situación tan positiva como la actual. Y es que después de las lluvias del invierno pasado, quedaron con un saldo bastante auspicioso. Cuatro de los ocho tranques registran un lleno total, sumando 351 millones de metros cúbicos entre La Laguna, Puclaro, Recoleta y El Bato. En tanto, La Paloma, el embalse más grande de la región, está en un 78% de su capacidad total, totalizando 583 millones de metros cúbicos. Con todo, todos los tranques promedian un 85% de lleno, sumando 1.121,89 millones de metros cúbicos entre todos.

PREOCUPACIÓN EN EL RUBRO LIGADO AL RIEGO

Sin embargo, los administradores del recurso en las cuencas de la región de Coquimbo aseguran que la situación hídrica es preocupante. Luis Lohse, Presidente Junta de Vigilancia del Río Choapa, señaló que si bien se podría haber esperado un muy buen nivel para este año —ya que se registraron importantes lluvias—, la precipitación nival fue escasa durante 2017, afectando directamente la acumulación de nieve y generando como consecuencia una disminución de los caudales de agua en toda la cuenca, generando bajos caudales del deshielo. “Esto significó que por primera vez desde que tenemos la cuenca regulada, tuviésemos que ya en el mes de diciembre de 2017 utilizar agua del embalse, cuando lo normal es que en ese periodo estemos cargando agua a través del canal alimentador al embalse”, reveló Lohse.

Con todo, el experto señaló que los esfuerzos de la Junta de Vigilancia están enfocados en mantener asegurado el riego durante toda la próxima  temporada y esperan  una recuperación del embalse Corrales con las lluvias esperadas para este invierno.

SITUACIÓN SE REPITE EN CUENCA DEL ELQUI

Frente a la situación del agua, Dagoberto Bettancourt, gerente de Junta de Vigilancia Río Elqui, comentó que en particular la cuenca ha registrado esta temporada de riego, caudales por debajo de lo pronosticado y es una situación que debe preocuparlos.

De hecho, desde hace ya algunas temporadas se han estado vinculado con la academia para desarrollar y mantener modelos que permitan evaluar pronósticos de disponibilidad. Eso sí, revela que tanto sus modelos matemáticos, como los hidrológicos e incluso los de la propia DGA proyectaban a principios de temporada un escenario de muy superior al que estamos registrando.

“Los embalses llenos sin duda son una cuenta de ahorro fundamental, sin embargo dependemos de manera más significativa de los caudales que aporta la cuenca para satisfacer la demanda de nuestros usuarios, explicó Bettancourt.

Ahora bien, los expertos aseguraron que la actual temporada en curso (septiembre de 2017 a agosto de 2018) se está desarrollando sin contratiempos, con una alta probabilidad de cumplirla satisfactoriamente, sin embargo aclaran que están regando con restricciones.

“Queremos hacer el llamado a no esperar que el problema se agudice; tanto el esfuerzo privado como la ayuda del Estado deben colaborar para que podamos resolver la brecha de eficiencia en los sistemas de acumulación, distribución, entrega y riego”, advirtió.

NIVEL DE EMBALSES SIGUE ALTO, NO ASÍ EL DE NAPAS SUBTERRÁNEAS

Si bien existe un mayor almacenamiento de agua en los embalses, aún se registran bajos niveles de aguas subterráneas en los pozos de Agua Potable Rural (APR). Por ello, en noviembre del año pasado el Ministerio de Obras Públicas emitió un nuevo decreto que declara zona de escasez hídrica en 14 comunas de la región de Coquimbo. Esto, para asegurar el abastecimiento de agua potable para la población, principalmente en la zona de secano.

Este decreto además autoriza a la Dirección General de Aguas del MOP a distribuir las aguas disponibles en las fuentes naturales, con el objeto de reducir al mínimo los daños de la sequía, así como suspender, cuando la situación lo amerite, las atribuciones de las Juntas de Vigilancia y los seccionamientos de corrientes naturales en la zona de escasez.

La medida establece además que en las corrientes naturales o en los cauces artificiales en que aún no se hayan constituido organizaciones de usuarios, la Dirección General de Aguas, podrá a petición de terceros, hacerse cargo de la distribución.

Este decreto de escasez, vigente para todas las comunas de la región, exceptuando Andacollo, tendrá una duración de 6 meses a contar desde noviembre pasado. Es decir, debiera durar hasta abril de este año.

Hay que destacar que la Dirección General de Aguas posee hoy cinco decretos vigentes de escasez, más uno que fue firmado la semana recién pasada. En total, abarcan 61 comunas afectadas por el fenómeno, en las que viven 2.617.934 habitantes, un 14,89% de la población del país.

En los decretos figuran comunas como San Antonio, Concón, La Ligua, Zapallar, La Calera, Talca, La Serena, Coquimbo, Melipilla, San Felipe, Santa María, Catemu, Panquehue y Los Andes, estas últimas cinco son parte del último decreto aprobado.

EL ROL DE LA JUNTAS DE VIGILANCIA Y SUS OBJETIVOS PARA 2018

Hay que recordar que es de responsabilidad de las Juntas de Vigilancias, independiente de la situación hídrica, administrar y distribuir las aguas de sus cuencas. En general el trabajo se orienta a cumplir con ese objetivo, de asegurar la entrega de agua a los canales de acuerdo a derecho. En tiempos de escasez, como ya lo hemos vivido durante 2014 y 2015 —cuando la región se enfrentó a la sequía más compleja de los últimos 100 años—, han tenido que planificar la distribución del agua y proteger la disponibilidad del recurso para los regantes.

En este sentido, las Juntas de Vigilancia de la región de Coquimbo han puesto el acento en la gestión con miras al cambio climático. En este sentido, José Eugenio González, presidente de la Junta de Vigilancia Limarí, señaló que durante este año continuarán con la instalación de sistemas telemétricos que permitan mejorar la distribución, impermeabilización y unificación de canales, instalación de barreras de nieve y la implementación de embalses medianos en subcuencas para reforzar la infraestructura existente.

LAS OBSERVACIONES A LA REFORMA AL CÓDIGO DE AGUAS

No exento de polémicas ha estado la reforma al Código de Aguas, que busca modernizar la administración de los derechos del recurso hídrico, ley que ha sido impulsada por el actual gobierno sin mucho éxito entre los sectores privados.

Puntualmente en la región de Coquimbo, el sector agrícola se mantiene en pie de incertidumbre sobre qué tan positiva sería esta reforma, realizando numerosas actividades públicas para manifestar su desacuerdo con algunos puntos.

Con todo, el ministro de Agricultura, Carlos Furche, hace poco reveló que la aprobación de los cambios a la ley quedaría para el próximo gobierno, noticia que ha dejado más tranquilos a los agricultores.

En este sentido, Luis Lohse reveló que ya han sido escuchadas algunas declaraciones del futuro ministro Antonio Walker, quien aseguró que una prioridad del gobierno será defender a la agricultura y no alterar la naturaleza jurídica de los derechos de aguas.  

 

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