Durante el último tiempo el alto precio de las paltas ha sido un tema recurrente en la opinión pública, se han realizado una serie de memes respecto a ello, se establecieron como un medio de pago para el pasado Cyberday, se popularizo la práctica delictual del “paltonazo” (la cual consiste el robo de paltas en recintos privados), etc. En este sentido, ¿se han preguntado quienes son los verdaderos responsables de este fenómeno?.

La institución pública encargada de regular, fiscalizar y realizar estudios sobre el sector agrícola es el Ministerio de Agricultura, como se establece en el decreto ley 294 de 1960, su acción debe estar fundamentalmente orientada a aumentar la producción nacional, la conservación, protección y acrecentamiento de los recursos naturales renovables y el mejoramiento de las condiciones de nutrición del pueblo.

Sin embargo, al observar el caso de la producción de palta pareciera ser que se le da prioridad al aumentar la productividad nacional descuidando la conservación y protección de los recursos, ya que el palto según un estudio realizado por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) es el tercer árbol frutal mas plantado a nivel nacional, estas plantaciones suelen realizarse en forma de monocultivos generando serios efectos en los suelos, en el curso de las aguas, afectando así la conservación de la biodiversidad y por ende nuestra calidad de vida.

Además, considerando que el negocio principal es la venta hacia el extranjero, sin importar el alza de los precios en el territorio nacional, nos podría hacer dudar sobre si realmente busca mejorar las condiciones de nutrición del pueblo, debido a que el alza de los precios en frutas y verduras dificulta la buena alimentación de las personas.

Por otra parte, este desmedido modelo de exportación produce un  impacto negativo en la calidad de vida de las personas que viven cerca de las plantaciones, siendo un claro ejemplo de este impacto negativo es el caso de Petrorca, donde producto de la abundante  plantación de paltos, hoy en día presentan un déficit hídrico que afecta directamente la vida de los vecinos.

De esta manera, se vuelve cada vez más urgente que el Ministerio de Agricultura tome cartas en el asunto, no puede ser posible que dado todos los problemas medioambientales en Chile y en el mundo, se siga rigiendo bajo un decreto establecido el año 1960. Es momento de realizar una reformulación a sus lineamientos estratégicos y construir indicadores que nos permitan monitorear oportunamente el uso de los recursos y sus posibles riesgos, con un enfoque que no se encuentre basado en el aumento de la producción, si no que en la protección de la biodiversidad, buscando mantener un equilibrio sustentable en la producción para que no se produzcan alzas tan significativas de los precios dentro del país y así promover una alimentación sana. Porque la institución deben estar enfocadas en generar valor público para todas las personas y no solo crecimiento económico para un sector de la población, mucho menos si ese crecimiento económico conlleva un impacto negativo para el medioambiente y la calidad de vida de las personas.

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