• El tranque El Mauro, de minera de Los Pelambres, ha sido el primero en instalar esta tecnología en un plan piloto.
    El tranque El Mauro, de minera de Los Pelambres, ha sido el primero en instalar esta tecnología en un plan piloto.
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El Día
La iniciativa ya se está implementando como piloto en el tranque el Mauro y el 2020 se espera comenzar a desplegarlo a nivel nacional. Se asimilará a la que realiza la entidad con el Observatorio Volcanológico de Los Andes del Sur (OVDAS).

El ministerio de Minería ha señalado que uno de los ejes fundamentales de su gestión será mejorar los sistemas de seguridad en la actividad. Un paso en esta línea fue el lanzamiento hace algunos días en Andacollo del Plan Nacional por Variable de Riesgo para Emergencias Mineras de Gran Alcance, que busca fijar los protocolos de acción y coordinación en caso de accidentes entre las diversas entidades públicas y privadas que son parte del rubro.

En esa misma actividad, el subdirector nacional (s) del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomín), Jorge Vargas, aprovechó para anunciar que se están realizando las gestiones para la creación de un Observatorio Nacional de Relaves, que permitirá mantener un control más exhaustivo de estos depósitos presentes en diversas zonas mineras del país.

“Es un cambio cuántico en cuanto a la forma como se hace el control de los riesgos en la minería”, Jorge Vargas, subdirector nacional (s) de Sernageomín

La autoridad detalló que esta iniciativa partió hace algunos años atrás a propósito del terremoto de 2010, donde se registraron problemas con el Tranque Las Palmas. “De ahí en adelante se produjo una conciencia mucho más fuerte y hay compañías mineras que optaron por introducir algunos recursos adicionales con el fin de realizar una acción multisectorial, en la que participaron organismos públicos, compañías mineras, Fundación Chile y lo que hicieron fue formular un prototipo que se va a aplicar en el tranque El Mauro”.

Fue así que el 12 de diciembre de 2018 se lanzó este prototipo “y está evolucionando en la dirección de generar un observatorio general. Hoy tenemos una estrategia que estamos siguiendo y queremos al inicio de 2020 tener desplegado un observatorio nacional de relaves”, indica.

La intención, dice, es tener un escalamiento “en un periodo que todavía tenemos que definir, pero que se va a transformar en un equivalente en lo que Sernageomín que es el Observatorio Volcanológico de Los Andes del Sur (OVDAS)”.

101 relaves activos existen en este momento en nuestro país según los registros de Sernageomín.

Esto permitirá, indica, dotar de una capacidad predictiva o de pronóstico que va a cambiar la cultura con la que se realiza la fiscalización de tranques o depósitos de relaves. “Es un cambio cuántico en cuanto a la forma como se hace el control de los riesgos en la minería”.

Otro hecho que gatilló el interés de impulsar esta iniciativa fue el accidente ocurrido en febrero pasado en Brumadinho, Brasil. “Luego de este accidente está llegando mucha presión de los principales accionistas de la industria minera. La industria está sensible y por lo tanto está la situación para que podamos seguir avanzando muy fuertemente en el tema de control de relaves”, precisa.

Esta estrategia, plantea, involucra la totalidad de los tranques o depósitos que mantienen en inventario. “Tenemos una cuantificación de los abandonados y una cuantificación de los que están activos. Los activos, que son 101, vamos a ir por la vía del monitoreo continuo, en el caso de los abandonados estamos desarrollando una política nacional de relaves buscando producir sinergias en la industria de modo de que algunas empresas puedan hacerse cargo de algunos de ellos”, puntualizó.

También en esta línea, señala, se están desarrollando algunas iniciativas entre las cuales hay una denominada P7, que lo que hace es desarrollar algoritmos que van a permitir, con información pública, pronosticar el estado de un depósito abandonado.

“Los eventos más amenazantes para nosotros son los efectos de terremotos, lluvias que hoy se han intensificado a propósito de cambios en el clima. Por lo tanto estamos desarrollando una estrategia que creo que nos va a dejar a Chile como país en la punta de lo que es el monitoreo de depósitos de relaves”, recalca.

Protocolo de seguridad para accidentes de gran alcance

El subdirector nacional de Sernageomín señala que el Plan Nacional por Variable de Riesgo para Emergencias Mineras de Gran Alcance nació luego de la ocurrencia del accidente de los 33 mineros en San José y posteriormente Cerro Bayo en el sur.

“Eso movilizó a toda la sociedad minera chilena a desarrollar una forma de coordinación interorganizacional que permitiera producir una rápida respuesta a emergencias y rescate”, manifiesta.

Lo importante se esto, agrega, es que se ha logrado coordinar a los actores de la minería para realizar emergencias mineras de gran escala y que pudieran tener una duración prolongada o un efecto muy grande. “Básicamente lo que se hace es constituir un comité operativo de emergencia y ésta instancia lo que hace es coordinar a los diferentes actores con el fin de realizar una respuesta que está bastante estandarizada. La Onemi, bomberos, Sernageomín, ministerio de Minería, las organizaciones sociales de la minería y las empresas se coordinan de una manera tal que la respuesta sea única y de una forma inmediata”.

“Estamos desarrollando una estrategia que creo que va a dejar a Chile como país en la punta de lo que es el monitoreo de depósitos de relaves”, Jorge Vargas, subdirector nacional (s) de Sernageomín

Cabe destacar que cuando ocurrió el derrumbe en la mina de Atacama una de las críticas que existía era que habían hasta ese momento muy pocos fiscalizadores de Sernageomín, que pudrieran cubrir toda la demanda.

Ahora esto también ha cambiado, dice Vargas, pero reconoce que “nunca es suficiente cuando se trata de fiscalizar”.

Teniendo en cuenta esto, señala que como entidad ahora están enfocados en la tarea de introducir la inteligencia de datos como una metodología de análisis “que nos permita establecer cuál es la criticidad de la fiscalización”.

Eso, aduce, es un cambio fundamental. “Nuestros esfuerzos van en la dirección de pronosticar dónde va a estar el siguiente potencial accidente. Si logramos hacer eso bien, lo que vamos a hacer es adelantarnos y así podemos hacer una fiscalización proactiva y focalizada, por lo tanto requeriremos muchos más recursos tecnológicos y de algoritmos de análisis de datos más que personas específicas y el juicio humano que finalmente se hace sobre una situación”.

De esa manera, creen que podrán aumentar la cobertura sin estar presentes físicamente “pero a la vez focalizar donde tenemos que actuar mejor”.

En todo caso, destaca que en los últimos años estos mismos hechos han despertado una mayor conciencia en la seguridad, sobre todo en los pequeños mineros. “Hay un antes y un después del rescate de los 33 mineros. Lo malo de esto es que por lo general nosotros reaccionamos pos eventos. Pero hoy día estamos sintonizando ese actuar tratando de adelantarnos usando las tecnologías disponibles”, precisó. 3701i

 

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