Desde que la pandemia del COVID-19 llegara a nuestro país a inicios de marzo, las autoridades se han visto en la obligación de implementar diversas medidas para tratar de combatir al coronavirus que hoy tiene a más de 7.500 personas contagiadas en Chile y 82 fallecidos.
Estas medidas han ido en la dirección fundamentalmente de incrementar el distanciamiento social entre las personas que, inevitablemente, han generado consecuencias negativas en la marcha del aparato productivo, logístico y de consumo de nuestro país, proyectándose así, para los próximos meses, una eventual caída en el crecimiento económico nacional y global.
De hecho, rubros asociados a los servicios como el turismo y sus servicios asociados, además del comercio en general, ya están sufriendo en carne propia los primeros golpes generados por la abrupta caída de la demanda, golpes que por lo demás, ya venía sufriendo este sector desde el estallido social de octubre.
En ese sentido, la encuesta realizada por la empresa Cadem, en conjunto con la Universidad Católica del Norte y Diario El Día, viene a ratificar el difícil panorama que perciben los habitantes de la región de Coquimbo, respecto al empleo y la situación económica producto de la creciente expansión del coronavirus.
Partiendo de aquello, la enfermedad ha generado una sensación de profunda preocupación entre la gente, en donde el 72% de los consultados, reconoce que se encuentra mucho o bastante preocupado ante la posibilidad de contagiarse con coronavirus, una cifra que se ubica por sobre el promedio nacional (64%).
Y pues, como era de esperar, las eventuales consecuencias a nivel económico no se dejan esperar: y es que ante la pregunta de cuánto temor sienten ellos de perder su trabajo a causa de la crisis del coronavirus, el 65% contesta que mucho o bastante. Y nuevamente, las cifras que muestra la región de Coquimbo, se ubican sobre el promedio nacional, el cual, ante la misma cuestión, el 51% responde afirmativamente.
Perspectivas negativas
Las cifras que muestra la encuesta en cuanto a temáticas con el empleo en la región por cierto, no están aisladas de un contexto más global de la situación que hoy vive la economía a nivel local y nacional producto del coronavirus. Es más, podríamos decir que es la consecuencia de aquellos, pues la gran mayoría de la gente no tiene precisamente, buenas perspectivas sobre el futuro inmediato de la economía.
Así por ejemplo, un rotundo 97% de los encuestados considera que la crisis generada por el COVID-19 afectará “mucho o bastante” a la economía de la región. Ello además, teniendo como antecedente, que el 94% de las personas a nivel regional, opina que la actual situación económica de la región va de “regular a mala o muy mala”.
Una cifra algo menor eso sí se alcanza, cuando se les pregunta por su situación personal: el 81% considera la estima como regular a mala o muy mala. Sólo un 18% la siente como buena o muy buena.
Sobre estos resultados –temor a perder el empleo y perspectivas económicas - Cristian Morales, académico de la UCN, sostiene que se debe partir de la base de que “en la región, la tasa de desempleo es la mayor del país. La tasa de desocupación de la región de Coquimbo bordea el 8,8%, mientras que el promedio nacional es de 7,8%. Es decir estamos un punto por encima de la tasa nacional, y obviamente el impacto que ha tenido este coronavirus, sin incluso estando aún en cuarentena en la región, ha impactado notablemente, sobre todo en el sector comercio”.
Empeoramiento progresivo
Para el gerente de Asuntos Públicos de Cadem, Roberto Izikson en tanto, no se debe olvidar lo que para él, es un dato clave de todo este asunto: “tenemos que recordar que nuestra economía viene atravesando momentos complejos desde la crisis del 18 de octubre”, asegura, a lo que ahora se suma “el impacto que ha tenido la necesidad de hacer cuarentena, y el cierre por tanto de muchos locales, de muchas pymes, y la dificultad que tienen las empresas grandes para poder operar”, afirma.
Por su parte, el académico Cristian Morales, coincide con este punto de vista, poniendo como ejemplo, lo que ha ocurrido con la actividad turística local.
