Agregar valor a las materias primas, a través de bioproductos, es el objetivo principal del programa Transforma MÁSMAR de Corfo. Actualmente, se encuentra cerrando el año 2020 con un balance positivo desde el punto de vista de la economía circular, pese al contexto económico y sanitario que ha imperado gran parte del año.
Una muestra de aquello es la inauguración de la primera planta de economía circular de la zona norte, perteneciente a la empresa Rymar. Estas instalaciones aumentarán el rendimiento de la materia prima de camarones y langostinos de un 15% a un 90%, para la elaboración de quitosano.
Osciel Velásquez, presidente de Transforma MÁSMAR, indicó que “el mar nos ha dado muchas señales y es tiempo de escucharlas. Aprovechar y sustentabilizar los recursos es vital para seguir avanzando con la labor pesquera de forma sana. Esta planta fue un paso muy grande para reafirmar el compromiso de los trabajadores del mar de cuidar nuestros recursos, a través de la innovación, la investigación y el trabajo conjunto”.
En la misma línea, durante el año año se elaboraron prototipos con alto potencial comercial, los cuales nacieron de la revalorización de la biomasa descartada de ostiones, camarones, langostinos y machas extraídas de la región.
En cuanto a la pandemia, el rol del programa fue la asociatividad, abriendo nuevos canales de comercialización entre productores y empresas vinculadas a la gastronomía, el turismo y la hotelería. Esto, tras el cierre obligado de este tipo de servicios para evitar los contagios.
El Director Regional de Corfo, Gregorio Rodríguez, señaló que "como institución siempre ha apostado a la tecnología y al cuidado del medioambiente, construyendo y potenciando industrias amigables, modernas y responsables de sus actividades, en cada etapa de su ciclo productivo”.
A propósito, Guillermo Molina, gerente del programa MÁSMAR Transforma, explicó que “durante muchos meses los restaurantes y hoteles estuvieron cerrados, por lo que asumimos como programa la tarea de impulsar todos estos canales comerciales para que nuestros productores llegaran con sus productos a grandes y medianas empresas”.
Uno de los principales hitos de este año fue la materialización de un nuevo cuerpo de coordinación dentro del rubro llamado Integración Pesquera de la Región de Coquimbo, donde el programa apoyó a través de planificación estratégica y logística. Este organismo, que reunió a pescadores artesanales e industriales, tiene como objetivo principal alinear los intereses de los actores para enfrentar los desafíos del sector pesquero.
Finalmente, durante el último trimestre del año, el programa fue parte de la quinta reunión de la Alianza Latinoamericana para la Pesca Sustentable y la Seguridad Alimentaria (ALPESCAS), un organismo internacional que nació en junio del 2018 y que actualmente asocia a numeroso países que trabajan de forma conjunta en pos del desarrollo pesquero y acuícola.
En cuanto a la asociatividad lograda por ALPESCAS, Osciel Velásquez expresó que “esta organización es clave. Desde sus inicios, esta alianza ha visto emerger diversas iniciativas notables que persiguen la sustentabilidad de nuestra actividad. Fue una gran alegría para nosotros que esta quinta reunión se haya podido realizar, a pesar del contexto sanitario, ya que pudimos conocer de primera fuente cómo se encuentra el escenario de los distintos países que nos acompañaron”.