“Recordemos que en la región de Coquimbo en particular, en verano la principal actividad que mueve a la región y la que da percepción de la marcha del empleo tiene es el turismo. Para esta actividad, diciembre y enero fue particularmente malo, habían malas perspectivas, y en febrero se hizo una campaña para despertar el turismo local, que tuvo buenos resultados, pero nuevamente, dado el avance del COVID-19 en el país, los pronósticos y las expectativas se fueron al suelo”, asegura.
“Es decir”, agrega, que “hemos tenido la percepción de que uno de los principales sectores que genera empleo en la región, el turismo además del sector comercio, y servicios, son los que más han sido impactado en esta primera parte de la pandemia”.
“Aquí entonces”, comenta, “se hace visible este impacto en la perspectivas de empleo y desarrollo que tienen las personas de la región. Y efectivamente, la percepción de la realidad económica en la región ha ido empeorando en el tiempo. Ese es un dato que no podemos desconocer y que efectivamente, tienen que ver con los tipos de trabajo que se realizan en la región”.
La sequía y su impacto negativo
Bajo este escenario pesimista, la gente respondió también a la pregunta sobre cuál es el principal problema que enfrenta hoy la región de Coquimbo.
En este ítem, las respuestas sorprendieron, dado la actual coyuntura que vive la región y el país así como lo que habría de esperar debido a la cobertura mediática de los últimos 30 días. Y es que para los consultados, el principal problema que enfrenta la región es la Sequía (48%), seguido por el Desempleo (41%), la Salud (29%) y la Delincuencia con un 23%.
Sin embargo, al desglosar la pregunta por provincias, se puede analizar mejor el por qué de la respuesta: así, mientras en la provincia de Elqui, el 45% de los encuestados cree que el Desempleo es el principal problema de la región, en las provincias de Limarí y Choapa, la Sequía se lleva el grueso de las menciones, un 67% y 68% respectivamente.
Ello, vuelve a ratificar sin duda, la herida que este fenómeno climático ha generado en esos dos territorios.
No obstante, para el académico Cristian Morales, la sequía es un hecho que impacta sí o sí en las perspectivas de empleo de ambas zonas, pues “efectivamente, es algo que hace disminuir por sí sola la actividad productiva, ya que ésta afecta a distintos rubros, pero principalmente a la agricultura, que da mucho empleo. Esto hace que surja el desempleo en segundo término, incluso llevando a un tercer puesto a lo que es más contingente, que es la salud. La realidad que viven Limarí y Choapa está impactando en estos resultados”.
Para Roberto Izikson en tanto, la sequía que vive la región desde hace más de una década, es un factor que sin duda, incide en el panorama económico regional y por ende, no se puede dejar de tener en consideración en medio de la actual coyuntura.
“A la crisis del 18 de octubre, a la crisis generada por el coronavirus, y la incertidumbre por el proceso constitucional, hay que sumarle este cuarto factor que es la sequía, que sigue siendo un problema muy significativo en la región, en algunas provincias más que otras, pero tiene un efecto sobre la economía fundamental. Son estos cuatro factores que hacen que el escenario sea extraordinariamente complejo para el futuro”, asevera.
Atención con la minería
Dentro de la negativa coyuntura regional, la actividad minera aparece –hasta ahora- como un verdadero oasis, en medio de los problemas a los que se enfrenta hoy la región.
Precisamente, la minería ha sido protagonista en el último tiempo, pues, pese a los últimos acontecimientos que ha debido enfrentar el país – estallido social y pandemia de COVID-19- ha sido uno de los sectores económicos que más han aportado en la creación de nuevos puestos de trabajo a nivel regional.
No obstante, y de acuerdo a cómo evolucione la pandemia de coronavirus, se debe comenzar a poner atención sobre los efectos que ésta podría generar sobre la actividad a futuro. Para Cristian Morales, “la gran minería se mueve por los precios de los commodities, y si el COVID-19 sigue impactando en los precios de éstos, podría impactar en la gran minería”, asegura.
Matiza eso sí que no tendría que ver tanto “con los temas de desempleo, pero si respecto a los resultados de la actividad productiva. Ahora, cuando hayan más contagiados - porque se espera que aumente significativamente el número de contagios - lo que va a pasar es que eso va a impactar a las personas que pueden estar trabajando”, señala el académico, lo que a su juicio, ante una eventual cuarentena, puede sin duda, “impactar en las labores, impidiendo que los trabajadores puedan llegar a sus lugares de trabajo”.
Esto sin embargo, afectaría a su parecer, mucho más a la mediana y pequeña minería que a la grande.
Por lo mismo indicó, “no hay que subestimar, lo que es el encadenamiento productivo que genera la minería. Se van a suspender eventualmente, los contratos que las empresas de la minería tienen con sus proveedores, muchas de ellas de la región de Coquimbo. Entonces una disminución de la actividad productiva de la minería producto de la pandemia podría significar menor actividad productiva en otros sectores, como en el sector industrial, sobre todo”.
¿Es posible hacer proyecciones?
El actual escenario que enfrenta la región de Coquimbo, así como el país entero, abre sin duda, una serie de interrogantes sobre la situación que podría darse en el futuro inmediato.
Interrogantes que, sin embargo, no son fáciles de responder, debido a que aún, la curva de la pandemia no ha llegado a su peak y es muy probable que la cantidad de contagios siga en ascenso, no descartándose por ello que, de seguir así, las autoridades puedan tomar medidas más restrictivas.
Al respecto, el gerente de Asuntos Públicos de Cadem, Roberto Izikson, considera que hoy el país “está haciendo frente a la crisis económica más significativa que ha vivido Chile en sus últimos 40 años”.
“Estas son cifras históricas. Chile no había atravesado una crisis de esta naturaleza en los últimos 40 años, y es difícil proyectar que ésta sea una situación que vaya a cambiar en el futuro. La gran mayoría siente que la economía está estancada o retrocediendo, hay temor a perder el empleo, la situación del empleo ya es mala, hay dificultades para poder consumir, de tener los ingresos suficientes para poder mantener el hogar, la capacidad de endeudarse se ve también afectada, y la de ahorro para qué decir. Por lo tanto, todas esas dimensiones tienen efectos directos sobre la negativa percepción que tiene la gente”, asegura.
Cristian Morales en tanto, señala que estamos viviendo “un periodo de incertidumbre muy grande”, y que se va a mantener sin duda, durante los próximos meses.
“Por supuesto, que todo va a depender de como avance la pandemia. Pero en general, la gente cree que esto va a durar un par de meses más, pero es difícil pensar que, de aquí hasta cuando al menos, termine el invierno, la situación se vaya a normalizar del todo. Por lo tanto las empresas y las personas van a tener que navegar en estas aguas de incertidumbre por largos meses más”, sostuvo.
Sobre la encuesta
El estudio, de carácter cuantitativo probabilístico, realizado por Cadem, la UCN y Diario El Día, se llevó a cabo entre el miércoles 1 y el lunes 6 de abril, a partir de una muestra de 1.409 casos. El margen de error estimado, considerando el supuesto de varianza máxima y un nivel de confianza de 95%, es de +/- 2,6%.
La encuesta se hizo en base a entrevistas telefónica a celulares, a través de sistema CATI, utilizando una base de datos propia de Cadem que contiene más de 18 millones de celulares considerando tanto los números prepago y post pago.
Participaron hombres y mujeres, mayores de 18 años, de todos los niveles socioeconómicos, con residencia permanente en la Región de Coquimbo, y se hizo un muestreo probabilístico con selección aleatoria del hogar e individuo. Los datos fueron ponderados a nivel de sujetos por comuna, género, edad y nivel socioeconómico, obteniendo una muestra representativa del universo de estudio.